Crónicas Vampíricas

martes, 7 de julio de 2009

Cazadores de Sombras: Libro 2, caps 8,9,10,11,12,13

8 El Tribunal Seelie

En el sueño, Clary era una niña otra vez, caminando por la estrecha franja de playa, cerca del malecón de Coney Island. El aire era espeso con el olor a perritos calientes y maíz tostado,y se oian los gritos de los niños.

El mar se extendia en la distancia, su superficie, con la luz solar, era de color gris-azul vivo. Podía verse a sí misma como si estuviera a distancia, llevando un pijama de niña de un par de tallas más grande. Arrastrando los dobladillos del pijama a lo largo de toda la playa.
La arena humeda se le colocaba entre los dedos de los pies descalzos, y su gran cabellera se le pegaba a la nuca. No había nubes y el cielo era azul y claro, pero estaba tiritando mientras caminaba a lo largo del perímetro del agua hacia una figura que podría ver sólo tenuemente en la distancia. A medida que se acercaba, la figura de repente se volvió mas clara, como si Clary la hubiera enfocado con la lente de una cámara. Era su madre, de rodillas en las ruinas de un medio construido castillos de arena. Vestía el mismo vestido blanco que Valentíne le había puesto en Renwick. Tenia algo en sus manos de un color plateo por la expasion al sol y la sal, un pequeño flotador.

-¿Has venido a ayudarme?- dijo su madre, levantando la cabeza. Jocelyn tenia el pelo suelto y voló libre con el viento, haciendo su mirada más joven de loq eu era. -Hay tanto que hacer y tan poco tiempo-. Clary tragó con fuerza el nudo que se le habia formado en la garganta.
-Mamá, te he perdido, mamá.- Jocelyn sonrió.
-Te he perdido, también, cariño. Pero no me he ido, lo sabes. Sólo estoy durmiendo.
-Entonces, ¿cómo te despierto?- Clary gritó, pero su madre estaba mirando al mar, con el rostro turbulento. En el cielo ya se vislumbraba el crepúsculo, con colores grises como el hierro y las nubes de un negreo que hacia que parecian piedras.
-Ven aquí-, dijo Jocelyn, y cuando Clary estubo a su lado, dijo, -Levanta el brazo.- lo hizo. Jocelyn trasladaba el flotador sobre su piel. El toque picaba como la quema de una estela, y salió el mismo grueso negro detrás de la línea.

La runa dibujada por Jocelyn era una forma que Clary no había visto antes, pero se encontró instintivamente calmada.
- ¿Qué haces?
- Hay que protegerte.
- ¿Contra qué?
Jocelyn no respondió, solamente miraba hacia el mar. Clary se volvió y vio que el mar había retrocedido, dejando montones de basura, salobre, montones de algas y calma. El agua se habían reunido en una gran ola, como el aumento de la ladera de una montaña, como una avalancha lista para el otoño. Los gritos de los niños desde el malecón se habian convertido en gritos. Clary miraba con horror, y vio la ola era tan transparente como una membrana, a través de ella podía ver algo que parecía moverse bajo la superficie del mar, enormes sombras oscuras deformes que empujaban las cosas contra el agua.


Se cubrió con las manos- y se despertó, jadeando, su corazón le golpeaba dolorosamente contra las costillas. Estaba en la cama en la habitación de invitados de la casa de Lucas, y la luz de la tarde se filtraba a través de las cortinas. Tenia el pelo pagado al cuello por el sudor, y el brazo la quemaba y dolia. Cuando se dio la vuelta y se sentó en la cama, gracias a la luz vio algo que la sorprendio, en el brazo tenia la marca negra.

Se levanto y fue hacia la cocina, se encontró con que Lucas había salido despues del desayuno y le habia dejado el desayuno en una caja con manchas de grasa, un danés. Tambien le habia dejado una nota en la nevera "He ido al Hospital".

Clary se comió el danés mientras iba a encontrarse con Simón. La estaria esperando en la esquina de Bedford L en la parada del tren a las cinco, pero no estaba. Empezó a sentir algo de ansiedad, pero recordo que habia una tiendo de segunda manoa en la esquina con la Sexta. Por supuesto él estaria ahi, fue a la tienda, a la sección de los CDs recién llegados. Iba vestido con unos pantalones de pana de color óxido con una camisa de manga desgarrada y una camisa azul con el logo de un niño con auriculares-el baile con un pollo.
Sonrio cuando la vio.

-Eric piensa que hay que cambiar el nombre de nuestra banda a Mojo Pie-, dijo, a modo de saludo.
-¿Cómo se llama ahora? Lo he olvidado-;
-Enema de Champagne-, dijo, selecciono un CD de Yo La Tengo.
- Cambiarlo-, dijo Clary.
-Por cierto, sé lo que significa tu camiseta
- No, creo que no-.
Se dirigió hasta la parte delantera de la tienda para comprar el CD.
-Eres una buena chica.- Afuera, el viento era frío y soplaba con fuerza. Clary colocó su bufanda a rayas alrededor de su mentón.
-Me he preocupado cuando no te he visto en la parada L.- Simon tiró su gorra de punto abajo, wincing como si la luz del sol lastima sus ojos.
- Lo siento. Yo quería recordar este CD, y pensé:
- Esta bien-. Ella agitó la mano.- Se trata de mí. Estos dias me pongo con demasiada facilidad histerica-
- Bueno, nadie puede culparte despues de lo que ha sucedido en estos dias.- Simon sonado con dolor y arrepentido. - Yo todavía no puedo creer lo que pasó en la ciudad silencios. No puedo creer que estubierais allí.
- Ni podía Lucas. Él enloqueció por completo.
- Seguro
Fueron caminando por McCarren Park, bajo la hierba marrón por el invierno y el aire lleno de luz dorada. Los perros se estaban ejecutando sus correas entre los árboles. "Todo cambia en mi vida, y el mundo sigue siendo el mismo", pensaba Clary.
- ¿Has hablado con Jace, de lo que ha pasado?- Simon pidió, manteniendo su voz neutra.
- No, pero he hablado con Isabelle y Alec un par de veces. Aparentemente él está bien.
- ¿Te lo han pedido? ¿Es por eso que vamos?
- No tienen que preguntar.


Clary trató de mantener la irritación de su voz, ya que estaban en la calle de Magnus. Los edificios bajos y almacenes de esa zona se Habían convertido en lofts y estudios de arte donde residian personas aineradas. La mayoría de los coches aparcados a lo largo de las aceras eran de alta gama. A medida que se acercaban al edificio de Magnus, Clary vio una figura lanky levantarse de donde estaba sentado, era Alec. Llevaba un largo abrigo negro de tela ruda, ligeramente brillante que los cazadores de sombras llevaban. Sus manos y garganta habian sido marcados con runas, y era evidente por el tenue brillo en el aire alrededor de él que estaba usando el glamur para la invisibilidad.


- Yo no sabía que estabas con el mundano.- Sus ojos azules parpadearon más al ver a Simon.
- Eso es lo que más me gusta de vosotros,- dijo Simon. - Siempre me haceis sentir tan bienvenido.
-Oh, vamos, Alec,- dijo Clary. -¿Cuál es el problema? No es como si Simón no hubiera estado aquí antes.


Alec soltó un fuerte suspiro teatral, se encogió de hombros, y se puso a caminar hasta las escaleras. Abrió la puerta del apartamento de Magnus usando una llave de plata fina, que guardó de nuevo en el bolsillo de su chaqueta en momento en que había terminado, como si no quisiera que los chicos le hubieran visto. A la luz del día el apartamento parecía tener el aspecto como el de una discoteca vacía cuando esta apagada durante horas: oscuro, sucio, pequeño e inesperadamente. Las paredes estaban desnudas, con correcciones de yeso aquí y allá con el brillo de pintura, y el suelo donde había bailado Faeries hace una semana estaba deformado y brillante por el paso del tiempo.


-Hola, hola.- Magnus yendo hacia ellos. Llevaba una bata de seda verde abierta encima de una camisa de malla de plata y vaqueros negro . Una piedra roja brillante brillaba en su oreja izquierda.
- Alec, mi querida. Clary. Y rata-niño.- Él barrió un arco hacia Simon, que parecía molesto.
- ¿A qué debo el placer?
- Vinimos a ver Jace,- dijo Clary.-¿Está bien?
- No sé,- dijo Magnus.- ¿Normalmente se estira solo en el suelo sin moverse?
-Lo,- Alec comenzó, y rompió como Magnus rió. - Eso no es gracioso.
- Eres tan fácil de engañar. Y sí, tu amigo está bien. Bueno, salvo que él quiere poner todas mis cosas en orden y limpias. Ahora no puedo encontrar nada. Es muy compulsivo.
- Jace quiere que las cosas esten muy ordenadas,- dijo Clary, mientras le venia el pensamiento de su habitación en el Instituto.

-Bueno, yo no.- Magnus estaba mirando a Alec por el rabillo del ojo mientras que Alec miraba hacia la media distancia, con el ceño fluncido.


- Jace está allí si quieres verlo.- Señaló hacia una puerta al final de la sala. -En aquello.


Se convirtió en una habitacion de tamaño medio sorprendentemente acogedora, con las paredes manchadas, cortinas de terciopelo en toda las ventanas, y sillones cubiertos de tela, como grasa, color icebergs en un mar de moqueta beige nudosa. Un sofá de color rosado calido con sábanas y una manta. Junto a él habia una bolsa llena de ropa de peluche. Sin luz a través de la cortinas pesadas, la única fuente de iluminación era un parpadeo de la pantalla de una televisión, que brillaba brillante a pesar de que la televisión en sí misma no estaba enchufada


-¿Qué pasa?- preguntó Magnus . "Lo que No Use", vino me desconecto un segundo adelante y por un momento pensó Clary que Jace podría levantarse y ... En cambio, sacudió la cabeza en la pantalla. - ¿ Un pantalon caqui de entallado alto? ¿Quién los lleva?-Se dio vuelta y deslumbro a Magnus.
- Casi sobrenatural poder ilimitado,- dijo, - y todo lo que hacemos es usarlo para ver repeticiones. Que desperdicio.
- Además, la TV logra lo mismo,- señaló Simon.
- Mi modo es más barato.- Magnus puso sus manos juntas y de repente la habitación estaba inundada de luz. Jace, hundido en la silla, planteó un brazo para cubrir su cara. -¿Puedes hacer eso sin la magia?

- En realidad,- dijo Simon, - sí. Los que vemos anuncios publicitarios,lo sabemos.
Clary intuyó que el estado de ánimo en la sala se estaba deteriorando. - Ya es suficiente,- dijo. Ella miró Jace, que había bajado su brazo y parpadeaba con resentimiento hacia la luz. - Tenemos que hablar,- dijo. -Todos nosotros. Sobre qué vamos a hacer ahora.-
-Yo iba a ver Project Runway, -dijo Jace. -Es en la siguiente.
-No usted no estas,- dijo Magnus. Él quebró los dedos y la televisión se fue; liberando una pequeña bocanada de humo por la imagen muerta. - Uno tiene que tratar con esto.
- ¿De pronto estas interesado en resolver mis problemas?
- Estoy interesado en recuperar mi apartamento de nuevo. Estoy cansado de que todo el tiempo estes de limpieza. -Magnus se quebró los dedos de nuevo, amenazante. -Levántate. - O seras el siguiente en desaparecer con algo de humo,- dijo Simon con entusiasmo.
- No hay necesidad de aclarar mi dedo fácil,- dijo Magnus. -La implicación era clara en el complemento
-Bien.- Jace se levantó de la silla. Fue descalzo y había una línea de piel púrpura plata alrededor de su muñeca, sus heridas aun se estaban curando. Esperaba cansado, pero no como si estuviera aún con dolor. - ¿Quieres una mesa redonda, podemos tener una mesa redonda.
-Me encantan las mesas redondas,- dijo Magnus brillantes. Ellas me gustan mucho mas que la cuadradas.

En la sala de Magnus dibujó una enorme mesa circular rodeada de cinco sillas de madera con respaldados. - Eso es increíble,- dijo Clary, sentandose en una silla.- Es sorprendentemente cómoda. ¿Cómo se puede crear algo de la nada como esto?
-No se puede,- dijo Magnus. -Todo viene de alguna parte. Estos provienen de una tienda de antigüedades de reproducción en la Quinta Avenida, por ejemplo. Y estos- de repente cinco vasos de papel encerado blanco aparecieron en la mesa, el vapor salia suavemente de los agujeros en las tapas de plástico-provienen de Dean DeLuca y en Broadway.
-Esto me parece que es robar, ¿no?- Simon tiró una taza hacia él. Señaló a la tapa trasera. - Oh. Mochaccino.- Miró a Magnus. - ¿Pagas por esto?
- Claro,- dijo Magnus, mientras que Jace y Alec reian. - Hago billetes de dólar por arte de magia y aparecen en su caja registradora.
-¿En serio?
-No.- Magnus quitó la tapa fuera de su café. - Pero no puedes crerlo si te hace sentir mejor. Así que, el primer orden del día es ¿qué?- Clary pusos sus manos alrededor de la taza de café. Tal vez era robado, pero también estaba caliente y lleno de cafeína. Y podría pasar por Dean & DeLuca y soltar un dólar en su frasco de propinas en otro momento. - Pensar en lo que está pasando sería un comienzo,- dijo, mientras que sopla la espuma. - Jace, ¿has dicho que lo que ocurrió en la Ciudad del Silencio fue culpa de Valentín?- Jace miraba hacia abajo, alcafé. -Sí.

Alec puso su mano sobre el brazo de Jace. - ¿Qué pasó? ¿Lo viste?
-Yo estaba en la celda,- dijo Jace, su voz muerta. - Escuche a los Hermanos Silenciosos gritando. Luego vino abajo Valentín, con algo. No sé lo que era. Al igual que el humo, con los ojos brillantes. Un demonio, pero como nunca antes los que he visto. Llegó hasta a los barrotes y me dijo ...
- Te dijo, ¿qué?- La mano de Alec resbaló del brazo hasta el hombro de Jace. Magnus aclarado su garganta. Alec bajó su mano, sonrojado, mientras que Simon sonreia sobre su café. - Maellartach,- dijo Jace. -Quería el Alma-espada y mató a los Hermanos de silenciosos para obtenerla.- Magnus frunció el ceño. - Alec, anoche, cuando los Hermanos Silencioso pidieron ayuda, ¿lo hicieron con clave? ¿Por qué nadie en el Instituto?- Alec miró sorprendido al ser preguntado. - Hubo un subterraneo asesinado en el Parque Central ayer por la noche. Un niño de la Pila fue asesinado. El cuerpo fue drenado de sangre.
- Apuesto que el Inquisidor piensa que lo hice también, -dijo Jace. - Mi reinado de terror continúa.- Magnus se puso de pie y se dirigió a la ventana. Empujó la cortina trasera, dejando pasar sólo la suficiente luz para que fuera visible su perfil. - Sangre,- dijo, la mitad de sí mismo. - Tuve un sueño hace dos noches. Vi una ciudad toda llena de sangre, con torres de hueso y la sangre corría por las calles como el agua.- Simon giró los ojos hacia Jace. - ¿Hace eso de ver sangre derramándose sobre algo cada vez que se asoma por la ventana?

-No,- dijo Jace, - a veces se sienta en el sofá y también lo hace.- Alec disparó a ambos un fuerte vistazo. - Magnus, ¿qué tiene de malo?
-La sangre,- dijo de nuevo Magnus. -No puede ser una coincidencia.- Parecía estar mirando hacia abajo en la calle. La puesta del sol iba más rápido en la silueta de la ciudad en la distancia: El cielo estaba rayado con barras de aluminio de color de rosa y oro. - Se han producido varios asesinatos de esta semana,- dijo, - de subterraneos. Un brujo, muerto en una torre de apartamentos por el South Street Seaport. Su cuello y las muñecas fueron cortados y drenaron de la sangre. Y un hombre lobo fue asesinado hace unos días. La garganta se la cortaron en ese caso también .
-Parece que los vampiros,- dijo Simon, de repente muy pálido. - No lo creo,- dijo Jace. - Por lo menos, Rafael dijo que no era un trabajo de los niños la noche. Parecía firme al respecto.
- Sí, porque él es digno de confianza,- murmuró Simon. -En este caso, creo que estaba diciendo la verdad,- dijo Magnus, aprovechando la cortina cerrada. Su rostro estaba angulares, por la sombra. En cuanto regresó a la mesa, Clary vio que llevaba un gran libro encuadernado en tela verde. - Hubo una fuerte presencia demoníaca en ambos lugares. Creo que otra persona es responsable de las tres muertes. No Raphael y su tribu, pero si Valentín.- Clary fue a los ojos de Jace. Su boca era una línea delgada, pero - ¿Por qué dices eso?- fue todo lo que se preguntó. - El Inquisidor a través de la ola de asesinatos... fue un desvío,- dijo rápidamente. - Así podría saquear la ciudad silenciosa sin tener que preocuparse.

- Hay maneras más fáciles para crear un desvío,- dijo Jace,- y no es prudente antagonizar la Feria Popular. Además porque iban a asesinarlo si no tenian una razón
-Tenía una razón,- dijo Magnus. - Había algo que querían del niño de la Pila, al igual que había algo que quería desde el brujo y el lobo muertos.
- ¿Qué es eso?- preguntó Alec . - Su sangre,- dijo Magnus, y abrió el libro verde. El fino pergamino estaba escrito en palabras que brillaban como el fuego.
-Ah,- dijo, -aquí. -Él miró, aprovechando la página con una uña afilada. Alec se inclinó hacia adelante. -No seras capaz de leerlo,- Magnus le advirtió. -Está escrito en un idioma demoniaco. Purgatic.
-Puedo reconocer el dibujo, sin embargo. Eso es Maellartach. La he visto antes en los libros.- Alec señaló en una ilustración de una espada de plata, que era familiar para Clary-era lo que había notado que faltaba en el muro de la ciudad de silenciosa. -El Ritual de conversión Infernal,- dijo Magnus. -Eso es lo que Valentín esta tratando de hacer.
-¿El qué de qué?- dijo Clary frunciendo el ceño. -Cada objeto mágico de la alianza tiene un, -explicó Magnus. -la alianza del Alma-Espada es seráfico ángel como los cuchillos que usan los cazadores de sombras, pero mil veces más poderosa, porque su poder fue dispuesto por el Ángel de sí mismo, no simplemente de la invocación de un nombre angelical. Lo qué quiere Valentín hacer es invertir su alianza, convertirla de un objeto de poder angelical a uno demoníaco en su lugar.
- Legal bueno, legal mal!- Simón dice, satisfecho. - Él esta citando Dragones y Mozmorras,- dijo Clary. -No le hagais caso.
-En el Ángel de la Espada, Maellartach el uso de Valentín sería limitado, -dijo Magnus. -Sin embargo, como una espada demoníaca cuya potencia es igual a la energía angelical que poseía una vez, así, hay mucho que puede ofrecerle. Potencia sobre los demonios, por una parte. No sólo la protección limitada de la Copa podría ofrecer, pero el poder para llamar a los demonios a él, para obligarlos a hacer su voluntad.
-¿Un ejército de demonios?- dijo Alec. -Este tipo es grande en los ejércitos,- señaló Simon. -El poder, con el fin de llegar a Idris, tal vez,- dijo Magnus para terminar. -No sé por qué le gustaría ir allí,- dijo Simon. -Ahí es donde estan todos los cazadores y terminaron con todos los demonio, ¿no es así? ¿No aniquilaron los demonios chicos?
-Los demonios vienen de otras dimensiones,- dijo Jace. -No sabemos cuántas de ellas existen. Su número puede ser infinito. Los conjuros intentan mantener la mayoría de ellos cerrados, pero si a través de todos a la vez ... -Infinito, penso Clary. Recordaba el Gran Demonio, Abbadon, y trató de imaginar cientos más. O miles. Su piel sentía frío y escalofrios. -No lo entiendo,- dijo Alec. -¿Qué tiene que ver el ritual conlos subterraneos muertos?"

-Para realizar el ritual de la conversión, necesita calentar la espada hasta que este al rojo vivo, y luego enfriarla en cuatro ocasiones, cada vez en la sangre de un niño subterraneo. Una vez en la sangre de un hijo de Lilith, una vez en el sangre de un hijo de la luna, una vez en la sangre de un hijo de la noche, y una vez en la sangre de un hijo de La Pila,- explica Magnus. - ¡Oh Dios mio,- dijo Clary. -Así que las muertes no se han acabado? ¿Tiene todavía que matar un niño más?
-Dos más. No tuvo éxito con el hombre lobo. Orador fue interrumpido antes de que pudiera obtener toda la sangre que necesitaba. -Magnus cierra el libro, el polvo soplo a traves de sus páginas. - La meta final de Valentín es obtener poder. Es probablemente obtener el poder de la Espada, almenos algunos de ella ya. Podría ser un llamamiento a los demonios,
-Pero si piensas que él estaba haciendo eso, el exceso de actividad demoniaca,- dijo Jace. -Sin embargo, el Inquisidor dice lo contrario, que todo ha estado tranquilo.
-Y lo que tambien podría ser que,- dijo Magnus,- si Valentín llama a todos los demonios a él. No es de extrañar que haya silencio.- El grupo se miraba los unos a los otros. Antes de que cualquier persona pudiera pensar en una sola cosa que decir, un fuerte ruido de recorrio la sala, haciendo que Clary se derramara el café calientesobre su muñeca y hiciera un gemido dolor repentino. - Es mi madre,- dijo Alec, comprobando su teléfono. -Vuelvo en seguida.- Se fue a la ventana, la cabeza hacia abajo, la voz demasiado baja para escuchar.

- Déjame ver,- dijo Simon, tomando la mano de Clary. Había una mancha de color rojo furioso de su muñeca donde el líquido caliente la había escaldado. -Está bien,- dijo. -No es gran cosa.- Simon levantó su mano y besó la lesión. -todo esta mejor ahora.- Clary hizo un ruido asusta. Nunca había hecho nada como esto antes. Por otra parte, que era el tipo de cosas que los novios hacian, ¿no? Pusa su muñeca en la espalda, ella miró a través de la mesa y vio a Jace mirandolos a, con los ojos brillantes de oro. -Eres un cazador de soambras,- dijo.- Sabemas cómo hacer frente a las lesiones.- Él deslizó su estela a través de la mesa . - Usar la misma.
-No,- dijo Clary, y la empujó de nuevo a través de la mesa hacia Jace de golpe con la mano hacia abajo en la estela. -Clary-
-Ha dicho que no la quiere,- dijo Simon. -Ha-ha.
-¿Ha-ha? -Jace miró incrédulo. -¿Esa es tu respuesta?- Alec, plegó su teléfono, se acercó a la mesa con una mirada perpleja. -¿Qué pasa?
-Parece que estamos atrapados en un episodio de una vida a los residuos,- observó Magnus. -Es muy aburrido.- Alec apartó una hebra de cabello de sus ojos. - Le dije a mi madre acerca de la conversión Infernal.
-Déjame adivinar,- dijo Jace. -Ella no te cree. Además, me culpó de todo a mí.
Alec frunció el ceño. -No exactamente. Dijo que había que hacer con el Cónclave, pero que no han oído el Inquisidor ahora. Tengo la sensación de que el Inquisidor ha llevado a cabo algo que a mamá no le a gustado el camino tomado. Ella sonaba enojada.
El teléfono sonó en la mano de nuevo. Ocupó un dedo. -Lo siento. Es Isabelle. Un segundo.- Él vagó a la ventana, teléfono en mano. Jace miró más a Magnus. - Creo que tienes razón sobre el lobo. El hombre que encontró su cuerpo dice que alguien más estaba en el callejón con él. Alguien que corrió. -Magnus asintió. -Parece que me gusta que Valentín fuese interrumpido en el medio de hacer lo que sea que hace con la sangre que necesita. Él probablemente vuelva a intentarlo con otro lycanthrope niño.
-Debo advertir a Lucas,-dijo Clary, el aumento medio de su presidente. -Espera.- Alec estaba de regreso, teléfono en la mano, una peculiar expresión en su rostro. -¿Qué es lo que Isabelle quiere?- Jace preguntó. Alec dudadon. -Isabelle dice que la Reina del Tribunal de la Seelie ha solicitado una audiencia con nosotros.
-Claro,- dijo Magnus. -Y Madonna quiere una copia de seguridad como bailarina en su próxima gira mundial.- Alec miró perplejo. -¿Quién es Madonna?
-¿Quién es la Reina de la Corte Seelie? -Clary dijo. -Ella es la Reina de La Pila,- dijo Magnus. -Bueno, la local, de todos modos.

Jace puso la cabeza en sus manos. -Dile a Isabelle que no.
-Pero ella piensa que es una buena idea,- protestó Alec. -Entonces dile no dos veces.- Alec frunció el ceño. -¿Qué se supone que significa eso?
-Oh, sólo que algunas de las ideas se Isabelle son un mundo, y algunas son totales desastres. ¿Recuerdas la idea de que habían abandonado las ratas el uso de los túneles del metro para moverse bajo la ciudad? Habla de ratas gigantes-¡No¡,- dijo Simon. -Prefiero no hablar de las ratas, de hecho.
-Esto es diferente,- dijo Alec. -Ella quiere ir a la Corte Seelie.
-Tienes razón, esto es diferente,- dijo Jace. -Cada vez vana peor sus ideas.
-Ella conoce a un caballero en la Corte,- dijo Alec. -Él le dijo que la Reina Seelie está interesada en reunirse con nosotros. Isabelle ha escuchado mi conversación con nuestra madre y pensaba que si le pudieramos explicar nuestra teoría sobre Valentín y el Alma-Espada a la Reina, la Corte Seelie podría estar de nuestro lado, que tal vez incluso fuera nuestro aliado en contra de Valentín.
-¿Es seguro ir allí?- Clary preguntó. -Por supuesto que no es seguro,- dijo Jace, como si ella hubiera pedido la pregunta más estúpida que había escuchado nunca. Se disparó un deslumbramiento en él.
-No sé nada acerca de la Corte Seelie. Lobos y vampiros tengo algo. Existen suficientes películas de ellos. Las Faeries (hadas) pero son cosas infantiles. Yo me vestí de una hada en Halloween cuando tenía ocho. Mi mamá me hizo un sombrero en forma de botón.
- Me acuerdo de eso. -Simón había apoyado en su silla, los brazos cruzados sobre su pecho.- Yo era un Transformer. En realidad, yo era una decepticon.
-¿Podemos volver al punto? -Magnus preguntó. -Bien, -dijo Alec. - Isabelle piensa, y estoy de acuerdo, que no es una buena idea hacer caso omiso de la Feria Popular. Si quieren hablar, ¿qué daño puede hacer? Además, si el Tribunal de Seelie estubiera de nuestro lado, la Clave tendría que escuchar lo que tenemos que decir .- Jace rió sin humor.- La Feria Popular no ayudan a los seres humanos.
-Los cazadores de sombras no son humanos,- Clary dijo. -No realmente.
- No somos mucho mejor para ellos, -dijo Jace. -No pueden ser peores que los vampiros, -Simón murmuró. -Y lo hizo todo bien con ellos.- Jace miró a Simon como si fuera algo que esta debajo del fragadero. -¿quieres decir bien con ellos? Por la que considero que significa que sobreviviste
- Bueno ...
- Los Faeries (hadas),- Jace pasó, como si no hubieran hablado Simon,- son los descendientes de los demonios y los ángeles, con la belleza de los ángeles y la perversidad de los demonios. Un vampiro puede atacarte, si has entrado en sus dominios, pero un miembro de la Pila podria hacerte bailar hasta que murieras en el suelo con la piernas en los tocones o pueden hacerte un truco para que nades y grites hasta la media noche arrastrandote hasta reventar tus pulmones, llenar tus ojos de polvo hasta la raíz,
-Jace -Clary le quebró, antes que siguiera despotricando. -Cállate. Jesús. Eso es suficiente.
-Mira, es fácil superar a un hombre lobo o un vampiro, - dijo Jace. -no son más inteligentes que nadie. Pero los Faeries viven durante cientos de años y son astutos como serpientes. Que no puede mentir, pero que les encanta participar en la creación, en búsqueda de la verdad. Van a encontrar lo que sea que desee más en el mundo y van a dartelo, con un aguijón en la cola de la donación que te hará lamentar lo que siempre quisiste en primer lugar. -Él suspiró.- Ellos -
-No realmente no va a ayudar a la gente que les des más información acerca de los daños disfrazados de ayuda .
- Y no crees que seamos lo suficientemente inteligente como para saber la diferencia?,- Preguntó Simon.- No creo que tu seas lo suficientemente inteligente como para no convertirse en una rata por accidente. -Simón le miro ferozmente.- No veo que sea importante lo que pienses que debemos hacer,- dijo.- Teniendo en cuenta que no puedes ir con nosotros en primer lugar. No puedes ir a ninguna parte.- Jace se puso de pie, golpeando violentamente su silla.- ¡Tu no vas a llevar a Clary a la Corte de la Seelie sin mí y eso es definitivo! -Clary le miraba con la boca abierta. Se lavaba con el enojo , los dientes le rechinaba, con las venas del cuello mucho mas marcadas. También queria evitar que ella se pusiera en peligro.

-No puedo cuidar de Clary,- dijo Alec, y, por su voz, estaba herido, ya sea porque Jace había dudado de su capacidad o por otra cosa, no estaba segura Clary. - Alec,- dijo Jace, cerrado los ojos.-No. No puedes.- Alec tragó. -Vamos,- dijo. Dijo las palabras como una disculpa. -Jace, una solicitud de la Corte de la Seelie, sería estúpido hacer caso omiso de ella. Además, Isabelle probablemente ya les ha dicho que estamos llegando.
-No hay oportunidad de que vaya a dejaros de hacer esto, Alec,-dijo Jace en una peligrosa voz. - Voy a luchar hasta caer si tengo que.
-Aunque resulte tentador oir eso,- dijo Magnus, volteando sus largas mangas de seda atrás, - hay otra manera.
-¿Qué otra forma? Esta es una directiva de la Clave. No Puedo salir como si fuera un comadreja.
-Pero no puedo.- Magnus sonrio.- No cabe duda de mis capacidades comadreja, cazador de sombras, ya que son épica y memorables en su ámbito de aplicación. Me encantó especialmente el contrato con el Inquisidor para que yo pudiera dejarte ir por un tiempo corto si se desea, mientras que otro de los Nefilim este dispuestos a tomar su lugar.
- ¿Dónde vamos a encontrar otro?-Oh,- dijo Alec mansamente. -¿Te refieres a mí.- Jace disparo las cejas. -Ah, ¿ahora ya no quieres ir a la Corte de la Seelie?
Alec se enrojeció. -Creo que es más importante que vaya tu a que vaya yo. Eres el hijo de Valentín, estoy seguro de que eres el unico que la Reina realmente quiere ver. Además, eres encantador.- Jace le miro ferozmente. -Tal vez no en este momento,- Alec hizo una correccion.-Pero seras encantador. Los Faeries son muy sensibles al encanto.
-Además, si te quedas aquí, yo tengo toda la primera temporada de Gilligan's Island en DVD,- dijo Magnus. -Algo que nadie podría rechazar,- dijo Jace. Todavía no miraba a Clary. -Isabelle puede cumplir, y ya estará en el parque de la tortuga Estanque,- dijo Alec. -Ella sabe donde esta la entrada secreta a la Corte. Nos estará esperando.
-Y una última cosa,- dijo Magnus, golpeando con un dedo en el anillo de Jace. - Trata de que no te maten en el Tribunal Seelie. Si te mueres, voy a tener mucho que explicar y que hacer.- En que, Jace se rompió en una sonrisa. Se trataba de una sonrisa inquietante, menos de un instante de distracción que el rayo de una hoja desenvainada. -Tu sabes,- dijo, -tengo la sensación de que que va a ser el caso.

Había una gran espesor de plantas y de musgo rodeandoe l borde del estanque, como si rodearan una tortuga con encaje verde. La superficie del agua tambien estab recubierta de una capa verdosa, en el interior del estanque centelleaban las colas plateadas de los peces y en la superficie los patos se agitaban de aquí a allí a la deriva patos.
Había un pequeño mirador de madera construido sobre el agua; Isabelle estaba sentada en él, mirando por todo el lago. Parecía una princesa en un cuento de hadas, que esperaba en la parte superior de su torre a alguien que subiera y la rescatara. No es que el comportamiento tradicional de la princesa el que tenia Isabelle en absoluto. Isabelle con su látigo y las botas y los cuchillos que cortan todo lo que tocan con su hoja en piezas, podria cortar partes del castillo y construir un puente con los restos, y caminar sin cuidado a la libertad, su cabello fabuloso mirando todo el tiempo. Isabelle era una persona algo difícil, aunque estaba tratando comportarse con Clary. - Izzy,- dijo Jace, ya que se acercaba al estanque, y ella saltó y se giró. Su sonrisa era deslumbrante. -¡Jace!- Voló hacia él y lo abrazó. Esa era la forma en que se debian tratar entre hermanos, pensó Clary. Mientras miraba a Jace abrazo Isabelle, trató de imaginarse haciendo lo mismo con una expresión feliz y cariñosa. -¿Estás bien?- Simon pidió, con cierta preocupación. -Estoy bien.- Dijo Clary abandonado el intento. -¿Está segura? Te ves como una especie de ....
-Algo que comí.- Isabelle más adelantada, Jace unos pasos detrás de ella. Llevaba un vestido negro largo, con botas y un corte aún más suave, capa de terciopelo verde, el color del musgo. -No puedo creer que lo hicieras!,- exclamó. -¿Cómo te ha dejado Magnus salir,Jace?
- Dejando a Alec como sustituto,- dijo Clary.
Isabelle parecía ligeramente alarmada. - ¿No permanentemente?
-No,- dijo Jace. -Sólo por unas pocas horas. A menos que no vuelva,- añadió pensativo. -En cuyo caso, tal vez lo hagan llegar a mantener a Alec. Piensa que es como un contrato de arrendamiento con opción de compra.- Isabelle parecía dudosa. - Mamá y papá no se alegraran de que te encuentres fuera.
-¿Eso te libera del posible penal por el comercio de tu hermano a un brujo que parece un gay Sonic the Hedgehog y vestido como el Niño Catcher de Chitty Chitty Bang Bang?- Simon preguntó.
- No, probablemente no.
Jace le miró pensativamente.
- ¿Hay alguna razón en particular para que estes aquí? No estoy tan seguro de que te tenga que llevar a la Corte Seelie. Odian a los mundanos.- Simon rodó sus ojos hacia arriba.
-No esta vez.
- ¿No es algo nuevo?- Clary dijo. - Cada vez que me molestan a él, en sus retiros no autorizados Mundanes casa del árbol. -Simon señaló Jace.
-Te recuerdo que la última vez que querían salir dejarme afuera, salvé todas vuestras vidas.
-Claro,- dijo Jace. -Una vez-
- Los tribunales de la Pila son peligrosos,- explicó Isabelle. -Incluso tu habilidad con el arco no te va a ayudar. No es ese tipo de peligro.
- Puedo cuidar de mí mismo,- dijo Simon. Un fuerte viento llegó desde arriba. Se volaron las hojas secas a través de la grava a sus pies e hizo temblar a Simon. Excavó en los bolsillo forrados de lana con sus manos.
- No tienes que venir,- dijo Clary.

8 - El Tribunal Seelie - Segunda parte

El la miro y era una mirada segura y ella recordó cuando la llamo mi novia sin ninguna duda cuando lo dijo. Podias decir cualquier cosa sobre simon menos que el no sabia lo que quería.


-Si- dijo Simon- iré.
Jace hizo un sonido bajo como de frustración y dijo -bueno entonces supongo que estamos listos y no esperes ninguna consideración mundano.
-Miralo por el lado bueno-dijo simon- si necesitas hacer un sacrificio humano siempre puedes ofrecerme a mi-no estoy seguro que el resto de ustedes califique.
Jace dijo graciosamente -siempre es agradable cuando alguien se ofrece a ser el primero en subir el muro.
-Vamos- dijo isabelle la puerta esta apunto de abrirse.
Clary miro alrededor el sol no se había ocultado del todo aun, y la luna ya se veía. Todo se veía de un lindo color crema que se reflejaba sobre el agua de la fuente, el viento movia las ramas haciendo que estas se golpearan unas contra otras y esto sonaba como el golpe de huesos huecos.
-Hacia donde vamos? Pregunto clary
Isabelle sonrio como si estuviera a punto de contar un secreto y dijo:- síganme.

Ella se puso al borde del agua en la fuente dejando profundas huellas en el barro.
Clary la seguía y daba gracias por haber llevado un pantalón y no una falda como isabelle.
Isabelle enrollo su vestido hasta las rodillas y se podía ver la piel blanca de sus piernas y las marcas en ellas como fuego negro.

Simon iba detrás de ellas con cuidado de no resbalarse
Jace se movio automáticamente para estar entre ellos y la fuente, para ayudarles a subir , Simon hizo las manos hacia tras.
- No necesito tu ayuda.-dijo
-Deténganse -dijo isabelle mientras ponía un pie en el agua y otro en el borde de la fuente.
-Ustedes dos, de hecho ustedes tres, si no entramos juntos a la corte de la hadas estaremos muertos.
-Pero yo no he hecho… -comenzó clary.
-Tal vez no lo has hecho, pero la forma en que dejas que estos dos actúen, -Isabelle señalaba a los dos muchachos con una de sus dos manos.
-No puedo decirles que hacer – exclamo clary.
-¿Por qué no? -La otra exigió. -Honestamente Clary si no comienzas a usar un poco de tu superioridad femenina, sencillamente no se que haré contigo.

Luego ella se volvió hacia los chicos y dijo:
- Antes que se me olvide “por el amor del ángel no coman ni beban nada mientras estemos bajo tierra”. Ninguno de ustedes ¿de acuerdo?
-Bajo tierra- dijo simón preocupado - nadie dijo acerca de ir bajo tierra.

Isabelle movió sus manos dentro de la fuente y salpicaba a todos cuando caminaba mas adentro sosteniendo su capa luego la dejo caer y esta formaba una almohadilla a su alrededor y dijo: -----Vamos solo tenemos hasta que la luna se mueva.
-La luna ¿que? –Dijo clary- mientras sacudía su cabeza y se metía en la fuente, el agua era clara y en ella se reflejaban las estrellas, ella podía ver las sombras de las figuras en movimiento, de los pescados que pasaban por sus tobillos, sus dientes temblaban mientras ella se entraba mas en la fuente mientras mas se adentraba mas fuerte se ponía el frio.
Detrás de ella jace se movía en el agua con una gracia que apenas se agitaba a la superficie del agua. Simón que venia detrás de el estaba maldiciendo y salpicaba a todos con cada paso.
Isabelle que estaba en el centro de la fuente se había detenido y el agua le llegaba hasta las costillas, puso su mano ante clary y le dijo:
-Alto.
Clary se detuvo justo enfrente de ella, el reflejo de la luna estaba justo enfrente de ella como un enorme plato plateado alguna parte de ella le decía que esto no tenia que ser así que la luna tenia que alejarse de ella mientras caminaba. Pero aquí estaba la luna sin moverse como si estuviera anclada en este lugar.
-Jace tú vas primero -dijo Isabelle- Vamos.

El paso rápidamente a Clary y ella sintió el olor a cuero húmedo mientras veía como el sonreía hacia ella y se volvió hacia Isabelle, dio un paso hacia tras en el reflejo de la luna y desapareció.
-Bien- dijo simón de repente - De acuerdo eso ha sido raro.

Clary miro de nuevo hacia donde el había estado anteriormente y el estaba ahí solo que en lo profundo del agua, pero ella tenia escalofríos y se abrazaba así mismo, ella le sonrió a Simón y dio un paso atrás en el reflejo de la luna.
Ella se balanceo por un momento como si hubiera perdido el equilibrio en la grada más alta de una escalera y luego cayo hacia atrás en la oscuridad.
Clary sintió como si el suelo se tambaleara bajo a ella de repente sintió una mano en su brazo que la ayudo a no caer ,era Jace.
- Fácil verdad- dijo jace, y la soltó.
Ella estaba toda mojada tenia frio y su cabello goteaba agua por todas partes.
Estaba en un corredor largo y obscuro que solo estaba medio iluminado por unas antorchas que colgaban del techo.
Clary pensó que estaban bajo tierra y aun así hacía frio, tanto frio que cada vez que ella respiraba veía humo salir de su boca.
-¿Tienes frio?- le preguntó jace- ella lo miro y se dio cuenta que también estaba todo empapado de pies a cabeza, su chaqueta y sus jeans estaban todos mojados y su camiseta blanca se transparentaba debido a la humedad y era tan transparente que se podían ver sus marcas permanentes (runas) tanto de su cuello como de su hombro y pecho.
Ella aparto rápidamente su mirada
-Estoy bien.
-Pues no lo pareces –le dijo jace- mientras se ponía junto a ella y clary podía sentir el calor que emanaba de su cuerpo a pesar se que ambos estaban empapados.
De repente vió una sombras caer, era Simón también todo mojado. El se agachó y empezó a buscar a su alrededor mientras decía - Mis lentes.
Yo los busco –dijo Clary- mientras recordaba cuantas veces Simón había dejado caer sus lentes en los partidos de fútbol y como casi siempre estaban justo delante de el.
Ella se los dio y el le dijo gracias.

Clary podía sentir que Jace la observaba y sentía el peso de su mirada sobre sus hombros.
Se dio cuenta de que Simón también tenía frio y cuando estaba apunto de decirle algo Isabelle apareció enfrente de ella pero cayó con una gracia sobre sus pies como si estuviera descendiendo del cielo.
-Oh, eso fue divertido- dijo Isabelle
-Con eso basta –dijo jace- Te regalaré un diccionario para navidad este año.
-¿Por qué?- Preguntó Isabelle.
-Para que busques la palabra divertido ya que creo que no sabes lo que significa.

Isabelle hizo su lago cabello negro y húmedo para atrás y dijo:
- Eres la lluvia sobre mi desfile –dijo isabelle de forma sarcástica—
- Se trata de un desfile ya bastante húmedo si no te has dado cuenta – dijo jace, mientras miraba alrededor - ¿Y ahora que?, ¿hacia donde vamos?
-A ningún lado –dijo isabelle-, esperaremos aquí y ellos vienen por nosotros.

Clary no se asombro ante lo que dijo Isabelle pero aun así le pregunto
-¿Cómo sabrán que estamos aquí? ¿Hay alguna campana o algo que debamos tocar para avisar.?
-La corte de las hadas sabe todo lo que sucede en sus tierras, en el momento en el que entramos ella lo supieron.

Simón mira a Isabelle de forma sospechosa
- ¿Y como sabes tanto acerca de la corte de las hadas?

Para sorpresa de todos Isabelle se sonrojo y en ese momento un hada caballero con el cabello negro y largo apareció junto a ellos. Clary rápidamente pensó que ya conocía a esta hada si su mente no la traicionaba la había visto en la fiesta de magnus ella era como toda las demás hadas que clary había imaginado con cara amigable, alas hermosas ojos grises que eran hermosos y había algo como marcas en sus pómulos.
Isabelle dio un pequeño grito de alegría e inmediatamente corrió a darle un abrazo;
-Merliorn.
-Ah!- Dijo Simón en un murmullo más para si mismo que para que los demás oyeran - ¡por eso es que ella sabe tanto!

La hado –merliorn- miro hacia atrás viendo a los demás
- Este no es tiempo para afectos la reina de la corte ha requerido una audiencia con ustedes tres nephilims ¿vienen?

Clary puso una mano de forma protectora encima del hombro de Simón y dijo:- ¿y que pasa con nuestro amigo?
Merliorn la miró de forma disgustada
-No se permiten mundanos en la corte.

-Desearía que alguien me lo hubiera dicho antes – dijo Simón, sin referirse a nadie en particular, - Ahora supongo que tengo que esperar aquí en este pasillo mientras me congelo.
Merliorn lo muro y dijo:
- Esa es la mejor oferta que te puedo dar.
-Simón no es un simple mundano puedes confiar en el –dijo jace- sino pregúntale a los demás.

Clary no podía decir que Simón estuviera sorprendido por lo que jace había dicho.
Jace agrego:- El ha peleado muchas batallas con nosotros.
-A lo que te refieres con una sola batalla murmuro Simón, dos si cuentas en las que era una rata.
-Nosotros no entraremos a la corte sin Simón –dijo Clary- sin apartar su brazo de él, su reina fue la que solicitó vernos, ¿ recuerda? No fue nuestra idea venir hasta aquí.

En ese momento se vieron como unas chispas negras en los ojos de merliorn y dijo:
- Como desees, que no se diga que en la corte de la hadas no se respetan los deseos de nuestros visitantes.

Inmediatamente se dio la vuelta y empezó a caminar hacia el fondo del corredor.
Isabelle corrió y lo alcanzó y camino a la par de él, dejando a Jace, Clary y Simón atrás. Ellos empezaron a seguirlos en silencio.

-¿Esta permitido que salga con hadas ?- preguntó finalmente clary.- Tus padres, es decir, los Lightwoods están de acuerdo en que Isabelle y como se llama…?
-Merliorn - agregó Simón.
-Merliorn “anden juntos” -terminó Clary.
-No estoy seguro de que ellos “Anden – dijo Jace- poniendo suficiente ironía en la palabra anden, supongo que a lo mejor solo pasan tiempo juntos.
-Suena como sino lo aprobara –dijo Simón, mientras apartaba unas ramas, ellos ya no estaban en el largo pasillo ahora estaban en un lugar mas o menos parecido al bosque, estaban en un camino precioso rodeado de plantas y arboles pero a la vez el suelo estaba lleno de piedras preciosas.
-No es que lo desapruebe exactamente, -dijo Jace- generalmente las hadas no salen con humanos, pero de vez en cuando lo hacen, pero cuando se aburren terminan la relación es decir los abandonan y el humano es quien se lleva la peor parte.

Su palabras le dieron un escalo frio a Clary y en ese momento isabelle se reía y Clary entendía porque Jace hablaba casi en un susurro, era porque la voz de Isabelle se oía como si tuviera un micrófono y amplificador incorporado y se repetía por todo el lugar.

-Eres tan gracioso – dijo isabelle- mientras sacaba el tacón de sus botas de entre dos piedras. Merliorn le hizo una mirada suspicaz y le dijo:
- No entiendo porque los humanos se ponen para caminar zapatos tan altos
-Es mi lema- dijo Isabelle, mientras le daba una media sonrisa y agrego - Nada debajo de 7 centimetros.
Merliorn la mira algo molesto.
-Hablo acerca de mis tacones –dijo isabelle- es una arma tu sabes…..
-Vamos -dijo el caballero de las hadas - la reina de la corte los esta esperando y se alejo inpaciente, el acelero el paso y dejo atrás a Isabelle.
-Lo olvide – murmuro isabelle- diciendo fuerte para que los demás escucharan - las hadas no tiene sentido del humor.
- Yo no diría eso – dijo jace- hay un Club nocturno de hadas llamado “hotwings” (alas calientes) - y no nunca he estado ahí - agregó Jace.

Simon miro a Jace y estaba abriendo su boca para preguntarle algo pero se arrepintió y cerro su boca de forma rápido haciendo ruido al hacerlo en esos momentos de abrieron unas puertas que daban a un hermoso cuarto blanco en el cual habían pilares del mismo color pero adornados con muchas flores y piedras preciosas y el techo era azul como el cielo. El cuarto estaba totalmente iluminado pero clary no podía ver antorchas ni lámparas y a la vez había luz por todas partes.

La primera impresión que Clary tuvo fue como si ellos estuvieran fuera del cuarto, la segunda fue que el cuanto estaba totalmente lleno; en el fondo se oia una dulce y extraña música, una dulce melodía que ella no conocía.

También se sentía un aroma como de miel mezclada con jugo de limón y ahí había un circulo formado por hadas bailando al ritmo de la música ellas apenas y tocaban el suelo, sus cabellos eran azules, negros, cafés, escarlatas, dorados y blancos como la nieve todas se veian hermosas.
Ella veía porque le llamaban el baile de las hadas, clary miraba sus hermosos y adorables rostros y no comprendía como jace podía pensar que esas hermosas creaturas quisieran hacerle daño a ella.

La dulce música llegaba hasta sus oídos y ella sentía la necesidad de bailar con las hadas, ella pensaba que si bailaba con ellas seguramente se haría tan liviana como ellas y sus pies apenas tocarían el piso, ella dio un paso hacia delante pero fue detenida por un brazo, era jace y la miraba con sus hermosos ojos dorados y le dijo:
- si bailas con ellas, bailaras hasta morir – agrego en un susurro.
Clary parpadeo, ella sintió como si y habia sido despertada de un largo sueño y entre despierta y dormida le dijo:
- ¿Cómo?

Jace hizo un ruido como de impaciencia, el tenia la estela en su mano; clary no se dio cuenta en que momento la saco, el hizo rápidamente una marca (runa) en su brazo y le dijo:
-Mira ahora.

Ella miro nuevamente y se congelo sus caras ya no eran las mismas ya no se veian tan apacibles y hermosos. La hada con alas rosadas y azules estaba ahí pero ahora en vez de manos tenia garras, y su rostros ya no eran hermosos, es mas sus ojos no tenían pupilas eran totalmente negros.
-Vamos- dijo jace y la empujo hacia atrás de el y empezó a caminar. Cuando ella recupero su equilibrio busco a simon con la mirada y se fijo que Isabelle lo tenia agarrado por el brazo pero esta vez no le importo pues sabia que simon estaba expuesto a las mismas tentaciones que ella. Pasaron el circulo de las hadas bailando y llegaron a otro corredor, donde el cielo ahora era mas celeste que azul, clary estaba agradecida de estar en otra habitación.
Isabel solo a simon y el dejo de caminar inmediatamente, cuando clary se acerco a ellos noto que Isabel estaba cansada de llevar a simon y le dijo déjamelo a mi y tomo a simon por el brazo mientras daba una sonrisa de agradecimiento a isabelle.
Simon hizo su cabello hacia atrás y dijo: había algo en esa música era como una mezcla de música country y algo de rock.
Merliorn quien se había detenido para esperarlos le dijo ¿la escuchabas?.
-La escuchábamos demasiado bien –dijo clary- que se supone que era eso ¿un examen? O ¿una broma?.
Merliorn dijo: la usamos para los mundanos que son fáciles de engañar con el glamour de las hadas. Se supone que no afecta a los nephilims se supone que están protegidos.
Ella lo esta –dijo jace- mirando a merliorn de una forma amenazadora.
Merliorn no dijo nada y empezó a caminar otra vez.
Simon espero que merliorn diera unos cuantos pasos mas y le pregunto a clary ¿Qué me perdi? Mujeres bailando desnudas?.
Clary pensó en las hadas de alas azules y rosadas y le contesto: nada tan placentero.
Hay muchas formas de estar con un hada de forma placentera y sin correr peligro –dijo isabelle- por ejemplo pueden darte una rosa y conservarla y no te pasara nada o puedes estar con ella para hacerse compañía –dijo isabelle- mientras buscaba a merliorn con la mirada pero el ya no estaba en la misma habitación, estaba al otro lado de un espejo en la habitación esperándolos.
Esta es la cámara de las reinas de las hadas –el dijo- ella viene de la corte del norte donde fue encontrada la hada niña asesinada. Ellos quieren declarar la guerra pero ella lo cito primero porque quiere saber todos los hechos.
Clary mira de cerca el espejo el cual era hermoso estaba adornado con piedras preciosas y rodeado de flores.
Jace atravesó el espejo primero, después lo hizo clary al pasar al otro lado ella miraba a todas partes curiosa.
Este cuarto no era como los otros, era plano y sencillo en el había una mujer reclinada en un sillón rodeada de muchas hadas, la mujer se miraba como una hermosa humana con el cabello mas largo de lo normal y sino tomabas en cuenta sus ojos totalmente negras carentes de pupilas creerías que eras una humana.
Mi reina dijo merliorn haciendo una reverencia le e traido lo nephilims hasta usted.
La reina levanto la vista y en ese momento sus cabellos ya no parecían negros sino rojos y sus ojos ahora eran azules de un azul tan claro como el vidrio –tres de ellos son nephilims el otro es un mundano-.
Merliorn levanto su cabeza levantando la mirada de la reina, pero ella ya no lo miraba a el sus ojos estaban ahora en los cazadores de sombras.
Clary podía sentir el peso de su mirada obviando su hermosura la reina no se veía nada frágil, ella era tan hermosa y tan fuerte como una estrella(del cielo).
Nuestras disculpas, mi dama –dijo jace- dando un paso hacia el frente poniéndose entre la reina y los demás. El tono de su voz era distinto hablaba de una forma dulce y delicada. El humano es nuestra responsabilidad , le debemos nuestra protección por eso lo tenemos con nosotros.
La reina volvió su rostro completamente hacia jace poniéndole toda su atención a el y dijo: una deuda de sangre? Hacia un mundano? El salvo mi vida dijo jace, clary sintió como simon silbaba por las sorpresa. Clary pensó como jace había dicho que las hadas no podían metir pero el tampoco le estaba mintiendo a ellas solamente decía la verdad de una forma diferente. Clary comenzó apresiar mas a jace.
Por favor mi dama –dijo jace- nosotros esperamos que usted comprenda sabemos que su bondad y belleza es infinita y en este caso esperamos que su bondad sea tan grande como su belleza – dijo jace-.
La reina sonrio y lo miro con malicia y mientras movia su cabello le dijo: eres tan encantador como tu padre jonathan morgentern y haciendo señas con las manos continuo vengan sientece junto a mi coman y beban algo la charla será mas a mena con comida.
Por un momento jace miro hacia atrás y escucho como merliorn le decía en voz baja yo no seria tan maleducado en rechazar la cortesía de la reina.
Isabelle también le dijo en voz baja no creo que nos pase nada si solo nos sentamos.
Merliorn los guio cerca de la reina es unos sillones pequeños, clary pensó que serian incomodos por su pequeño tamaño pero al sentarse se dio cuenta de que eran muy comodos y todos los demás se sentaron alrededor de ella.
Una hada con la piel azul apareció con una bandeja llena de copas de plata, en cada copra había un liquido color oro con petalos de rosas flotando el ellas.
Simon puso su copa debajo de el, no tomaras nada –le pregunto la hada-
La ultima bebida de hada que tome no me cayo bien murmuro simon.
Clary y apenas lo escuchaba la bebida la tenia atrapada el olor era intoxicante, ella tomo un pétalo de la bebida y lo froto entre sus dedos para sentir mejor la escencia.
En ese momento jace la agarro de la mano y le dijo: “no tomes nada”
Pero……-dijo clary-
Solo no lo hagas-dijo jace-
Ella puso su copa a la par de donde estaba la de simon, sus dedos estaba rosados y empezaban a entumeserce
Ahora –dijo la reina- dime merliorn tu dices que sabes quien es el culpable de la muerte de nuestra niña asecinada en el parque. Esque acaso me traje el nombre del vampiro? Porque una niña hada totalmente drenada de su sangre que mas podría ser sino un vampiro. Ellos rompieron la ley y deben ser castigados con todo el peso de esta.
Oh vamos –dijo isabelle- no fueron los vampiros.
Jace la miro de mala gana y rápidamente dijo: lo isabelle quiere decir mi reina esque no estamos seguros de que hayan sido los vampiros, pensamos que alguien quiere inculparnos.
Tiene una prueba para esta teoría? – dijo la reina-
El tono de voz de jace era calmado pero sus hombros estaban tensos pensó clary.
Jace dijo: ante noche los hermanos silenciosos fueron asesinados y a ninguno de ellos le drenaron su sangre.
Y esto que tiene que ver con el asesinato de nuestra niña? La muerte de los nephilims es una tragedia para nephilims no significan nada para mi.
Clary sintió como una picadura en su mano derecha ella sintió como una pequeña picadura en su mano derecha, ella miro una pequeña alfier entre las almohadas del sillón, una pequeña gota de sangre salía de su dedo y ella inmediatamente se metió el dedo a la boca.
La espada con alma fue robada –dijo jace- sabe para que sirve verdad?
La espada que hace q los cazadores de sombras digan la verdad?-dijo la reina- y agrego de mala gana, nosotros no la necesitamos.
Fue robada por Valentine morgentern-dijo jace- el mato a los hermanos silenciosos y también mato a la niña hada, el necesita la sangre de la niña hada para transformar la espada en algo que el pueda usar.
Y no se detendrá-agrego isabelle-el necesita mas sangre
Los ojos de la reina se abrieron de par en par y dijo: mas sangre de mi gente.
“NO” –dijo jace- mientras miraba a isabelle de una forma que clary no supo definir, mas sangre de downworlders. , el necesita la sangre de un niño lobo y de un niño vampiro…
Los ojos de la reina se cerraron maléficamente y dijo. Eso no es nuestro problema.
El mato uno de los suyos-dijo isabelle- no quieres venganza?
La reina ni se inmuto y dijo: no imediatamente somos una raza muy paciente tenemos todo el tiempo del mundo literalmente, Valentine morgerstern es un viejo enemigo nuestro, pero tenemos mas enemigos de los cuales encargarnos.
El esta llamando a demonios-dijo jace- creando un ejercito con ellos.
Demonios dijo la reina, los demonios son su responsabilidad que no se supone que son cazadores de sombras y que una de sus destrezas es destruir demonios y además se supone que por eso estamos bajo sus ordenes.
No estoy aquí para darles ordenes de la clave-dijo jace- estamos aquí porque usted pidió vernos y pensamos que si le decíamos la verdad tus nos ayudarías mi reina.
Eso es lo que pensaron? –dijo la reina- mientras se paraba de su silla y su cabello caía alrededor de su rostro, y agrego recuerda cazador de sombras hay algunos que ya están hartos de vivir bajos sus reglas y luchar su batallas.
Pero esta no es solo nuestra guerra-dijo jace-recuerdalo cuando la guerra te llegue recuerda que un cazador de sombras vino a prevenirte.
Había un completo silencio en la sala y la reina dijo: previniéndome sobre tu propio padre? Yo pensaba que ustedes los humanos estaban unidos por el afecto, y veo que no sientes ninguna lealtad hacia Valentine tu padre.
Jace no dijo nada
O quizás la hostilidad que aparentas hacia el es solo una mentira, el amor hace de ustedes muy buenos mentirosos.
Pero nosotros no amamos a nuestro padre-dijo clary y jace la secundo con un gesto de cabeza, y clary agrego: “ lo odiamos”
De verdad?-dijo la reina mientras los miraba a ambos.
Usted sabe como son los lazos de familia-dijo jace-recuperando su voz, a veces son muy fuertes y a veces son muy delgados como para matar.
Traicionarías a tu propio padre por la clave?-dijo la reina.
Por supuesto mi reina-dijo jace
La reina se reia y su rizas sonaban por todo el lugar, quien iba a imaginar dijo ella que los experimentos de valentine se iban a volver en su contra.
Clary volvió a ver a jace pero por su expresión supo que el no tenia ni idea de lo que la reina hablaba.
Entonces isabelle hablo y dijo. ¿ experimentos?
La reina no tenia una expresión amable sino siniestra y dijo: las hadas somos gente de secretos ya sean nuestros o de otros. Preguntale a tu padre la próxima vez que le veas que sangre corre por tus venas jonathan.
No tengo planeado preguntarle nada la próxima vez que lo vea mi reina-dijo jace-pero si es su deseo con gusto lo hare
Los labios de la reina se curvaron formando una sonrisa y dijo: creo que eres un mentiroso encantador, lo suficientemente encantador para hacerte esta promesa: hazle esta pregunta a tu padre y te juro que hare todo lo que este en mis manos para ayudarte a luchar contra valentine.
Jace sonrio y dijo: su generosidad es tan grande como su belleza mi reina, clary hizo un sonido como de molestia pero la reina se veía complacida.
Y jace dijo: creo que hemos terminado aquí. El se levanto de su asiento y puso su bebida en el asiento donde había estado isabelle por que ella ya no estaba con ellos ella estaba en la esquina hablando con merliorn cerca del espejo portal.
Un momento dijo la reina unos de tus compañeros es requerido.
Jace se detuvo cerca del espejo y dijo :¿ que quiere decir?
Con su mano señalaba a clary mientras decía: una vez que los labios de un mortal prueban comida o bebida de hadas son nuestros tu sabes eso cazador de sombras.
Clary se quedo paralizada y aturdida dijo: pero no bebi nada de esto y volviéndose hacia jace dijo: ella miente.
Las hadas no mienten –dijo jace-mientras una expresión de confusión y preocupación pasaba por su rostro y dijo. Me temo que ha habido algún error mi reina.
Mira sus dedos de su mano derecha y dime que ella no lo lamio para limpiarlo-dijo la reina.
Simon e isabelle regresaban de donde estaban, clary miro su mano y dijo: de sangre, una alfiler estaba entre los cojines me pinche mi dedo sangraba y por eso me lo lami.- mientras hablaba ella recordaba el dulce sabor mezclado con sangre .
Llena de pánico ella se movio hacia donde estaba el espejo pero antes de llegar a donde estaba sintió como si una pared invicible la detuviera. Ella se volvió hacia jace y dijo: es cierto.
La cara de jace palideció y dijo: imagine que teníamos que esperar un truco como este y luego se dirigió hacia la reina ya sin su tono encantador de antes y dijo: porque haces esto? Que quieres de nosotros?
Quizás solo tengo curiosidad-dijo la reina en tuno donde claramente contenía su molestia, tengo curiosidad hacerca de los cazadores de sombras jóvenes sus ancestros se remontan años atrás como nosotros y eso me intriga.
Pero como ustedes-dijo jace- no hay rastro del infierno en nosotros.
Tu eres mortal, envejeces y mueres –dijo la reina- si eso no es el infierno entonces que es?
Si lo que quieres es estudiar a un cazador de sombras no te serviré de mucho(lo decía mientras tenia ganas de llorar) nose nada sobre los cazadores es mas ni siquiera tengo entrenamiento, soy la peor persona que pudiste escoger.
Por primera vez la reina la miro directamente a ella y le dijo: eso no es verdad clarissa morgerstern, tu eres la persona indicada, su ojos brillaron al ver como clary se descomponía, gracias a los cambios que tu padre hizo en ti , no eres como los otros cazadores de sombras, tus regalos te hacen diferente.
Mis regalos – pensó clary.
Tus regalos son de la clase de los que no se habla-dijo la reian,y tu hermano es el propio regalo del angel. Tu padre se aseguro de que fuera asi cuando tu hermano era solo un bebe y tu aun no habías nacido.
Mi padre nunca me ha dado nada-dijo clary- ni siquiera me dio un nombre.
Jace se miraba palido- almenos eso le pareció a clary
Bueno las hadas no pueden mentir -dijo jace- pero tampoco se les puede mentir, yo creo que ha sido victima de un truco o una broma mi reina no hay nada especial acerca de mi hermana o de mi.
Que tarde usas tus encantos dijo la reina-mientras reia.
Creo que sabes que no eres de la clase normal de humanos jonathan….
Ella pasaba su mirada de clary a jace de el a isabelle, isabelle cerro su boca que tenia abierta debido a la impresión y se volvió hacia jace.
La reina miro a jace y dijo. Puede ser que no lo supieras?
Lo que si se es que no abandonare a mi hermana en tu corte-dijo jace y sinceramente no creo que haya algo que aprender de ella o de mi.
Ahora que ya has tenido suficiente diversión –dijo jace-en su mente en un tono peligroso y frio.
La reina tenia una sonrisa de malvada y dijo: que dirias si te dijera que ella será libre a a cambio de un beso.
¿quieres que jace te bese?-dijo clary inesperadamente.
La reina empezó a carcajiarse y su corte la imito al mezclarse todas las rizas el sonido parecía un animal gritando de dolor.
Además de sus encantos dijo la reina ese beso no liberaría a la chica.
Los cuatro(jace, clary, isabelle y simon) se miraban el uno al otro.
Yo puedo besar a merliorn-sugirio isabelle.
No es eso, -dijo la reina- no es nadie de mi corte.
Merliorn se movio lejos de isabelle y cuando esta lo vio dijo: no voy a besar a ninguno de ustedes eso es oficial.
Eso no es necesario dijo simon- si un beso es todo…
Simon se movio cerca de clary y ella se paralizo nuevamente por la sorpresa y cuando el la tomo por los hombros, ella tuvo la urgencia de empujarlo, no es que no hubiera besado a simon antes pero esta no era una situación en la que ella se sintiera comoda besándolo ya demás se preguntaba por que el? Ella levanto la vista sobre el hombro de simon y ahí estaba jace observándola fríamente.
No dijo la reina- en una vos meliodosa eso tampoco es lo que quiero.
Isabelle giro sus ojos y dijo. Oh por el amor del angel, veo que no hay otra forma de salir de esto, yo besare a simon ya lo he hecho antes y no es tan malo.
Gracias – dijo simon- eso es muy halagador.
Me temo que tampoco es eso lo que quiero dijo la reina y lo decía mientras los miraba de forma cruel y complacida.
Bueno yo no besare al mundano – dijo jace- aunque eso signifique que nos quedemos aquí.
Para siempre!!!-dijo simon- para siempre es mucho tiempo.
Jace giro sus ojos y dijo. ¡lo sabia! Tu quieres besarme no es cierto?
Simon levanto sus manos exasperado y dijo por suepuesto que no pero si …
Imagino que es cierto lo que dicen- dijo jace- no hay suficientes hombres en la trincheras.
Es ateos en las trincheras idiota-dijo simon- no hay suficientes ateos en las trincheras.
Bueno aunque esto es muy entretenido –dijo la reina- el beso que le dara su libertad es el beso que ella mas desea , solo eso, y nada mas. Mientras lo decía miraba a clary y sonreía de una manera cruel pero feliz al mismo tiempo.
Simon fue el primero en mirar a clary y la miraba de una manera que le dolia a clary ella quizo evitar su mirada pero como estaba como congelada debido al hechizo no se movio.
Porque haces esto? –dijo jace
Que extraño yo pensé que te hacia un favor-dijo la reina sonriendo.
Jace se sonrojo- pero no dijo nada y evitaba mirar a clary.
Eso es ridículo , ellos son hermano y hermana – dijo simon.
La reina se encogió de hombros y dijo. El deseo no siempre es reducido por la repugnancia o la sensatez y tampoco se le puede dar como regalo a aquellos que son merecedores de ellos.
Y como mis palabras mágicas me obligan, usted puede saber que digo la verdad , si ella no desea ese beso , ella no será libre.
Simon dijo algo enfado pero clary no lo escucho, sus oídos zumbaban como si un enjanbre de aebjas estuviera atrapado en su cabeza. ella giro su cabeza hacia simon y el mirándola furioso le dijo: no tienes porque hacer esto clary es un truco…
No es un truco dijo jace – es una prueba.
Bueno – dijo isabelle con filo en la voz, yo no se tu simon , pero yo si quiero sacar a clary de aquí.
Como? Tu besarías a alec si la reina de la corte de las hadas te lo pidiera?
Claro que si-dijo isabelle molesta-si la otra opción es quedarnos en la corte para siempre a quien le importa? De todos modos es solo un beso.
Asi es –dijo jace-clary lo vio por el rabillo de su ojo ya que el estaba a la par de ella. luego se puso frente a ella la tomo por los hombros y le dijo: “ es solo un beso” y aunque su tono fue duro sus manos eran inexplciablemente suaves. Ella le miro y sus ojos estaban oscuros muy oscuros , tal vez por que ahí casi no había luz, o tal vez era por otra cosa pero ella podía ver su reflejo en cada una de las pupilas de los ojos de jace, unas pequeñas imágenes de ella misma. Entonces el le dijo:
Puedes cerrar los ojos y pensar en Inglaterra si quieres.
Nunca he ido a Inglaterra dijo ella pero cerro los ojos , podía sentir el peso de la ropa humeda, el frio y la picazón en la piel , lo único caliente que sentía sobre ella eran las manos de jace y entonces “el la beso”
Ella sintió el rose de sus labios, primero suaves y automáticamente ella abrió su boca en respuesta, casi contra su voluntad ella sentía el beso fluido y flexible . ella puso sus brazos alrededor del cuello de jace asi como las flores abren sus petalos hacia la luz del sol, el deslizo sus brazos alrededor de ella, sus manos estaban en su pelo acariciándoselo y el beso dejo de ser gentil y se volvió feroz, todo en un solo momento como cuando añadez gasolina a una llamarada, clary escucho como una ola de suspiros por toda la corte, pero no le importo ella estaba perdida en el deseo que corria por sus venas y ella sentía que todo su cuerpo flotaba.
Jace movio sus manos de su pelo hacia su columna y entonces el la separa, retirándola suavemente y quitándole las manos de su cuello al mismo tiempo, por un momento clary pensó que se caería.
Ella sintió como si le hubieran arrancado algo vital una parte importante de ella como una brazo o una pierna, ella observaba como jace estaba anonadado, y empezó a pensar ¿Qué sintió? Será que no sintió nada? Ella pensó que el no podía besarla asi y no sentir nada.
El se giro y la miro y cuando ella lo vio , vio esa misma mirada en su cara esa mirada que puso en renwick cuando el vio su casa atravez del portal y este se rompia en mil pedazos. El le mantuvo la mirada por una fracción de segundo y luego miro hacia otro lado.
Su garganta estaba tensa y sus manos hechas puños a sus lados.
Es esto suficiente? El dijo, girando su rostro hacia la reina, esto los entretiene?
La reina tenia la mano en la boca la cual le tapaba media sonrisa y dijo estamos muy entretenidos pero creo que no tanto como ustedes 2.
Solo puedo asumir –dio jace- que las emociones de los mortales los entretienen ya que ustedes no poseen ninguna.
La reina dejo de sonreir.
Tranquilo jace dijo isabelle-mientras caminaba hacia clary, y le preguntaba puedes salir ahora? Eres libre?
Clary camino hacia el espejo portal y no se sorprendió de no encontrar ninguna resistencia, ella estaba con las manos en el espejo y se giro hacia simon y este la miraba como jamás lo había hecho.
Debemos irnos antes de que sea demasiado tarde-dijo clary
Ya es demasiado tarde-dijo simon
Merliorn los llevo de la corte al parque rápidamente y todos caminaron sin decir nada, clary caminaba detrás de simon y sentía toda la desaprobación que emanaba de el. Merliorn se hizo a un lado y desapareció sin siquiera decir adiós a isabelle.
Isabelle lo vio desaparecer y dijo: -ellos rompen tan fácilmente.
Jace hizo un sonido como de una sonrisa ahogada mientras movia la cadena que colgaba de su chaqueta, todos temblaban de frio y la noche olia a tierra y plantas , el reflejo de la luna se había movido a la punta de la fuente como sin tuviera miedo de ellos.
-Debemos volver-dijo isabelle-señalando su capa humeda antes de que nos congelemos hasta morir.
-Nos tomara una eternidad volver a brokyn –dijo clary quizás deberíamos tomar un taxi.
-O solo podríamos ir al instituto-sugirio isabelle-y miraba a jace mientras decía, nadie estará ahí de todos modos , todos ellos están en la ciudad de huesos buscando pistas. Te tomara solo un segundo tomar ropa seca y cambiarte además el instituto sigue siendo tu hogar.
-Esta bien- dijo jace, para evidente sorpresa de isabelle - además necesito algo que esta en mi cuarto.
Clary dudó

- No lo sé, creo que simon y yo podríamos tomar el taxi .(y empezó a pensar que si tenían un tiempo a solas ella podría explicarle lo que paso en la corte y que no es lo que el pensaba)
Jace examinaba su reloj viendo si había sufrido daños por el agua y dijo: eso podría ser un poco difícil analizando que el ya se fue.
-¿Que él que??!!- Dijo clary mientras miraba para todos lados, pero sino no estaba ahí ya se había ido, ella camino por el parque buscándolo y llamando y lo vio alfinal del camino que guiaba fuera del parque pero el corria y aunque ella le gritaba por su nombre el no volvió. Sino que desapareció.



9. Y la muerte no tendrá ningún dominio

Isabelle había dicho la verdad: El Instituto estaba totalmente desierto. Casi en su totalidad, de todos modos.

Max estaba dormido en el sofá rojo del vestíbulo cuando ellos llegaron. Sus gafas estaban ligeramente torcidas y claramente no había querido quedarse dormido: había un libro abierto en el suelo, en donde se le había caído y sus pies colgaban sobre el borde del sofá de una manera probablemente bastante incómoda. El corazón de Clary se detuvo de inmediato. Él le recordó a Simon con nueve o diez años.

- Max es como un gato. Puede dormirse en cualquier lugar.- Jace se agachó y quitó las gafas de la cara de Max, dejándolos sobre una mesa con incrustaciones que estaba cerca. Había una mirada en su rostro que Clary no había visto antes – una dulzura sobre protectora que la sorprendió.

-¡Oh, dejar sus cosas - solo conseguirás estropearlas-, dijo Isabelle con irritación, mientras desabotonaba su empapado abrigo. Su vestido se aferraba a su larga espalda y el agua oscureció el cinturón grueso de cuero que tenía alrededor de su cintura. El brillo de su látigo enrollado era visible cuando el mango sobresalía por encima de cinturón. Ella frunció el ceño.

-Me está cogiendo el frío-, dijo. -Voy a tomar una ducha caliente- Jace la observó desaparecer por el pasillo con una especie de renuente admiración.

-A veces ella me recuerda el poema. 'Isabelle, Isabelle, no se preocupó. Isabelle no gritó ni se apresuró.

-¿Alguna vez sientes ganas de gritar?- Le preguntó Clary. -Algunas veces.- Dijo Jace encogiéndose de hombros se sacó su abrigo mojado y lo colgó en el perchero al lado del de Isabelle.

-Aunque ella tenía razón sobre la ducha caliente. Sin duda, yo también necesito una

.-No tengo nada para cambiarme,- dijo Clary, de repente queriendo uno minutos para ella. Sus dedos deseaban marcar el número de Simon, y averiguar si estaba bien.-Simplemente te esperaré aquí-.

-No seas estúpida. Te prestaré una camiseta-. Sus vaqueros estaban empapados y le colgaban de las caderas, mostrando una franja de pálida piel tatuada entre los vaqueros y el borde de la camiseta. Clary apartó la mirada.

-No creo-

-Vamos-. Su tono era firme. -De todos modos, hay algo que quiero mostrarte.


Disimuladamente, Clary comprobó la pantalla de su teléfono, mientras seguía a Jace por el pasillo hacia su habitación. Simon no lo había llamado. El hielo se cristalizó dentro de su pecho. Hasta hace dos semanas, habían pasado años desde que Simon y ella habían tenido una pelea. Ahora parecía estar enojado con ella todo el tiempo.


La habitación de Jace estaba exactamente como la recordaba: limpio como una patena y vacía como la celda de un monje. No había nada en la habitación que le dijese algo sobre Jace: ni posters en las paredes, ni libros apilados en la mesita de noche. Incluso el edredón de la cama era blanco. Fue hacia la cómoda y sacó una camiseta de manga larga de color azul de un cajón. Se la lanzó a Clary.

-Esa se encogió al lavarla-, dijo.-Probablemente todavía te quede grande, pero...- Se encogió de hombros. -Voy a ducharme. Grita si necesitas cualquier cosa.


Ella asintió, sosteniendo la camiseta contra su pecho como si se tratara de un escudo. Parecía como si estuviera a punto de decir algo más, pero aparentemente se lo pensó mejor, con otro encogimiento de hombros, desapareció en el cuarto de baño, cerrando la puerta detrás de él con firmeza. Clary se agachó detrás de la cama, la camisa a través de su regazo, y sacó el teléfono de su bolsillo. Marcó el número de Simon. Después de cuatro pitidos, saltó el buzón de voz. -Hola, has llamado a Simon. Estoy bien lejos del teléfono o te estoy evitando. Déjame un mensaje y-

-¿Qué estás haciendo?Jace estaba en la puerta abierta del cuarto de baño. El agua corría con fuerza en la ducha detrás de él y el cuarto de baño estaba medio lleno de vapor. Estaba sin camisa y descalzo, los vaqueros mojados le colgaban en la zona baja de las caderas, mostrando las profundas marcas en los huesos de la cadera, como si alguien le hubiese clavado los dedos allí. Clary cerró inmediatamente su teléfono y lo dejó caer en la cama.

-Nada. Mirando la hora.

-Hay un reloj al lado de la cama-, señaló Jace. -Estabas llamando al mundano, verdad?

-Su nombre es Simon.- Clary arrugó la camiseta de Jace haciendo una pelota entre sus puños. -Y no tienes por que comportarte como un capullo con el. Te ha ayudado más de una vez.- Jace entrecerró los ojos, reflexionando. El baño se estaba llenando de vapor rápidamente, haciendo que el pelo se le rizara más. Él dijo,

-Y ahora te sientes culpable porque el se ha ido. Yo no me molestaría en llamarlo. Estoy seguro de que está evitándote.-Clary no trató de ocultar la ira de su voz.

-Y tú lo sabes por que los dos sois muy amigos, verdad?-

-Lo sé porque vi la mirada en su cara antes de que se fuera-, dijo Jace.-Tú no lo sabes. No lo viste. Pero yo si.


Clary se apartó el pelo todavía húmedo de sus ojos. Su ropa picaba allí donde se aferraba a su piel, sospecha que olía como el fondo de un estanque, y no podía dejar de ver la cara de Simon cuando la había mirado en el Tribunal de Seelie-como si la odiase.

-Es tu culpa-, dijo ella de repente, la rabia se juntaba alrededor de su corazón. -No deberías haberme besado así. Jace, que se había estado apoyando contra el marco de la puerta, se puso recto de inmediato.

-¿Cómo debería haberte besado? ¿Te gusta de otra forma?

-No.- Sus manos temblaron en su regazo. Estaban rías, blancas, arrugadas por el agua. Junto y apretó los dedos para parar el tembleque. -Simplemente no quiero que me beses.

-No es como si hubiésemos tenido ninguno de los dos otra opción.

-Eso es lo que no entiendo!- Exclamó Clary. -¿Por qué ella te obligó a besarme? La Reina, me refiero. ¿Por qué nos obligó a hacer - eso? ¿Qué beneficio saca ella de esto?

-Ya escuchaste lo que dijo la Reina. Pensó que me estaba haciendo un favor.

-Eso no es cierto.

-Es cierto. ¿Cuántas veces tengo que decírtelo? Las Hadas no mienten. Clary pensó en lo que Jace le había dicho cuando estaban con Magnus. Ellos averiguan lo que más deseas en el mundo y te lo dan - con un aguijón al final del regalo que te hará lamentar haberlo querido, en primer lugar.

-Entonces ella se equivocó.

-Ella no se equivocó.- El tono de Jace era amargo. -Ella vio el modo en que te miraba, y tu a mi, y Simon a ti, y nos vio como los instrumentos que somos para ella.

-Yo no te miré-, murmuró Clary.

-¿Qué?

-Dije que no te miré.- Descruzo los brazos, liberando sus manos. Había marcas rojas en donde sus dedos se habían agarrados entre ellos. -Por lo menos intenté no hacerlo.


Sus ojos se entrecerraron, sólo se veía un destello dorado a través de la pestañas, y recordó la primera vez que lo había visto, en cómo le había recordado a un león, dorado y mortal.

-¿Por qué no?

-¿Por qué crees?- Sus palabras eran casi silenciosas, apenas un susurro. -Entonces, ¿por qué?-Su voz tembló. -¿Por qué todo esto con Simon?, ¿por qué sigues apartándome, por que no me dejas acércame a –?

-Porque es imposible-, dijo ella, y la última palabra salió como una especie de lamento, a pesar de sus esfuerzos de autocontrol. -Lo sabes tan bien como yo!-Porque eres mi hermana-, dijo Jace.


Ella asintió sin hablar.

-Posiblemente, dijo Jace. -Y por eso, decidiste que tu viejo amigo Simon podía ser una distracción util?

-Nada que ver,- dijo ella. -Quiero a Simon.

-De la misma forma que quieres a Luke-, dijo Jace. -Como quieres a tu madre.

-No.- Su voz era tan fría y mordaz como un carámbano. -No sabes lo que siento. Un pequeño músculo saltó a un lado de su boca.

-No te creo.Clary se puso de pie. Ella no podía mirarle a los ojos, de modo que fijo su mirada sobre la fina cicatriz en forma de estrella que tenía sobre su hombro derecho, un recuerdo de alguna vieja herida. Es una vida de cicatrices y matanza, había dicho Hodge una vez. Tú no formas parte de ella.-Jace-, dijo.

-¿Por qué me estás haciendo esto?

-Por que me estás mintiendo. Y te estás mintiendo a ti misma.


Los ojos de Jace ardían, y aunque tenía las manos metidas en los bolsillos, ella podía ver que las tenía cerradas como puños. Algo dentro de Clary se resquebrajó y se rompió, y las palabras salieron desparramadas.

-¿Qué quieres que te diga? La verdad? La verdad es que te amo como debería amar a Simon, y deseo que él fuese mi hermano y no tu, pero no puedo hacer nada al respecto y tu tampoco! O tienes alguna idea, ya que eres tan malditamente inteligente?


Jace jadeó, y ella se dio cuenta de que el nunca había esperado que ella le dijese lo que le acababa de decir, ni en un millón de años. Su mirada decía más. Ella luchó para recuperar su compostura.

-Jace, lo siento, no quise decir-

-No. No lo sientas. No te disculpes.- Se movió hacia ella, casi tropezó con sus pies. Jace, que nunca tropezaba, nunca tropezaba con nada, nunca hacia un movimiento sin gracia. Le rodeó la cara con las manos, sentía el calor de la punta de sus dedos, sabía que debía apartarse, pero estaba congelada en el sitio, mirándolo fijamente. -No lo entiendes- dijo el. Su voz tembló. -Nunca me he sentido de esta manera por nadie. Creí que nunca lo haría. Pensé-la manera en que yo crecí-, mi padre-

-Amar es destruir-, dijo ella entumecidamente. - Lo recuerdo.

-Pensé que una parte de mi corazón estaba rota - dijo, y tenía una mirada en su cara cuando habló como si estuviese sorprendido de oírse diciendo estas palabras, diciendo mi corazón. -Para siempre. Pero tú-

-Jace. No-. Ella levantó su brazos y le cubrió las manos con las suyas, entrelazando los dedos.

-Es inútil.

-Eso no es verdad-. Había un tono de desesperación en su voz. -Si ambos sentimos lo mismo-

-No importa lo que sentimos. No hay nada que podamos hacer-. Oyó su voz como si fuese un extraño el que hablaba: distante, miserable. -¿Dónde vamos a estar juntos? ¿Cómo podríamos vivir así?

-Podemos mantenerlo en secreto.

-La gente lo averiguará. Y no quiero mentirle a mi familia, ¿y tú? Su respuesta fue amarga.

-¿Qué familia? De todos modos, los Lightwoods me odian.

-No, no lo hacen. Y yo jamás podría contárselo a Luke. Y mi madre, ¿y si se despierta, que le vamos a decir? Esto, lo que queremos, sería repugnante si se enteran-

-Repugnante? - Él bajó sus manos de su cara como si lo hubiera apartado. Parecía aturdido.

-Lo que sentimos, - lo que yo siento

-es repugnante para ti? Ella retuvo la respiración cuando lo miró a la cara.

-Tal vez,- dijo, en un susurro. -No sé.

-Tendrías que haber dicho eso para empezar.

-Jace- Pero él se había alejado de ella, su expresión era seria y cerrada como una puerta. Era difícil creer que hasta hace unos segundos la estaba mirando de otra forma.

-Entonces, lo siento, no he dicho nada.- Su voz era rígida y formal. - No te besaré de nuevo. Puedes contar con eso.


El corazón de Clary se ralentizó, como si ya no tuviese un propósito cuando el se alejó de ella, cogió una toalla de encima de la cómoda, y se dirigió al cuarto de baño.

-Pero-Jace, ¿qué estás haciendo?-Finalizar mi ducha. Y si has hecho que me quede sin agua caliente, voy a estar muy molesto.- Entró en el cuarto de baño, y cerró la puerta con una patada. Clary se derrumbó en la cama y miró el techo. Estaba tan blanco como la cara de Jace antes de que el le diese la espalda y se metiera en el baño. Girándose, se dio cuenta de que estaba acostada encima de su camisa azul: Incluso olía igual que él, como el jabón y el humo. Acurrucándose con ella, como lo hacía con su manta favorita cuando era muy pequeña, cerró los ojos. En el sueño, ella miró hacia el agua brillante, que se extendía por debajo de ella como un espejo sin fin que reflejaba el cielo nocturno. Y como un espejo, era sólida y dura, y podía caminar sobre ella. Caminaba, oliendo la brisa nocturna, las hojas mojadas y el olor de la ciudad, que brillaba en la distancia como un castillo de hadas lleno de luces - y mientras caminaba, pequeñas fisuras como telarañas se producían a sus pasos y salpicaba pequeñas astillas de cristal como si fuera agua. El cielo comenzó a brillar. Estaba iluminado con fuego, como si fueran pequeños fósforos ardientes. Empezaron a caer, una lluvia de brasas del cielo, y ella se agachó, cubriéndose con los brazos. Uno cayó justo delante de ella, una gran bola de fuego, pero cuando golpeó el suelo se convirtió en un muchacho. Era Jace, todo el era de un brillante dorado, con sus ojos y el pelo de oro, alas blancas y doradas brotaron de su espalda, más amplias y más llenas de plumas que las de cualquier ave. Le dio una sonrisa torcida y señaló detrás de ella. Clary se giró para ver que un muchacho de pelo oscuro-era Simon?-estaba de pie allí, también tenía alas a su espalda, plumas negras como la medianoche, y cada pluma tenía unas manchas de sangre. Clary se despertó jadeando, sus manos agarrando la camiseta de Jace. Su dormitorio estaba a oscuras, la única luz que había procedía de una estrecha ventana al lado de la cama. Ella se sentó. Sentía la cabeza pesada y la parte de atrás del cuello le dolía. Exploró la habitación lentamente y saltó cuando un punto brillante de luz, como los ojos de un gato en la oscuridad, brilló hacia ella. Jace estaba sentado en un sillón junto a la cama. Llevaba unos pantalones vaqueros y un suéter de color gris y su pelo parecía estar casi seco. Estaba sujetando algo con la mano que brillaba como el metal. Un arma? No parecía probable que se estuviera protegiéndose, aquí, en el Instituto, aunque Clary no podía adivinarlo.


-¿Has dormido bien?Ella asintió. Sentía la boca seca.

-¿Por qué no me has despertado?

-Creí que lo necesitabas. Por otra parte, estabas durmiendo como los muertos. Incluso babeabas-, añadió.-Sobre mi camisa. La mano de Clary fue hasta su boca.

-Lo siento.

-No muy a menudo puedes ver a alguien babear-, observó Jace. -Especialmente de esa forma. Boca muy abierta y todo.

-¡Oh, cállate.- Revolvió entre las colchas hasta que encontró su teléfono y lo comprobó de nuevo, aunque ella sabía lo que había. Ninguna llamada. -Son las tres de la mañana-, señaló con consternación. -¿Crees que Simon estará bien?

-Creo que él es raro, en realidad,- dijo Jace. -A pesar de que tiene poco que ver con la hora.


Metió el teléfono en su bolsillo de los vaqueros.

-Voy a cambiarme. El cuarto de baño blanco de Jace no era más grande que el de Isabelle, aunque estaba considerablemente limpio. No hay mucha variación entre las habitaciones en el Instituto, pensó Clary, cerrando la puerta detrás de ella, pero al menos tenían intimidad. Se quitó su camiseta húmeda y la colgó en el toallero, se lavó la cara, y se pasó un peine por su despeinado cabello rizado. La camiseta de Jace era demasiado grande para ella, pero la tela era suave contra su piel. Se enrolló las mangas y volvió al dormitorio, donde encontró Jace sentado exactamente donde había estado antes, mirando fijamente y malhumoradamente un objeto que tenía entre sus manos. Ella se inclinó sobre la parte trasera de la butaca.


-¿Qué es eso? En lugar de responder, lo inclinó para que pudiera verlo correctamente. Era un pedazo dentado de cristal roto, pero en lugar de reflejar su propio rostro, mostraba una imagen de hierba verde, un cielo azul y las ramas negras y desnudas de los árboles. -No sabía que todavía lo guardabas-, dijo.

-Ese pedazo del Portal. -Es la razón por la que quería venir aquí-, dijo. -Para conseguir esto. Anhelo y odio se mezclaban en su voz. -Sigo pensando quizás pueda ver a mi padre y averiguar lo que el planea.

-Pero él no está allí, no? Pensé que estaba aquí en alguna parte. En la ciudad. Jace negó con la cabeza.

-Magnus ha estado buscándolo y él no lo cree. -Magnus ha estado buscándolo? No lo sabía. Cómo-

-Magnus no llegó a ser el Gran Brujo por nada. Su poder se extiende a través de la ciudad y más allá. Él puede sentir lo que está fuera.Clary resopló.

-Él puede sentir perturbaciones en la Fuerza?Jace se torció en la silla y la miró con el ceño fruncido.

-No estoy bromeando. Después del asesinato de aquel brujo en TriBeCa, comenzó a buscar. Cuando me fui a vivir con él, me pidió algo de mi padre que le ayudase a hacer la búsqueda más fácil. Le di el anillo de Morgenstern. Dijo que me avisaría si sentía a Valentine en cualquier lugar de la ciudad, pero hasta ahora no tiene nada.

-Tal vez sólo quería tu anillo,- dijo Clary. -Siempre lleva un montón de joyas.-

-Se lo puede quedar-. Dijo Jace apretando el agarre alrededor del cristal; Clary observó alarmada el manar de sangre en torno a los bordes donde cortaba piel. -No tiene ningún valor para mi.

-Ey-, dijo Clary, y se inclinó para cogerle el cristal. -Ten cuidado-. Ella guardó el trozo de Portal en el bolsillo de la chaqueta que estaba colgada en la pared. Los bordes estaban oscuros al mancharse con la sangre, y las palmas de Jace tenían unas líneas rojas.

-Tal vez deberíamos regresar con Magnus -, dijo tan suavemente como pudo.-Alec ya ha estado allí mucho tiempo, y -

-De todas formas, dudo que le importe,- dijo Jace, pero él se puso de pie obedientemente y alcanzó su estela, que estaba apoyada contra la pared. Mientras dibujaba una runa de curación en el dorso sangrante de su mano derecha, dijo, -Hay algo que quería preguntarte.

-¿Y qué es?-Cuando me sacaste de la celda en la Ciudad Silenciosa, ¿cómo lo hiciste? ¿Cómo abriste la puerta?

-Oh. Solamente usé una runa de apertura, y-Fue interrumpida por un duro, y estridente timbre, y se llevó la mano al bolsillo antes de comprender que el sonido que había escuchado era mucho más fuerte y más cortante que cualquier sonido que su teléfono pudiese hacer. Miró a su alrededor confundida.

-Ese es el timbre de la puerta del Instituto-, dijo Jace, agarrando su chaqueta. -Vamos. Estaban a mitad de camino en el vestíbulo cuando Isabelle abrió la puerta de su dormitorio, vestida con un albornoz de algodón, tenía una máscara para dormir de color rosa sobre la frente, y una expresión semi aturdida.

-Son las tres de la mañana!- ella les dijo, en un tono que sugería que la culpa era de Jace, o posiblemente de Clary. -¿Quién llama a la puerta a las tres de la mañana?

-Quizás es el Inquisidor,- dijo Clary, teniendo de repente un escalofrío.

-Ella podría entrar sola-, dijo Jace. -Cualquier cazador de sombras podría. El Instituto está cerrado sólo para los mundanos y los subterráneos. Clary sintió como su corazón saltaba.

-Simón!- , dijo. -Debe ser él!

-¡Oh, por favor", bostezó Isabelle -, realmente nos despierta a esta hora impía solamente para demostrarte su amor o algo? No podría haber llamado? Los hombres mundanos son tan imbéciles.


Cuando alcanzaron el vestíbulo, estaba vacío; Max debía de haberse ido a la cama por su cuenta. Isabelle palpó a través de la pared de la habitación y presionó un interruptor. En algún lugar en el interior de la catedral un estruendo lejano fue audible.

–Bueno-, dijo Isabelle. -El ascensor está subiendo. -No puedo creer que no tuviese la dignidad y la sangre fría suficiente como para emborracharse y pasar la noche en alguna cuneta -, dijo Jace.- Debo decir, estoy decepcionado por el poco compañerismo.Clary apenas lo escuchó. Un creciente sentimiento de miedo hizo que su sangre se ralentizase y se espesase. Recordó su sueño: los ángeles, el hielo, Simon con alas sangrantes. Ella tembló. Isabelle la miró comprensiva.

-Hace frío aquí,-. Ella se fue a buscar una capa de terciopelo azul de uno de los percheros. -Aquí-, dijo. -Ponte esto. Clary se lo puso y se lo ciñó a su alrededor. Era demasiado larga, pero era caliente. Tenía una capucha, también forrada con raso.Las puertas del ascensor se abrieron y las paredes reflejaban su rostro pálido y asustado. Sin tan siquiera pensarlo, dio un paso dentro. Isabelle la miró en su confusión.

-¿Qué estás haciendo?

-Es Simón,- dijo Clary. -Lo sé.

-Pero- De repente, al lado de Clary estaba Jace, sosteniendo las puertas abiertas para Isabelle. -Vamos, Izzy-, dijo. Con un suspiro teatral, ella lo siguió. Clary intentaba atrapar su mirada, mientras los tres bajaban en silencio-Isabelle se estaba recogiendo el cabello-, pero Jace no la miraba. Él se estaba mirando a si mismo el espejo lateral del ascensor, silbando suavemente como siempre hacia cuando estaba nervioso. Ella recordó el ligero temblor cuando la tocó para besarla en el Tribunal de Seelie. Pensó en la mirada de Simón-y después como casi se fue corriendo para alejarse de ella, desapareciendo en las sombras en el borde del parque. Había un nudo de temor dentro de su pecho y no sabía por qué. El ascensor abrió las puertas en la nave de la catedral, viva con la luz de las velas. Ella empujó pasando por delante de Jace en su prisa para salir del ascensor y prácticamente corrió por el estrecho pasillo entre los bancos.


Tropezó con el borde que arrastraba de su capa, pero no se detuvo, agarró con la mano la capa y se dirigió hasta las puertas de doble ancho. En el interior tenían dos cerrojos de bronce del tamaño de los brazos de Clary.


Cuando alcanzó el cerrojo más alto, la campana sonó a través de la iglesia de nuevo. Ella escuchó a Isabelle susurrarle algo a Jace y, a continuación, Clary agarraba el cerrojo, arrastrándolo hacia atrás, y sintió a Jace sobre ella, ayudándola a abrir las puertas. El aire de la noche, inundó la catedral, y apagó las velas.


Olía a ciudad: salado y lleno de vapores, hormigón y a basura, y debajo de otros olores familiares, el olor del cobre.Al principio Clary pensó que las escaleras estaban vacías. Luego parpadeó y vio a Rafael, sus rizos despeinados por la brisa de la noche, su camisa blanca abierta en el cuello para mostrar la cicatriz en el hueco de su garganta. En sus brazos sostenía un cuerpo. Eso era todo lo que Clary veía mientras lo miraba incrédula, un cuerpo. Alguien muy muerto, los brazos y las piernas colgaban como cuerdas flojas, la cabeza torcida exponía una garganta destrozada. Sintió como Jace apretaba la mano de alrededor de su brazo como un tornillo de banco, y sólo entonces miró mas detenidamente y vio la chaqueta familiar de pana con una manga desgarrada, la camiseta azul debajo y que ahora estaba llena de sangre, y ella gritó. El grito no produjo ningún sonido. Clary sintió como le fallaban las rodillas y se habría desmayado y caído al suelo si Jace no hubiera estado sosteniéndola.


-No mires-, dijo en su oído. -Por el amor de Dios, no mires-. Pero ella no podía dejar de mirar las manchas de sangre en el pelo de Simon, su desgarrada garganta, los cortes a lo largo de sus colgantes muñecas. Puntos negros entorpecieron su visión mientras ella luchaba por respirar. Isabelle, que había cogido uno de los candelabros vacíos que estaban al lado de la puerta, estaba desafiando a Rafael, como si el candelabro fuese un tridente.


-¿Qué le has hecho a Simón?- En ese momento, su voz era clara e imperativa, sonando exactamente como su madre.

-El no esta muerto-, dijo Rafael, con una voz plana e impasible, dejando a Simon a los pies de Clary, con una sorprendente suavidad. Ella había olvidado cuán fuerte debía ser - era un vampiro con fuerza sobre natural, a pesar de su delgadez. A la luz de las pocas velas que se derramaba por la puerta, Clary pudo ver que la camisa de Simón estaba empapada de sangre.

-Que dijo-, comenzó. -Él no está muerto- dijo Jace, sujetándola contra el con mas fuerza. -Él no está muerto.Ella se soltó de él con un fuerte tirón y se dejó caer de rodillas sobre el hormigón. No le repugnaba tocar la ensangrentada piel de Simon, mientras deslizaba sus manos por debajo de la cabeza, y la ponía sobre su regazo.


-Simón-, susurró ella, tocándole la cara. No llevaba las gafas puestas. -Simón, soy yo.

-No puede oírte - dijo Rafael. -Se está muriendo.


Ella levantó la cabeza y lo miró.

-Pero has dicho-

-Dije que él no estaba muerto todavía-, dijo Rafael. -Pero en unos minutos-, diez, tal vez-su corazón se ralentizará y se parará. El ya no puede ver u oír nada. Los brazos de Clary se apretaron al alrededor de él involuntariamente.

-Tenemos que llevarlo a un hospital - o llamar a Magnus. -Ellos no podrán ayudarle- dijo Rafael.

-No lo comprendes. -No- dijo Jace, su voz tan suave como la seda pero con un tono agudo. -No lo hacemos. Y tal vez deberías explicarte. Porque de lo contrario voy a suponer que eres una sanguijuela granuja, y te arrancaré el corazón. Como debería haberlo hecho la última vez que nos reunimos.Rafael le sonrió sin diversión.

-Juraste que no me dañarías, Cazador de sombras. ¿Lo ha olvidado?

-Yo no lo hice-, dijo Isabelle, blandiendo el candelabro. Rafael la ignoró. Todavía estaba mirando a Jace.

-Recuerdo la noche en la cual irrumpiste en el Dumort buscando a tu amigo. Es la razón por la que lo traje aquí -hizo un gesto hacia Simon- cuando lo encontré en el hotel, en lugar de dejar que los demás bebieran de él hasta la muerte. Verás, él entró a la fuerza, sin permiso, y, por lo tanto, fue una presa fácil para nosotros. Pero lo mantuve vivo, sabiendo lo que el era para vosotros. No deseo una guerra con los Nefilim.


-Entró a la fuerza?- dijo Clary con incredulidad. -Simon nunca haría nada estúpido y loco.

-Pero lo hizo-, dijo Rafael, con una débil sonrisa, -porque él sospechaba que se estaba convirtiendo en uno de nosotros, y quería saber si el proceso podía invertirse. Es posible que recuerdes que cuando estaba en la forma de una rata, y viniste a buscarlo, el me mordió.

-Muy emprendedor de su parte-, dijo Jace. -Lo apruebo.

-Tal vez-, dijo Rafael. -En cualquier caso, tomó un poca de mi sangre en su boca cuando lo hizo. Sabes que es cómo pasamos nuestros poderes a los demás. A través de la sangre. A través de la sangre. Pensó Clary.

-Él pensaba que se estaba convirtiendo en uno de vosotros-, dijo. -Fue al hotel para ver si era cierto. -Sí- dijo Rafael. -La pena es que los efectos de mi la sangre probablemente se hubiesen desvanecido con el paso del tiempo y no le habrían hecho nada. Pero ahora- El gesticuló hacia el cuerpo de Simon.

-¿Y ahora qué?- dijo Isabelle, con un tono duro en su voz. -Ahora se va a morir?

-Y se levantará de nuevo. Ahora será un vampiro. El candelabro se escapó de las manos de Isabelle mientras abría sus ojos enormemente en estado de shock.

-¿Qué?


Jace capturó el arma improvisada antes de que golpease el suelo. Cuándo se dirigió a Rafael, sus ojos eran sombríos.

-Estás mintiendo.

-Espera y verás-, dijo Rafael. -Él va a morir y luego renacerá como uno de los Hijos de la Noche. Esa es también la razón por la que vine. Simon es uno de los míos ahora-.


No había nada en su voz, ni dolor, ni placer, pero Clary no podía dejar de preguntarse qué alegría escondida podría sentir el.

-No hay nada que se pueda hacer? No hay forma de revertir esto?- exigió Isabelle, su voz estaba llena de pánico.


Clary pensó distantemente, que era extraño que estos dos, Jace y Isabelle, que no querían a Simon de la forma en que ella lo hacia, llevasen toda la conversación.Pero tal vez ellos hablaban, porque ella no podía decir ni una palabra.

-Podrías cortarle la cabeza y quemarle el corazón, pero duda de que lo hagáis.

-¡No!- Las manos de Clary agarraron más fuertemente a Simon.

-No te atrevas a lastimarlo.

-No tengo ninguna necesidad-, dijo Rafael.

-No hablaba contigo.- Clary no alzó la vista. -No lo pienses, Jace. Ni siquiera pienses en ello.


Hubo silencio. Ella podía oír la respiración entrecortada de Isabelle, y Rafael, por supuesto, no respiraba en absoluto. Jace dudó un momento antes de que decir,

-Clary, que querría Simon? ¿Es esto lo que el querría para el? Ella levantó la cabeza. Jace la estaba mirando, el candelabro de metal aún estaba en su mano, y de repente una imagen vino a su mente, Jace agarrando a Simon y clavándole el candelabro en el pecho, sangre salpicando como una fuente.

-¡Aléjate de nosotros!- ella gritó de repente, tan fuerte que vio en la distancia a unas figuras caminando por la avenida en frente de la catedral que se giraron, asustados por el ruido. Jace se puso blanco, tan blanco que parecía inhumano, con sus ojos como discos dorados, extraños y fuera de lugar. Él dijo,

-Clary, no crees- Simon jadeó, de repente, arqueándose hacia arriba. Ella gritó de nuevo y lo agarró fuertemente, acercándolo aún más. Sus ojos eran anchos, ciegos y estaban aterrados. Hasta que la miró y levantó una mano. Ella no estaba segura de si él estaba tratando de tocar su cara o agarrarla, o es que no sabía quién era ella.

-¡Soy yo,- dijo ella, agarrándole su mano y entrelazando sus dedos con los de él. -Simón, soy yo. Clary-. Sus manos le resbalaban entre las de él; cuando ella miró hacia abajo, vio que estaban mojadas con sangre de su camisa y de las lágrimas que se le habían resbalado en su cara sin darse cuenta.

-Simón, Te quiero-, dijo. Las manos de el, apretaron las de ella. Respiró con mucha dificultad, produciendo un sonido áspero y, a continuación, no volvió a respirar. Te quiero. Te quiero. Te quiero. Las últimas palabras a Simón hacían un eco en los oídos de Clary mientras el agarré de el se debilitaba. Isabelle de repente estaba junto a ella, diciéndole algo en su oído, pero Clary no podía escucharla. El sonido de agua corriendo, como el de una ola, llenó sus oídos.



Ella vio como Isabelle trataba suavemente de que soltara las manos de Simón, y no podía. Clary estaba sorprendida. No parecía que las estuviera agarrando tan fuertemente. Dándose por vencida, Isabelle se puso de pie y se giró hacia Rafael llena de ira. Ella estaba gritando. A mitad de su diatriba, Clary volvió a escuchar, al igual que una emisora de radio que había encontrado una estación dentro de su alcance.

-y ahora que se supone que vamos a hacer?- gritó Isabelle.

-Enterrarlo-, dijo Rafael. El candelabro se balanceaba en las manos de Jace.

-Eso no es divertido. -No se supone que tenga que serlo-, dijo el vampiro, sin inmutarse. -Así es como estamos hechos. Nos drenan la sangre, y nos entierran. Cuando excavamos nuestra propia salida de la tumba, que es cuando nace un vampiro.Isabelle hizo un leve sonido de disgusto.

-Creo que no podría hacer eso.

-Algunos no pueden-, dijo Rafael. -Si nadie está ahí para ayudarles a cavar, se quedan así, atrapados como ratas debajo de la tierra. Un sonido rasgado salió de la garganta de Clary. Un sollozo que fue tan bruto como un grito. Ella dijo,

-No pienso enterrarlo.

-Entonces se quedará así-, dijo Rafael despiadadamente. -Muerto pero no muerto. Nunca despertará. Todos la estaban mirando. Isabelle y Jace retenían sus respiraciones, esperando su respuesta. Raphael se veía indiferente, casi aburrido.

-No has entrado en el Instituto porque puedes,¿verdad?- dijo Clary.- Porque es tierra santa y que eres impío.

-Eso no es exactamente-, comenzó Jace, pero Rafael lo cortó con un gesto. -Debo decirte,- dijo el chico vampiro -, que no hay mucho tiempo. Cuanto más esperemos para enterrarlo, menos probabilidades tendrá él de ser capaz de cavar su propio camino. Clary miró hacia abajo a Simon. Se veía como si estuviese dormido, si no fuera por los largos cortes a lo largo de su piel desnuda.

-Podemos enterrarlo-, dijo. -Pero quiero que sea en un cementerio judío. Y quiero estar allí cuando él se despierte. Los ojos de Rafael brillaron.

-No será agradable.

-Nada lo es.- Apretó su mandíbula.

-Vamos. Sólo tenemos unas pocas horas hasta el amanecer.


10. Un Magnifico y privado lugar

El cementerio estaba en las afueras de Queens, donde edificios de apartamentos cedieron filas de ordenadas casas victorianas pintadas de colores de pan de jengibre: rosa, blanco, y azul.


Las calles eran anchas y en su mayor parte desiertas, la avenida que llevaba al cementerio estaba oscura menos por una sola farola.

Los tomó un momento para romper con sus estelas las puertas cerradas, y otro mientras encontraban un lugar lo suficiente oculto para que Raphael empezará a cavar.


Estuvo a la cabeza de una colina baja, refugiado del camino abajo por una línea gruesa de árboles. Clary, Jace e Isabelle estaban protegidos con un glamour, pero no había manera de ocultar a Raphael, ni para ocultar el cuerpo de Simon, así que los árboles proporcionaron una cobertura bienvenida.

Los lados de la colina frente al camino fueron estratificados gruesamente con lápidas mortuorias, muchos de ellos soportando una Estrella de David señalada por encima. Ellos brillaban blanco y liso como la leche a la luz de la luna. En la distancia habia un lago, su superficie fruncida con brillantes ondas. Un lugar agradable, pensó Clary. Un buen lugar para venir y colocar flores a alguien en una tumba, para sentarse un rato y para pensar de su vida, lo que ellos significaron para ti.


No un buen lugar para venir de noche, al amparo de la oscuridad, para enterrar a su amigo en una tumba superficial de tierra sin el beneficio de un ataúd ni un servicio.


-¿Sufrió? -le preguntó ella a Raphael.


Él miró hacia arriba desde su excavación, presionando el asa de la pala como el excavador de tumbas de Hamlet.

- ¿Qué?

-Simon. ¿Sufrió? ¿Le hicieron daño los vampiros?

-No. La muerte de sangre no es una manera tan mala de morirse, -dijo Raphael, su voz era suave y musical-. La mordedura le droga. Es agradable, como dormirse.


Una ola de mareo pasó sobre ella, y por un momento pensó que podría desmayarse.

-Clary. -La voz de Jace la chasqueó fuera de su ensueño-. Vamos. No tienes que ver esto.Le tendió la mano. Mirando por delante de él, pudo ver a Isabelle en posición con su látigo en la mano. Ellos habían envuelto el cuerpo de Simon en una manta y lo colocaron en el suelo a sus pies, como si ella lo protegiera.


No, Clary se recordó violentamente. Él. Simon.


-Quiero estar aquí cuando se despierte.

-Lo sé. Vendremos inmediatamente.


Cuándo ella no se movió, Jace tomó el brazo sumiso y la arrastró lejos del claro y abajo por el lado de la colina. Había cantos rodados allí, justo encima de la primera línea de tumbas; él se sentó en uno, cerrando la chaqueta. Estaba sorprendentemente fresco fuera. Por primera vez esta temporada Clary pudo ver su aliento cuando exhaló.


Se sentó en el canto rodado al lado de Jace y miró fijamente hacia abajo en el lago. Ella podía oír el rítmico tum-tum de la pala de Raphael que golpeaba la tierra y paleaba la tierra golpeando el suelo. Raphael no era humano; él trabajaba rápido. No le tomaría mucho cavar una tumba. Y Simon no era una persona grande; la tumba no tenía que ser profunda.Una puñalada de dolor torció por el abdomen. Se dobló hacia delante, se abrió las manos a través del estómago


- Me siento enferma.

-Lo sé. Por eso te saqué fuera de aquí. Parecía que ibas a vomitar en los pies de Raphael.Ella lanzó un suave quejido.-Podría haber borrado la sonrisa afectada de la cara, -Jace observó pensativamente-. Habría sido considerado.

-Cállate. -El dolor se había aliviado. Ella inclinó la espalda de cabeza, mirando arriba la luna, un círculo de astillada plata brillaba flotando en un mar de estrellas.

-Esto es mi culpa.

-No es tu culpa.

-Tienes razón. Es nuestra culpa.Jace giró hacia ella, con clara exasperación en las líneas de los hombros

- ¿Cómo figuras eso?Ella lo miró en silencio por un momento. El necesitaba un corte de pelo. Su cabello se rizaba cuando se hacía demasiado largo, en zarcillos cerrados, el color del oro blanco a la luz de la luna. Las cicatrices en la cara y la garganta parecían haber sido grabadas al agua fuerte allí con tinta metálica. Era hermoso, pensó miserablemente, hermoso y no había nada allí en él, no una expresión, no una inclinación de pómulo ni forma de mandíbula ni curva de labios que indicaran ninguna semejanza familiar a ella misma ni a su madre. Ni siquiera se parece realmente a Valentine.

-¿Qué? -Dijo él-. ¿Por qué me miras así?


Ella quiso tirarse en sus brazos y sollozar al mismo tiempo que quiso golpearle con los puños. En vez de eso, ella dijo,

-Si no fuera por lo que sucedió en el tribunal de las hadas, Simon todavía estaría vivo.El alcanzó abajo y tiró salvajemente un trozo de césped fuera del suelo. La tierra todavía se adhirió a las raíces. El lo tiró aparte.

- Fuimos forzados a hacer lo que hicimos. No es como si nosotros lo hubiesemos hecho por diversión, ni para dañarlo. Además, -dijo, con el fantasma de una sonrisa-, eres mi hermana.

-No digas que...

-¿Que, "hermana"? -El sacudió la cabeza-. Cuando era un niño pequeño, yo me di cuenta de que si decías cualquier palabra una y otra vez lo bastante rápido, perdía todo su significado. Me despertaba diciendo las palabras una y otra vez a y mi mismo: "azúcar", "espejo", "susurro", "oscuridad". "Hermana", -dijo, suavemente-. Eres mi hermana.

-No importa cuántas veces lo digas. Todavía será verdad.

-Y no importa lo que no permitirás que diga, eso todavía será verdad también.

-¡Jace! -Otra voz, llamandolo por su nombre.


Era Alec, ligeramente sin aliento de correr. El tenía una bolsa plástica negra en una mano. Detrás de él Magnus acechaba, imposiblemente alto y delgado y mirando ceñudo en un abrigo largo de cuero que batió al viento como las alas de un murciélago. Alec vino a parar frente a Jace y mantuvo fuera la bolsa

- Traje sangre, -dijo-. Como pediste.


Jace abrió la parte superior de la bolsa, miró, y arrugó la nariz

-¿Donde conseguiste esto?-De una carnicería en Greenpoint, -dijo Magnus, uniendose-. Ellos sangran su carne para hacer halal. Es sangre animal.

-Sangre es sangre, -dijo Jace, y se paró. Miró abajo hacia Clary y vaciló-. Cuando Raphael dijo que esto no sería agradable, no mentía. Puedes permanecer aquí. Haré bajar a Isabelle para esperar contigo.Ella inclinó la espalda de cabeza para mirar hacia él. La luz de la luna lanzó la sombra de las ramas a través de la cara

- ¿Alguna vez has visto el nacimiento de un vampiro?

-No, pero yo...

-Entonces realmente no sabes, ¿verdad? -Se levantó y la capa azul de Isabelle cayó alrededor susurrando-. Quiero estar allí. Tengo que estar allí.


Ella podía ver sólo parte de la cara en las sombras, pero ella pensó que él miraba casi...impresionado

- Sé que es mejor decirte lo que no puedes hacer, -dijo-. Vamos.


Raphael apisonaba un rectángulo grande de tierra cuando ellos regresaron del claro, Jace y Clary un poco adelantados de Magnus y Alec, que parecían estar discutiendo acerca de algo. El cuerpo de Simon había desaparecido. Isabelle se sentaba en el suelo, su látigo estaba enrollado en los tobillos en un círculo dorado. Ella tiritaba.

-.Jesus, hace frío, -dijo Clary, tirando del pesado abrigo de Isabelle alrededor de ella. El terciopelo estaba tibio, por lo menos. Ella trató de ignorar el hecho de que el dobladillo estaba manchado con la sangre de Simon

- Es como si fuera Invierno de la noche a la mañana.

-Alegrate de que no es invierno, -dijo Raphael, poniendo la pala contra el tronco de un árbol cercano-. El suelo se congela en invierno, como el hierro. A veces es imposible para excavar y el polluelo debe esperar meses, hambriento bajo tierra, antes de que pueda haber nacido.

-¿Es que los llamas así? ¿Polluelos? -dijo Clary. La palabra pareció equivocada, demasiado amistosa de algún modo. Le recordó a patitos.

-Sí, -dijo Raphael-. Significa que el aún no ha nacido o nuevamente nacido. -El vislumbró a Magnus entonces, y por una fracción de segundo miró sorprendido antes que él cambiara la expresión con cuidado de sus facciones-. Gran Brujo, -dijo-. No había esperado verle aquí.

-Tenía curiosidad, -dijo Magnus, sus ojos de gato brillaban-. Nunca he visto el nacimiento de uno de los Niños de Noche.

Raphael miró a Jace, que se repantigaba contra un tronco de árbol-. Mantienes una compañía sorprendentemente ilustre, cazador de sombras.

-¿Hablas de ti mismo otra vez? -preguntó Jace. El suavizó la tierra batida con la punta de una bota-. Eso parece jactancioso.

-Quizá él se refería a mi, -dijo Alec. Todos lo miraron sorprendidos. Alec raramente hacía chistes. El sonrió nerviosamente-. Lo siento, -él dijo-. Nervioso.

-No hay necesidad de eso, -dijo Magnus, alcanzando para tocar el hombro de Alec. Alec se movió rápidamente fuera del alcance, y la mano extendida de Magnus se cayó a su lado.

-¿Qué hacemos nosotros ahora? -Demandó Clary, abrazándose para entrar en calor. El frío parecía rezumar en cada poro de su cuerpo. Seguramente hacía demasiado frío para una tarde de verano.

Raphael, advirtiendo su gesto, sonrió un minuto-. Siempre hace frío en un nacimiento, -dijo-. El polluelo saca la fuerza de los seres vivos que lo rodean, tomando de ellos la energía para nacer.Clary lo miró con resentimiento-. No pareces tener frío.

-No estoy vivo. -Dijo rafael mientras daba pasos hacia tras de la tumba, clary se forzó a pensar en ella como un sepulcro aunque era una tumba, porque eso era exactamente.
-hagan espacio –dijo Rafael-simón difícilmente podrá salir si están parados sobre el. -Ellos se hicieron rápidamente hacia atrás.
-clary vio que isabelle temblaba hasta los codos, clary la agarro por su brazo derecho y le di vuelta para verla y noto que estaba palida tan palida que sus labios estaban blancos, ¿ que esta mal?- Pregunto clary.
“Todo”-dijo isabelle- clary quizás solo deberíamos dejarlo ir -espeto isabelle.
Dejarlo morir querras decir-dijo clary mientras soltaba violentamente el brazo de isabelle, por supuesto que es lo que piensas , tu crees que toda persona que no sea como tu esta mejor muerta. Dijo clary airadamente.
El rostro de isabelle se veía lleno de tristeza y dijo : No es eso….
De repente un sonido fuertes y tosco un sonido que clary jamás había escuchado antes, un sonido que parecía como un palpitar, que se escuchaba por debajo de la tierra como si de repente se pudieran oir los latidos del corazón de la tierra.
-que esta pasando –penso clary, y en ese momento la tierra bajo sus pies la tierra se movia como si fueran olas de el mar, un montículo de tierra se formo de repente y empezaron a salir disparados trozos de tierras por todas partes.
-de repente del montículo de tierra salieron unas manos llenas de tierra y con las uñas sucias, “simon”-dijo clary mientras trataba de llegar hasta el , pero Rafael la agarro y la hizo para atrás.-dejame ir- le dijo clary mientras trataba de liberarse de el pero Rafael era tan fuerte como el acero. No ves que necesita nuestra ayuda-le grito clary.
-el debe hacerlo solo-le dijo Rafael mientras la detenia, es mejor de esa manera-concluyo Rafael.
“Es tu manera , no la mia”-dijo clary, mientras luchaba por liberarse y lo logro , corrió hacia el montículo de tierra pero este se hizo mas grande e hizo caer a clary hacia atrás. De la tierra salió una figura encorvada a toda prisa. Sus uñas eran como garras asquerosas undidas en la tierra , sus brazos estaban desnudos arañados y llenos de sangre. Cuando finalmente salió del todo, salto y puso sus pies sobre la tierra.
-“simon”- susurro clary, porque por supuesto era simon, simon y no otra cosa.
-clary sintió temblar sus piernas mientras corria hacia el, sus zapatos se undieron en el lodo, mientras oia gritar a jace-¿clary que haces?, ella tropezó debido a que sus zapatos seguían undidos en el lodo, y cayo de rodilla al lado de simon, quien todavía lucia como si estuviera muerto. Su pelo estaba asqueroso todo revuelto y lleno de cuagulos de sangre y tierra. Sus lentes ya no estaban, su camiseta estaba destrozada y lo que quedaba de ella estaba sucia y llena de sangre.
¿simon?-dijo clary mientras ponía su mano el hombro de el.
¿simon estas… y en ese momento el cuerpo de simon se tenso bajos sus dedos cada musculo estaba duro y tenso como el hierro -bien? –concluyo clary.
-el giro su cabeza y ella vio sus ojos, eran blancos y sin vida.
Con un grito agudo el dio la vuelta y salto sobre ella, como lo hace una serpiente al atacar, el la golpeo directamente haciéndola caer de espaldas sobre la tierra.
-SIMON-grito clary pero pareció como que el no la escucho, el rostro de simon estaba torcido , irreconocible para ella. El hizo sus labios hacia atrás y clary vio sus colmillos que bajo la luz de la luna parecían dos cuchillas afiladas.
De repente clary asustada lo pateo, pero el la agarro por los hombros y la contuvo contra el suelo. Sus manos estaban ensangrentadas, las uñas rotas pero aun asi era increíblemente fuerte mas fuerte que un cazador de sombras.
Los hueso de donde el la tenia agarrada le dolían debido a la fuerza con la que la sostenía y en ese momento el salió volando hacia un lado como si no pesara nada como si fuera una pluma. Clary se puso de pie respirando entrecortadamente, y se encontró con la mirada acusadora de Rafael y este le dijo gruñendo: “te dije que te mantuvieras alejada de el” y se giro para donde estaba simon. Que no había caído muy lejos de ahí. Clary suspiro y dijo en un susurro: el no me conoce. A lo cual Rafael respondió : si te conoce, pero no le importa. Y se lo decía mientras buscaba a jace con la mira, cuando lo miro le dijo: el esta hambriento, necesita sangre.
-Jace quien había permanecido de pie congelado y palido por lo que sucedia dio un paso hacia adelante y le dio un paquete con varias bolsas plásticas, Rafael se las arrebato y abrió la primera bolsa dejando caer unas gotas en la cara de simon quien si como si pudiera oler la sangre se revolcaba y se retorcía en la tierra.
-aquí tienes le decía Rafael, casi como reconfortándolo, bebe pequeño, bebe.
Y simon que había sido vegetariano desde los 10 años por decisión propia, quien no bebía leche si no era organica y que le tenia un gran pavor a las agujas, arrebato la bolsa de la mano de Rafael y clavo sus dientes en ella y trago rápidamente y tiro la bolsa.
-rafael ya tenia lista la segunda bolsa y la puso en la mano de simon mientras le decía: no bebas demasiado rápido o te enfermaras. Desde luego simon lo ignoro, el se atraganto con la bolsa bebiendo con gula y la sangre empezó a salir por las esquinas de su boca hasta llegar a su cuello. empezaron a caer gotas que salpicaban sus manos. Los ojos de simon estaban cerrados.
-en ese momento Rafael se dio vuelta para mirar a clary y ella supo que en ese momento jace y los demás miraban a simon con el mismo horror y repugnancia que ella. Entonces Rafael dijo: la próxima ves que el se alimente no será tan sucio.
SUCIO- pensó clary.
Clary se dio la vuelta y empezó a caminar, ella podía escuchar a jace llamándola pero ella lo ignoro. Empezó a correr hacia los arboles y ya estaba a medio camino cuando las nauseas se apoderaron de ella por completo cayo de rodillas y vomito. Cuando termino se puso de pie y siguio caminando no había avanzado mucho cuando ya no pudo mas y se dejo caer sobre tierra sabia que seguramente estaba sobre la tumba de alguien pero no le importo.
Ella echo su cara contra la tierra firme y fría y por primera vez clary pensó que morir quizás no era tan malo después de todo.


Capítulo 11: De Humo y Acero

La unidad de cuidados intensivos del hospital Beth Israel siempre le recordó a Clary las fotos que había visto de la Antártida: era fría y le daba la sensación de soledad. Todo era gris, blanco o azul pálido. Las paredes de la habitación de su madre eran blancas, los tubos que se asomaban en torno a su cabeza y las repisas con máquinas emitiendo bipidos interminables junto a su cama eran grises, y la manta subida hasta su pecho era azul pálido. Su rostro era blanco. El único color en la habitación era su cabello rojo, ardiendo sobre la blanquecina extensión de la almohada como una llamativa e incongruente bandera izada en el polo sur.


Clary se preguntaba cómo se las arreglaba Luke para pagar por la habitación privada de su madre, de dónde venía el dinero y cómo lo obtenía. Supuso que podía preguntarle cuando regresara de comprar café de la máquina vendedora en la desagradable cafetería del tercer piso. El café de máquina de ahí lucía como alquitrán y sabía a él, pero Luke parecía adicto a esa cosa.
Las patas de metal de la silla junto a la cama chirriaron contra el piso cuando Clary la acercó y se sentó lentamente, alisando su falda por debajo de las piernas. Siempre que venía a visitar a su madre al hospital se sentía nerviosa y se le secaba la boca, como si fuera a meterse en un problema o algo. Quizás era porque las únicas veces que había visto a su madre así, rígida y tensa, eran cuando estaba por estallar de ira.


-Mamá -dijo.

Alargó el brazo y le cogió la mano izquierda; aún había en su muñeca una marca punzante, ahí donde Valentine le había incrustado el extremo de un tubo. La piel de la mano de su madre –siempre áspera y agrietada, manchada con pintura y trementina- se sentía seca como la corteza de un árbol. Clary hundió sus dedos alrededor de los de Jocelyn, sintiendo un gran nudo formándose en su garganta

- Mamá, yo… -se aclaró la voz-. Luke dice que puedes escucharme. No sé si sea verdad. Bajo cualquier caso, vine porque necesitaba hablar contigo y no importa si no puedes responderme. Verás, el asunto es… -tragó de nuevo y miró hacia la ventana donde se divisaba una franja de cielo azul al borde del muro de ladrillo que daba hacia el hospital-.Es Simon. Le ha sucedido algo… Algo que fue por mi culpa.


Ahora que no veía el rostro de su madre, relató toda la historia, completa: cómo había conocido a Jace y a los otros Cazadores de Sombras, la búsqueda de la Copa Mortal, la traición de Hodge y la batalla en Renwick, el hecho de que Valentine era su padre al igual que el de Jace. Y eventos recientes también: la visita nocturna a la Ciudad de Hueso, la Espada del Alma, el odio de la Inquisidora hacia Jace, y la mujer de cabello plateado. Y luego le habló a su madre sobre el Tribunal de Seelie, sobre el precio que la Reina había exigido, y lo que le sucedió a Simon después. Pudo sentir las lágrimas quemar su garganta mientras hablaba, pero fue un alivio el contarlo, el desahogarse con alguien, aún cuando ese alguien –probablemente- no podía oírla.


-Así que, básicamente –dijo-, lo he arruinado todo. Recuerdo cuando me dijiste que madurar es el momento en que empiezas a tener cosas que recordar y deseas cambiar. Supongo que eso significa que he madurado. Es sólo que- que-. Pensé que estarías ahí cuando eso sucediera. Se atragantó en lágrimas justo cuando alguien se aclaraba la garganta tras ella.


Clary se volteó y vio a Luke de pie en la entrada sosteniendo un vaso de espuma. Bajo las luces fluorescentes del hospital, pudo contemplar lo cansado que lucía. Había canas en su cabello y su camisa de franela azul estaba arrugada.
-¿Cuánto rato llevas parado ahí?
-No mucho –dijo-.Te traje algo de café-le tendió el vaso pero ella lo rechazó con la mano.
-Los detesto. Saben a calcetín.
Él le sonrió. –¿Cómo puedes saber a qué sabe un calcetín?
-Sólo lo sé-. Se inclinó y besó la fría mejilla de Jocelyn antes de ponerse de pie.-Adiós, mamá.
La camioneta azul de Luke estaba aparcada en el estacionamiento bajo el hospital. Salieron hacia la autopista Franklin D. Roosevelt antes que él hablara.
-Oí lo que dijiste allá en el hospital.
-Y yo que pensé que estabas fisgoneando –espetó sin resentimiento. Nada de lo que ella había dicho a su madre era algo de lo que Luke no podía enterarse.
-Lo que le sucedió a Simon no fue tu culpa.
Escuchó las palabras que parecieron rebotar en ella como si hubiese una pared invisible a su alrededor, como la que Hodge había levantado cuando le entregó a Valentine la Copa Mortal, pero esta vez no podía oír ni sentir nada a través de ella. Se sentía tan helada como si la hubiesen cubierto de hielo.
-¿Me oíste, Clary?
-Suena bonito, pero claro que fue mi culpa. Todo lo que le sucedió a Simon fue mi culpa.
-¿Porque él estaba molesto contigo cuando regresó al hotel? Él no regresó ahí por estar enojado contigo, Clary. He oído de situaciones como esta. A aquellos que no se trasforman del todo les llaman darklings. Él se pudo haber sentido arrastrado hacia el hotel por un impulso que no pudo controlar.
-Porque tenía la sangre de Raphael dentro de él. Pero eso nunca habría sucedido de no haber sido por mí. Si no lo hubiera traído a esa fiesta-
-Pensaste que sería seguro ahí. No lo expusiste a ningún peligro del cual no te expusieras tu. No puedes torturarte así-dijo Luke, doblando hacia el Puente de Brooklyn. El agua moviéndose bajo ellos en ondas de gris plateado-. No tiene sentido.
Se sintió diminuta en su asiento, rizando sus dedos en las mangas de su sudadera de punto con capucha color verde. Los bordes estaban raídos y el hilo le cosquilleó la mejilla.
-Mira –continuó Luke-. De todos los años que le conozco, ha habido siempre un lugar definido en el cual Simon ha querido estar y siempre ha luchado como el demonio para asegurarse de estar y quedarse ahí.
-¿Qué lugar es ese?
-Donde sea que estuvieras tú –dijo Luke-. ¿Recuerdas esa vez que te caíste del árbol en la granja cuando tenías diez años y te fracturaste el brazo? ¿Recuerdas cómo logró que le dejaran ir contigo en la ambulancia hacia el hospital? Pataleó y gritó hasta que cedieron.
-Tú te reíste –dijo Clary, recordando-, y mi mamá te golpeó el hombro.
-Era difícil no reírse. Determinación como esa en un niño de diez años es cosa de ver. Era como un pit bull.
-Si los pit bulls llevaran lentes y fueran alérgicos a la ambrosía.
-No puedes ponerle precio a ese tipo de lealtad –dijo Luke ahora más serio.
-Lo sé. No me hagas sentir peor.
-Clary, lo que quiero decir es que él tomó sus propias decisiones. Te culpas por ser lo que eres. Y eso no es culpa de nadie y no hay nada que puedas cambiar. Tú le dijiste la verdad y él decidió lo que quiso hacer con ella. Todos tienen elecciones que tomar; nadie tiene derecho de quitarnos aquellas elecciones. Ni si quiera por amor.
-Pero es precisamente eso –dijo Clary-. Cuando amas a alguien no tienes elección-. Pensó en la forma que su corazón se había contraído cuando Isabelle le había dicho que Jace había desparecido. Había salido de la casa sin si quiera pensarlo o vacilar. –El amor te quita elecciones.
-Es mucho mejor que no tenerlo -Luke condujo la camioneta hacia Flatbush. Clary no contestó, sólo fijó la mirada de forma aburrida hacia fuera de la ventana. La zona que rodeaba el puente no era precisamente una de las más bonitas de Brooklyn; cada lado de la avenida se alineaba con horrendos edificios de oficinas y tiendas de carrocería y pintura de autos. Comúnmente los detestaba pero en este momento le venían bien a su estado de ánimo-. Y bueno, ¿has tenido noticias de-? –comenzó Luke, aparentemente decidiendo que era hora de cambiar el tema.
-¿Simón? –interrumpió-. Sí, sabes que lo que hecho.
-En realidad iba a decir Jace.
-Oh–. Jace la había llamado a su teléfono celular muchas veces dejando mensajes. No había contestado ni devuelto sus llamadas. No hablarle era su forma de penitencia por lo que le había sucedido a Simon. Pensó que era la mejor forma de castigarse a sí misma-. No, no las he tenido.
La voz de Luke fue neutral. –Quizás deberías. Sólo para saber si se encuentra bien. A lo mejor se la está pasando mal, considerando-
Clary se removió en su asiento. –Creí que lo habías averiguado con Magnus. Te oí hablándole sobre Valentine y todo el asunto de invertir la Espada del Alma. Estoy segura que te habría dicho si Jace no estaba bien.
-Magnus puede asegurarme la buena salud física de Jace. Pero su salud mental, por otro lado-
-Olvídalo. No voy a llamarlo–. Clary casi se sorprendió de sí misma por el frío tono de su voz. -Tengo que acompañar a Simon en estos momentos. No es como si su salud mental esté muy bien tampoco.
Luke suspiró. –Si está teniendo problemas para adaptarse a su condición, quizás debería-
-¡Pero claro que está teniendo problemas!–. Lanzó a Luke una mirada acusadora, aún cuando éste se concentraba en el tráfico y no lo notó-. De entre todos tú más que nadie debería comprender lo que se siente-
-¿Despertar un día cualquiera hecho un monstruo? –Luke no sonó angustiado, más bien agotado-. Tienes razón y lo comprendo. Y si alguna vez desea conversar conmigo, estaría feliz de hablarle de ello. Va a superarlo, aún cuando en ocasiones piense que no podrá.
Clary frunció el ceño. El sol se ponía tras ellos, haciendo que el espejo retrovisor brillara como oro. La luminosidad hizo que los ojos le escocieran. –No es lo mismo –dijo-. Al menos tú creciste sabiendo que los hombres lobo existían. Antes que él pueda contarle a quien sea que es un vampiro, debe convencerlo en primer lugar que los vampiros existen.
Luke estuvo a punto de decir algo, pero luego cambió de parecer. –Sí, estás en lo cierto-. Ahora se encontraban en Williamsburg, conduciendo por la poco transitada Kent Avenue, los almacenes alzándose sobre ellos a ambos lados de la calle. –Aún así. Tengo algo para él. Está en la guantera. Sólo por si acaso…
Clary abrió de golpe el compartimiento y frunció el ceño. Sacó un folleto doblado, reluciente, de aquellos que apilan en estanterías de plástico transparente en las salas de espera del hospital. -“Cómo Salir del Armario con Tus Padres”-leyó en voz alta-. LUKE. No seas ridículo. Simon no es gay, es un vampiro.
-Lo sé, pero ese folleto habla de cómo decirle a tus padres las verdades sobre ti que ellos no quieren oír. A lo mejor puede adaptar alguna de las charlas, o sólo considerar las recomendaciones en general-
-¡Luke! –chilló con voz tan aguda que él detuvo la camioneta con un fuerte chirrido de frenos. Estaban justo frente a su casa, con las aguas del East River centelleando a su izquierda, el cielo trazado por la oscuridad y las sombras. Una figura negra se inclinó frente al porche de la casa de Luke.
Luke entrecerró sus ojos. Como lobo, le había dicho a Clary que su vista era perfecta; como humano, que ya se estaba quedando corto de ella. –¿Es ese…?
-Simon. Sí –ella le reconoció aún de perfil-. Mejor debería ir a hablarle.
-Claro. Yo voy a… Ah… Atender algunos asuntos. Tengo que ir por unas cosas.
-¿Qué cosas?
Él le hizo un ademán con las manos de que se moviera. –Algo para comer. Regresaré dentro de media hora. Pero no te quedes afuera, entra y échale llave a la puerta.
-Sabes que lo haré.


Su corazón latía fuertemente. Había hablado con Simon por teléfono un par de veces, pero no le había visto desde que le habían traído, atontado y salpicado en sangre, a la casa de Luke a oscuras y tempranas horas de aquella fatídica madrugada para limpiarlo antes de conducirlo a su propio hogar. Y ella había pensado en que debían llevarlo al Instituto, pero eso era evidentemente imposible. Simon no podría ver nunca más el interior de una iglesia o sinagoga.

Clary le vio subir las escalinatas hacia la puerta delantera, con los hombros inclinados hacia adelante como si estuviera caminando contra un viento muy fuerte. Cuando la luz de la entrada se prendió de forma automática, se apartó rápidamente, y ella supo que fue porque había creído que era la luz del sol; y comenzó a llorar silenciosamente en el asiento trasero de la camioneta, las lagrimas derramándose sobre la extraña Marca negra en su antebrazo.

-Clary –había susurrado Luke alcanzando su mano, pero ella la apartó tal como Simon se apartó de la luz. Ella no podía tocarlo. No podría tocarlo nunca más. Ese fue su castigo, lo que debía pagar por lo que le había hecho a Simon.
Mientras caminaba hacia el porche de Luke se le secó la boca y se le obstruyó la garganta con la presión de las lágrimas. Se dijo a sí misma que no iba a llorar. Eso sólo haría que él se sintiera peor.


Simon estaba sentado entre las sombras de una esquina del porche, observándola. Ella pudo ver el brillo de sus ojos en la oscuridad y se preguntó si habían llevado esa suerte de destello anteriormente, pero no pudo recordarlo. -¿Simon?
Se levantó con un movimiento suave y elegante que a ella le heló la espina dorsal. Siempre hubo algo que Simon nunca tuvo, y eso era elegancia. Y había algo más en él, algo distinto-

-Perdona si te he asustado –dijo pausadamente, casi formal, como si le hablara a un desconocido.
-Está bien, es sólo que- ¿Cuánto llevas aquí?
-No mucho. Sólo puedo salir después de la puesta del sol, ¿recuerdas? Ayer saqué accidentalmente un centímetro de mi mano por la ventana y casi se me carbonizan los dedos. Por suerte puedo curarme rápido.
Hurgó por su llave, las puso en la cerradura y abrió la puerta. Una pálida luz se derramó sobre el porche. –Luke dijo que deberíamos quedarnos dentro.
-Porque esas cosas asquerosas –dijo Simon, empujándola frente a él- salen de noche.


El salón estaba inundado por una cálida luz amarilla. Clary cerró la puerta tras ellos y tiró del pestillo para asegurarla. El abrigo azul de Isabelle aún colgaba de un gancho en la puerta. Había pensado en llevarlo a una lavandería para ver si podían quitarle las manchas de sangre, pero aún no había tenido la oportunidad de hacerlo. Contempló el abrigo un momento para darse tiempo de fortalecerse antes de volver la vista hacia Simon.
Él se encontraba de pie en medio de la habitación con las manos torpemente guardadas en los bolsillos de su chaqueta. Llevaba vaqueros y una camiseta de franela que decía I <3>


–Tus lentes –dijo ella, notando recién qué era lo que le había parecido tan raro cuando le vio en el porche. –No los llevas puestos.
-¿Alguna vez has visto un vampiro con lentes?
-Bueno, no, pero-
-No los necesito. La visión perfecta parece un gaje del oficio-. Se sentó en el sofá y Clary se le unió, tomando asiento a su lado manteniendo distancias. Así de cerca pudo contemplar lo pálida que lucía su piel y las venas de trazados azules que se dibujaban justo bajo su superficie. Sus ojos sin los lentes eran oscuros y enormes, y sus pestañas trazos de tinta negra. –Pero evidentemente tengo que ponérmelos cuando ando en casa o a mi madre le daría un ataque. Tendré que decirle que estoy poniéndome lentes de contacto.
-Vas a tener que decirle la verdad, y punto –dijo Clary, más segura de lo que se sentía-. No puedes ocultar tu- tu condición para siempre.
-Puedo intentarlo-. Arrastró una mano por entre sus negros cabellos, contorsionando los labios. –Clary, ¿qué voy a hacer? Mi mamá sigue sirviéndome comida y tengo que tirarla por la ventana – No he salido en dos días pero no sé cuanto más podré seguir pretendiendo que tengo la gripe. Llegará el momento en que me llevará al doctor, ¿y luego qué? Mi corazón no late. Le dirá a mi madre que estoy muerto.
-O te registrará como un milagro de la ciencia –bromeó Clary.
-No es gracioso.
-Lo sé, sólo trataba de-
-Y sigo pensando en sangre –continuó Simon-. Sueño y despierto pensando en ella. No falta mucho para que empiece a dedicarle escritos de poesía mórbida emo.
-¿No tienes esas botellas de sangre que Magnus te dio? No se te han acabado, ¿verdad?
-Aún las tengo. Están en mi mini-heladera. Pero sólo me quedan tres –su voz sonó con un halo de tensión-. ¿Y qué cuando no tenga más?
-Eso no pasará. Te conseguiremos más –dijo Clary, más segura de lo que se sentía. Supuso que siempre podía pedirle a Magnus abastecerse de su generoso bar de sangre de cordero, pero la sola idea le mareó-. Mira, Simon, Luke piensa que deberías decirle a tu mamá. No puedes ocultárselo siempre.
-Oh, pero claro que puedo intentarlo.
-Piensa en Luke –dijo angustiada-. Aún puedes vivir una vida normal.
-¿Y qué hay sobre nosotros? ¿Quieres un novio vampiro? –rió amargamente-. Porque siempre soñé con muchos días de campo románticos en nuestro futuro. Tú, bebiendo un vaso de piña colada virgen. Yo, bebiendo la sangre de una virgen.
-Velo como un reto –insistió Clary-. Sólo tienes que aprender a vivir con ello. Muchas personas lo hacen.
-No estoy seguro de ser una persona. Ya no.
-Lo eres para mí –dijo ella-. De cualquier modo, vivir como humano se ha sobrevalorado.
-Al menos Jace no puede llamarme mundano nunca más. ¿Qué es eso que tienes ahí? –preguntó, viendo el panfleto, aún enrollado en su mano izquierda.
-Oh, ¿esto? –lo sostuvo en alto-. Cómo Salir del Armario con Tus Padres.
Él abrió mucho los ojos. -¿Algo que quieras decirme?
-No es para mí. Es para ti-. Se lo entregó.
-No tengo que salir del armario con mi madre –dijo Simon-. Ella ya piensa que soy gay porque no me interesan los deportes y aún no tengo una novia seria. Y como sea, no es que sepa algo al respecto tampoco.
-Pero tienes que salir del armario como vampiro –puntualizó Clary-. Luke pensó que quizás podrías… Ya sabes, recurrir a una de las charlas que sugieren en el folleto, exceptuando que tienes que utilizar la palabra “muerto-viviente” en vez de-
-Lo capto, lo capto-. Simon desplegó el folleto-. Bien, voy a practicar contigo-. Se aclaró la garganta. –Mamá. Tengo algo que decirte. Soy un muerto-viviente. Ahora, sé que quizás ya tengas algunas nociones sobre ellos y que a lo mejor no te agrade la idea que yo lo sea. Pero estoy aquí para decirte que los muertos-vivientes son iguales que tú y yo-. Simon hizo una pausa. –Bueno, sí. Posiblemente más como yo que tu.
-SIMON.
-Bien, bien-. Continuó–. Lo primero que necesitas comprender es que soy la misma persona que siempre he sido. Ser un muerto-viviente no es lo más importante con respecto a mí, es sólo una parte de lo que soy. Lo segundo que debes saber es que no es una elección. Nací así-. Simon entrecerró los ojos hacia ella sobre el panfleto-. Lo siento, renací así.
Clary suspiró. –No estás haciendo el esfuerzo.
-Al menos puedo decirle que me sepultaste en un cementerio Judío –dijo Simon dejando de lado el folleto-. Quizás debiera comenzar de más abajo. Decirle a mi hermana primero.
-Te acompañaré si quieres. Quizás puedo ayudarles a entender.
Él alzó la mirada hacia ella, sorprendido. Clary pudo ver como se resquebrajaba su humor amargo y el miedo que yacía bajo él. -¿Harías eso?
-Yo –comenzó Clary… Pero fue interrumpida por un repentino y ensordecedor chirrido de neumáticos y el ruido de cristales rompiéndose. Se levantó de un salto y corrió hacia la ventana con Simon tras ella. Apartó la cortina de un tirón y miró hacia el exterior.

La camioneta de Luke se hallaba detenida sobre el césped con el motor aún rugiendo y dos trazos negros de goma quemada rayados a lo largo de la acera. Uno de los focos de la camioneta seguía encendido mientras el otro se había estrellado. Había una mancha oscura frente a la rejilla delantera de la camioneta- y algo encorvado, blanco e inmóvil yacía por debajo de las ruedas. A Clary se le subió la bilis hasta la garganta. ¿Luke había atropellado a alguien? Pero no –impacientemente apartó el glamour de su vista como si raspara la suciedad de una ventana. La cosa bajo las ruedas de la camioneta de Luke no era humana. Lucía suave, blanca, casi larval y se sacudió como un gusano clavado en una tabla de madera.

La puerta del conductor se abrió violentamente y Luke salió a gran velocidad, ignorando a la criatura atascada bajo las ruedas de su camioneta, corriendo sobre el césped hacia el porche. Siguiéndole con la mirada, Clary pudo ver que ahí había una figura oscura tumbada entre las sombras. Pero esta figura era humana –pequeña, de cabello claro y trenzado.
-Es esa chica lobo. Maia-. Simon sonó asombrado. -¿Qué pasó?
-No lo sé-. Clary cogió su estela desde arriba de una estantería. Bajaron estrepitosamente las escaleras y corrieron hacia las sombras, donde Luke se había inclinado con sus manos sobre los hombros de Maia, levantándola y sujetándola cuidadosamente hacia un lado del porche. De cerca, Clary pudo ver que la camisa de la chica lobo estaba rasgada y había una herida profunda en su hombro que sangraba lentamente.

Simon paró en seco. Clary, que casi choca con él, lanzó un gritito de sorpresa y le dedicó una mirada de reproche antes de darse cuenta. La sangre. Simon temía por la sangre, temía mirarla.

-Se encuentra bien –dijo Luke cuando Maia giró la cabeza y gruñó. Él le palmeó la mejilla con suavidad y ella abrió los ojos trémulamente-. Maia. Maia, ¿puedes oírme?
Ella parpadeó y asintió, aún aturdida. -¿Luke? –susurró-. ¿Qué sucedió? –preguntó contrayendo el rostro en una mueca de dolor-. Mi hombro-
-Vamos. Mejor te llevo dentro-. Luke la levantó en sus hombros y Clary recordó que siempre había pensando lo fuerte que era para alguien que trabajaba en una librería. Y había caído en la cuenta del acarreo de todas esas pesadas cajas. Ahora lo entendía mejor. –Clary, Simon. Vengan.

Volvieron a entrar, donde Luke tendió a Maia en el andrajoso sofá de terciopelo gris. Ordenó a Simon correr por una frazada y a Clary ir a la cocina por una toalla húmeda. Cuando Clary regresó, se encontró con Maia apoyada sobre uno de los cojines, luciendo sonrojada y afiebrada. Le hablaba rápida y nerviosamente a Luke –Venía caminando por el césped cuando- olí algo. Algo podrido, como basura. Me giré y me golpeó-

-¿Qué te golpeó? –inquirió Clary, pasándole a Luke la toalla.
Maia frunció el ceño. –No vi. Me volcó y luego- traté golpearlo, pero fue demasiado rápido-
-Yo lo vi –dijo Luke, con voz neutra-. Venía conduciendo a casa cuando te vi cruzando el césped- y luego vi a esa cosa en la sombra de tus talones. Te grité por la ventana, pero no me oíste. Luego te atacó.
-¿Qué era lo que la estaba siguiendo? –preguntó Clary.
-Era un demonio Drevak –dijo Luke en tono sombrío-. Son ciegos. Se guían por el olor. Conduje la camioneta hacia el césped y lo aplasté.

Clary echó una mirada a la camioneta por la ventana. La cosa que se había estado retorciendo bajo las ruedas se había ido, como es lógico- los demonios siempre regresan a sus dimensiones cuando mueren. -¿Por qué atacaría a Maia? –disminuyó el volumen de su voz como si fuera un pensamiento propio -¿Crees que fue Valentine buscando sangre de hombre lobo para su hechizo? La ultima vez le interrumpieron -
-No lo creo –dijo Luke para su sorpresa-. Los demonios Drevak no son chupasangres y definitivamente no podrían causar el tipo de caos que viste en la Ciudad del Silencio. La mayoría de las veces son espías y mensajeros. Creo que Maia sólo se interpuso en su camino-. Se inclinó para examinar a la chica, quien gemía despacio con sus ojos cerrados. -¿Puedes levantar la manga para poder ver tu hombro?


Ella se mordió el labio y asintió, después alcanzó la manga de su sweater para levantarla. Había una herida profunda y extensa justo debajo de su hombro. La sangre se había secado como una corteza en su brazo. Clary detuvo la respiración al ver que el corte irregular estaba revestido con lo que parecían unas púas negras y delgadas que sobresalían grotescamente de su piel.
Maia miró su hombro con evidente horror. -¿Qué son esas cosas?
-Los demonios Drevak no tienen dientes; tienen púas venenosas en sus bocas –dijo Luke-. Se te han enterrado algunas en la piel.
Los dientes de Maia comenzaron a chirriar. -¿Venenosas? ¿Eso quiere decir que voy a morir?
-No si actuamos rápido –le tranquilizó Luke-. Sin embargo, voy a tener que sacarlas. Y va a doler. ¿Crees que puedas soportarlo?
El rostro de Maia se contrajo en una mueca de sufrimiento. Se controló para asentir. –Sólo… Sácamelas.
-¿Sacar qué? –preguntó Simon entrando en la habitación cargando una frazada enrollada, la cual dejo caer cuando vio el brazo de Maia y retrocedió un paso involuntariamente. -¿Qué son esas cosas?
-¿Demasiado sensible a la sangre, mundano? –dijo Maia con una sonrisa casi torcida. Luego jadeó. –Oh. Duele-
-Lo sé –dijo Luke envolviendo cuidadosamente la toalla en torno a la parte baja de su brazo. Sacó un cuchillo de hoja delgada de su cinturón. Maia le echó una mirada y apretó con fuerza los ojos.
-Haz lo que tengas que hacer –dijo en un halo de voz-. Pero- no quiero que los otros vean.
-Entiendo-. Luke se volvió hacia Simon y Clary. –Vayan a la cocina, los dos –dijo. –Llamen al Instituto. Díganles lo que ha sucedido y que envíen a alguien. No puede ser ninguno de los Hermanos, así que preferiblemente alguien con entrenamiento médico o un brujo-. Simon y Clary lo miraron, paralizados por la visión del cuchillo y el brazo de Maia tornándose púrpura lentamente. -¡Vayan! –insistió con brusquedad, y esta vez ellos hicieron caso.







12- La Hostilidad de los sueños.

Simón miraba a clary recostada contra el refrigerador, mordiendo sus labios como ella siempre lo hace cuando esta molesta, el había olvidado cuan pequeña y frágil era ella pero en momentos como este cuando el quería rodearla con sus brazos y tranquilizarla el se detuvo con temor de lastimarla especialmente ahora que no sabia cuan fuerte podía ser.


El sabia que con Jace era diferente. Simón los había visto sin poder ver a otro lado mientras sentía que su estomago se revolvía, cuando jace tomo a clary entre sus brazos y la beso con tal fuerza que tenia miedo de que la lastimara el la abrazaba tan impetuosamente como si al hacerlo de este modo pudieran volverse una solo persona.

Por su puesto clary era fuerte, tan fuerte que simón tenia que estar orgulloso de ella, ella es una cazadora de sombras, pero eso no importaba lo que había entre ellos era tan frágil y delicado como un cascaron de huevos y ese pequeño acto entre clary y jace lo había destrozado destruyendo algo tan dentro de el algo que jamás podrá ser arreglado.

-Simón- su voz lo trajo de nuevo a la tierra- ¿ Simón me estas escuchando?
-¿Qué? Si por su puesto que te estoy escuchando -y la miro directamente tratando de lucir como si le hubiera estado prestando atención, una gota que caía en el fregadero lo distrajo nuevamente desde que era un vampiro se sentía demasiado extraño cosas que eran muy ordinarias llamaban demasiado su atención el brillo del agua, las fisuras en el suelo, los colores brillantes los miraba como si nunca los hubiera visto.
-simón- dijo clary nuevamente exasperada en ese momento simón se percato de que ella sostenía algo rosado y metálico en su mano era su nuevo celular entonces clary dijo:- te estoy diciendo que quiero que llames a Jace.
Esa frase capto nuevamente toda su atención y le contesto a clary:
- que yo le llame! Si el me odia!
-No, el no te odia -dijo clary- mientras simón veía que su mirada delataba que solo creía la mitad de esto y finalmente clary agrego: -de todos modos no quiero hablar con el llámalo por favor.
-Esta bien -dijo simón- mientras tomaba el celular de su mano y buscaba el número de jace y le dijo: que quieres que le diga.
Clary dijo: - solo dile lo que ha sucedido el sabrá que hacer.
Jace contesto al tercer tono sonando como si no pudiera creérselo.
- ¿clary? En ese momento simón entendió que el nombre de clary apareció en el celular jace entonces jace agrego: ¿clary estas bien?
Simón se admiro, porque en la voz de Jace había un tono que el nunca había escuchado, no había ni ansiedad ni sarcasmo en ella, simón comprendió rápidamente que esta era la forma en que jace hablaba con clary cuando no había nadie mas, simón miro a clary, y ella lo miraba con sus grandes ojos verdes mientras mordía nerviosamente la uña de su dedo pulgar de su mano derecha.
-Clary -dijo nuevamente jace- pensé que estabas evitándome…

En ese momento simón se irrito y pensó en gritarle que es su hermano, debería colgar en estos momentos o mejor debería decirle no te pertenece no eres su dueño no debería sonar tan… tan … triste como si tuviera el corazón roto esa era la palabra y en ese momento pensó que nunca hubiera imaginado que jace tuviera un corazón que pudiera romperse.
Tiene razón -dijo finalmente simón- con filo en su vos ella te esta evitando habla simón.
Hubo un largo minuto de silencio en ese momento simón llego a pensar que jace había colgado.
-¿Hola? –Dijo simón-
-Estoy aquí –contesto jace- con la voz mas fría y molesta que podía dar toda vulnerabilidad se había ido de su voz. Si me estas llamando solo para charlar debes estar mas solo de la que pensaba mundano –le dijo jace-
Créeme no haría esto si tuviera otra opción –le contesto simón- hago esto por clary.
-¿Ella esta bien? Pregunto jace con filo en su vos pero algo de sentimiento si algo le ha pasado a ella –dijo jace- en un tono amenazador.
Nada le ha pasado a ella –dijo simón- tratando de ocultar todo el enojo que sentía en ese momento le conto rápidamente lo que había pasado con maia jace lo escuchaba y le contestaba solo con ajum cuando Simón termino de contarle escucho que jace hablaba con alguien mas pero no entendía lo que decía de repente todo quedo en silencio en ese momento Simón entendió que jace había colgado y dándole a clary su telefono le dijo: el viene para acá.
Ella lo miro y le dijo: ¿ahora?
-Si –dijo simón- magnus y alec vienen con el
¿Magnus? -Dijo ella- dudosamente y luego agrego oh!! por su puesto jace tiene que venir con magnus yo estaba pensando como si el estuviera en el instituto pero claro el no esta ahí yo…
En ese momento un fuerte sonido de llanto que venia de la sala los interrumpió ella parpadeo y a simón se le erizaron todos los bellos de la nuca mientras le decía a clary ella esta bien luke nunca lastimaría a maia.

Si el la lastima es por que no tuvo opción -dijo clary- mientras sacudía su cabeza así es como son las cosas en estos días nunca hay opción, maia lloro nuevamente y clary se sacudió como si ella fuera la que sintiera el dolor y entonces dijo: odio esto!! Detesto todo lo que ha sucedido, siempre estoy con miedo sintiendo como si alguien me persiguiera, siempre pensando quien será el próximo que saldrá lastimado como desearía regresar al pasado regresar las cosas como eran antes
Pero no puedes!! Nadie puede –dijo simón- al menos tu puedes salir en la luz del día
Ella se volvió hacia simón con sus labios temblando y sus ojos entre cerrados y dijo: simón yo no quería decir…
Yo se que no quisiste –dijo simón- mientras se alejaba de ella el sentía como si tuviera algo atravesado en su garganta.
Sabes que: iré a la sala haber como va todo por un momento simón pensó que clary lo seguiría pero ella no lo hizo se quedo parada en la cocina sin ninguna protesta a lo que el dijo.
Con todas las luces de la sala encendida el rostro de maia lucia mas demacrado de lo normal ella estaba arropada con una manta y esta estaba enrollada toda en su pecho, maia tenía sus ojos cerrados.
-¿Dónde esta luke?-pregunto simón a maia, pero su vos sonaba muy dolida y demandante entonces maia abrió sus ojos y lo miro molesta y con sus labios curvados por el dolor maia le dijo:
-simón, luke esta afuera moviendo la camioneta de la calle, el estaba preocupado por lo que dirían los vecinos.
-simón se acerco a la ventana y miro como luke iba hacia el auto que estaba en la acera y luego dijo: que hay de ti? Como sigues de lo que le paso a tu brazo? –pregunto simón
-ella sonó dudosa cuando contesto: estoy tan cansada- y en un susurro agrego y sedienta.
-te traeré algo de agua-dijo simón- había un pichel con agua y un vaso en la mesa de noche que esta cerca de maia. Simón lleno el vaso de agua y se lo acerco a maia, ella intento tomarlo pero sus manos temblaban tanto que simón tuvo que tocarla y cuando el toco ella se alejo tan rápidamente de el que el vaso salió volando directamente al suelo y entonces simón dijo:
-maia ¿estas bien?
Ella estaba alejada de el mientras sus ojos brillaban con odio y miedo a la vez, ella le enseñaba sus dientes como amenazándolo y en su garganta se escuchaba un sonido parecido a un gruñido.
¿Maia?-dijo nuevamente simón todo pálido
-Vampiro. Ella espeto.
-Simón sintió como si una roca hubiera caído sobre su cabeza y empezó a decir “Maia…
-Pensé que eras un humano-dijo maia- pero eres un monstruo, un maldito chupasangre
-Soy humano-dijo simón- digo era un humano, apenas y me convirtieron hace unos días. Decía esto mientras su mente divagaba y se sentía enfermo y continuo diciendo: justo como tú fuiste…
-No te compares conmigo-dijo maia- mientras lo seguía viendo con desprecio y odio y agrego-sigo siendo humana, aun estoy viva_ tu estas muerto y desesperado por sangre
-Un animal sediento de sangre
-Por que no puedes cazar humanos por que sabes que los cazadores de sombras te quemarían inmediatamente…
Maia!!!-dijo simón, y su nombre en su boca era mitad furia y mitad de una súplica el dio un paso hacia atrás para alejarse de ella, pero ella salto del sillón donde se encontraba y dejo caer la venda que tenia en su brazo herido, en ese momento simón sintió en enorme deseo de acercarse a ella de atacarla, morderla y beber de su sangre, en ese momento su estomago rugió.



-De un salto maia se paso del sillón a la mesa de la sala sus orejas estaban totalmente pegadas a su cabeza y sus colmillos estaban totalmente expuestos hacia simón ella estaba toda tensa lista para atacar y en ese momento simón se fijo que maia sostenía algo de plata brillante era una daga curvada como la ala de un pájaro, y maia lo lanzo hacia simón la daga paso muy cerca de la cara de simón y el dio otro paso hacia tras.

-En ese momento clary salía de la cocina y entraba a la sala para saber que era lo que sucedía por que tanto ruido, en ese momento los miro ambos y aunque maia se veía pálida y enferma se veía lo suficiente enojada para matar y clary no dudaba de eso.
-Que diablos pasa contigo maia-dijo clary-en el momento que clary escucho su propia voz se admiro de lo poderosa que sonaba, licántropos, vampiros ambos son Downworders.
-Los licántropos no lastimamos a las personas, ni unos a los otros, los vampiros son asesinos. uno mato a un chico licántropo cerca de Hunters Monn el otro día. –dijo maia.
-Ese no fue un vampiro-dijo clary- con filo en su voz agrego: si pudieran dejar de culparse los unos a los otros cada vez que pasa algo malo a los Downworders, quizás los cazadores de sombras podrían tomarlos en serio y empezar a hacer algo por ustedes.
-Clary se volvió hacia simón y mientras miraba que sus heridas empezaban a sanar rápidamente le pregunto: ¿estas bien?
-Si-dijo simón- apenas en un susurro, clary pudo ver el dolor en sus ojos, y por un momento quería llamar a maia por todos los insultos posibles-estoy bien –dijo finalmente simón.
-Clary regreso su mirada a maia y le dijo: tienes suerte de que el no sea un fanático como tu sino te denunciaría ante la clave y harías que toda tu manada pagara por tu error. Y de un tirón arranco la daga de la mano de maia.
-Maia siseo: tú no lo entiendes los vampiros son como son porque están infectados con sangre de demonios…
-También los licántropos-dijo clary- puede que no sepa mucho pero eso si lo se.
-Ese el problema dijo maia- las energías de los demonios nos cambian, nos hacen diferentes, puedes llamarlo una enfermedad o como quieras pero los vampiros y los licántropos descendemos de demonios que estaban en guerra y es por eso que nos odiamos. Un vampiro y un licántropo jamás podrán ser amigos a causa de eso.
-Clary miro a simón y en sus ojos brillaban de furia y algo mas cuando dijo:
-Ya empezaste a odiarme tan rápidamente.
-Ya odias a luke –dijo maia- y por eso no podrás ayudarle.
-Odiar a luke? Simón estaba rojo de ira, pero antes de que clary pudiera tranquilizarlo la puerta de la calle se abrió ella esperaba ver a luke parado en la puerta
-Pero no era luke era jace, el estaba vestido totalmente de negro, con dos estelas a cada lado de su cintura colgadas de su cinturón alec y magnus venían de tras de el magnus vestía una capa larga que brillaba como si tuviera un montón de brillos colgando con sus preciosos ojos morados y la precisión de un laser jace miro directamente a clary por un momento ella pensó que el la miraba cariñosamente pero ella estaba equivocada todo lo que sus ojos reflejaban el enojo ¡¿Qué crees que estas haciendo-dijo jace-con suficiente enojo en su voz.
-Clary miro hacia su mano todavía sostenía la daga de plata en su mano y estaba entre simón y maia en ese momento ella tenia la urgencia de esconderla detrás de ella y dijo: tuvimos un pequeño incidente me hice cargo de ello.
-De verdad?!- dijo jace- con sarcasmo en su voz- por lo menos sabes como usar esa daga clarysa!? Podrías hacerte un hoyo a ti misma o herir a inocentes
-No herí a nadie- dijo clary- entre sus dientes.
-Ella hace de arbitro dijo maia en un susurro, sus rodillas estaba aun flexionadas pero el resto de su cuerpo estaba totalmente alerta.
-Simón miro a maia y dijo: creo que se esta poniendo peor.
-Magnus aclaro su garganta y cuando vio que simón no se movía dijo fuera de mi camino mundano lo dijo con un tono de arrogancia atravesó la sala y camino hacia maia y dijo: imagino que tu eres mi paciente.
-Maia empezó a ponerse de pie y lo miraba con los ojos desenfocados.
-Soy magnus Bane lo dijo con sonido de ironía mientras hacia sus manos hacia sus lados de ella salía luces azules y brillantes que se veían como bailarinas dentro del agua y agrego: yo soy el mago que ha venido a curarte, no te dijeron ellos que venia.
-Yo se quien eres -dijo maia- pero… maia lo miraba desconcertada y agrego: luces tan… tan brillante.
-Alec hizo un ruido que sonaba como una risa ahogada.
-Jace estaba riéndose y mientras lo hacia pregunto donde esta luke.
-El esta fuera -dijo simón- iba a mover su carro hacia el parqueo.
-Jace y alec intercabiearo0n una rápida mirada.
-Graciosa dijo jace sin sonar gracioso no lo vimos cuando veníamos para acá.
-Un sentimiento de pánico recorrió todo el cuerpo de clary y dijo: no vieron su camioneta?
-Yo la vi -dijo alec- estaba en la acera las luces estaban apagadas.
-En ese momento magnus trataba de hacer su segundo encantamiento sobre maia pero sus ojos estaban sobre alec y dijo: no me gusta esto no me gusta no después del ataque de un drevak ellos siempre vienen en manada.
-Jace ya estaba tomando una de sus estelas cuando dijo: iré a ver, alec tu quédate aquí y mantén la casa segura.
-Clary salto desde donde estaba y dijo: yo iré contigo
-No no la harás -dijo jace- mientras camina hacia la puerta rápidamente clary se puso entre el y la puerta y le dijo: alto por un momento ella pensó que el aceptaría que lo acompañara pero el camino despacio y fríamente hacia ella hasta estar tan cerca que podía sentir su aliento cuando le dijo te noqueare si es necesario clarysa.
-¡”Deja de llamarme así”!- dijo clary-
-Clary -dijo jace-en un susurro y el sonido de su nombre en su boca era tan íntimo que sintió como todo su cuerpo temblaba ante el tono de su voz, sus ojos dorados se volvieron duros y fríos. Por un momento ella pensó que el realmente iba a noquearla pero se sintió herida por que el no la tocaba por que seria como aceptar ante los demás lo atraídos que se sentían.
-Ella hablo casi después de un minuto y dijo en un susurro: el es mi tío no tuyo
-Por un momento jace quiso sonreír y dijo: cualquier tío tuyo es mi tío querida hermana y te recuerdo que no hay lazos de sangre entre el y nosotros.
-Jace -dijo clary- exasperada
-Además no tengo tiempo de ponerte runas –dijo jace- y si lo único que tienes en ese momento es esa daga me temo que no te servirá de mucho contra los demonios.
-Ella clavo la daga en la pared y volvió a ver a jace que lucio sorprendido y le dijo: y que pasa tu tienes dos estelas dame una de ellas.
-Oh por el amor de … -dijo simón- con las manos dentro de sus bolsillos yo iré
- Clary dijo: simón NO…
-Al menos no perderé mi tiempo filtreando mientras no sabemos lo que le sucedió a luke –dijo simón- mientras caminaba hacia la puerta.
-Con los labios apretados jace dijo: todos iremos y para sorpresa de clary saco una de sus estelas y se la dio y le dijo: toma.
-Cual es su nombre – pregunto clary- mientras caminaba hacia la puerta.
-Nakir –dijo jace-
-Clary agarro su chaqueta de la cocina de luke debido que la cas estaba cerca del rio este hacia mucho frio y en el momento que puso un pie fuera de la casa empezó a decir: luke gritaba luke!
-La camioneta estaba en la calle con las puertas abiertas mientras camina jace dijo: las llaves están puestas en el encendido.
-Simón cerro la puerta de la casi y dijo ¿Cómo lo sabes?
-Por que puedo escuchar- dijo jace- mientras miraba a simón despectivamente y agrego: tu podrías hacerlo si te concentras chupa sangre.
-Que prefiero mundano a chupa sangre murmuro simón
-Con jace no tiene la opción de elegir tu apodo -dijo clary- mientras metía las monos en las bolsas de su chaqueta, vamos sigamos -dijo clary-
-Jace tenia razón las llaves estaban en el encendido, clary estaba afligida ella sabia que luke jamás dejaría la camioneta con la puertas abiertas y las llaves en el encendido si no hubiera sucedo algo.
-Mantén esas telas cerca le -dijo jace- a clary, mientras daba una vuelta alrededor de la camioneta mientras sostenía un aparato lleno de runas que clary reconoció inmediatamente entonces jace dijo: definitivamente son demonios.
-¿Será la misma clase de demonios que ataco a maia? –pregunto simón-
-Los niveles son muy alto hubo mas de un demonio aquí, jace se acerco hacia ellos y dijo: quizás ustedes dos deberían regresar adentro y mandar a alec hacia acá el tiene mas experiencia en esto.
--Jace dijo clary- furiosa nuevamente y en ese momento algo capto su mirada cerca del rio por unas rocas había algo que definitivamente era humano…
-Señalando con si mano clary dijo: miren por el rio.
-Jace empezó a correr y ellos a corres detrás de el en un momento estaban en el asfalto y en el otro estaban a orillas de rio mientras se iba acerando vieron una figura era la figura de un hombre.
-Era luke clary lo sabia, habían dos figuras oscuras que lo9a arrastraba ella no podía ver el rostro pero sabia que era luke, las dos figuras lo arrastraban hacia el agua y por un momento el pánico se apodero de clary pues sabia que trataban de ahogarlo en su cuello habían mordeduras y su rostro estaba pálido y gris.
-Demonios raum -susurro jace-
-Con los ojos abierto simón dijo: ¿estos son los mismos que atacaron a maia?
-No, estos son mucho peor dijo simón- y volviéndose hacia ellos dijo: ustedes dos hacia atrás y en ese momento tomo su estela y dijo: “israfiel” y en ese momento el lugar se ilumino.
-Bajo la luz de la estela los demonios eran totalmente visibles, y su piel era totalmente gris un hoyo negro por boca ojos totalmente negro y sin nada de vida y en donde deberían de haber nada habían tentáculos y esos tentáculos se movieron rápidamente hacia jace.
-Pero jace era mucho mas rápido y con un rápido de su estela “israfiel” corto sus tentáculos y estos salieron volando por el aire lo que salía de donde estaban los tentáculos era totalmente oscuros y total mente asqueroso.
-Simón hizo un ruido de asco clary estaba dispuesta a decir que estaba de acuerdo, ella pateo fuertemente los tentáculos que habían caído cerca de ella en la grama y cuando levanto la vista vio a jace peleando contra el demonio que estaban cerca de las rocas donde habían llegado en ese momento clary se debatía entre ir hacia donde estaba luke o ir a ayudar a jace mientras se debatía escucho que simón le dijo: clary cuidado en ese momento ella se dio la vuelta y vio ala segundo demonio que venia sobre ella.
-No había tiempo para tomar su estela del cinturón en ese momento ni siquiera recordaba el nombre de la estela ella intento mover sus manos pero el demonio ya tenia sus tentáculos alrededor de ella los tentáculos rayaban su piel unos estaban en sus brazos y los otros estaban en su garganta ella luchaba por sacar los tentáculos que estaban en su garganta pero esto solo hacia que los apretaba mas ella trato de patearlo pero el no reaccionaba y en un momento toda la presión desapareció el demonio la dejo ella toma un rápida bocanada de aire mientras caída de rodillas el demonio la miraba entre admirado y asustado clary aprovecho este momento y agarro su estela y dijo “Nakir” y un poco de luz apareció entre sus dedos ella no había usado nunca una estela entonces mientras sentía que su estala vibraba decía “Nakir” y la estela tomo vida y ella lo apuntó frente al demonio para su sorpresa el demonio retrocedía con sus tentáculos hacia atrás pero no podía ser posible que le tuviera miedo a ¿si? En ese momento vio a simón que corrió hacia donde ella estaba y mientras el demonio corría hizo hacia un lado la estela; al mismo tiempo giro para mirar hacia donde estaba jace jace estaba de rodillas ella no podía ver al demonio con el que había estado luchando así que imagino que el lo había matado el demonio que escapaba de ella hacia un ruido que molestaba sus oídos y abruptamente salto dentro del rio. Un hoyo negro se formo momentáneamente y el demonio había desaparecido el hoya negro desapareció y solo quedaban burbujas donde había estado.
-Jace rápidamente apareció a su lado y estaba lleno de sangre negra de demonio y pregunto: ¿Qué… paso? El pregunto sin aliento
-No lo se admitió clary el vino hacia mi yo trate de luchar pero el era demasiado rápido y luego solamente se fue como si algo lo hubiera asustado.
-¿Estas bien? pregunto simón poniendo enfrente de ella sin falta de aire pero si ansioso y clary observo que tenia una pipa en su mano.
-¿de donde sacaste eso? –pregunto jace-
-Estaba cerca de la cabina telefónica dijo simón mientras miraba la expresión de sorpresa en su rostro. Imagino que puedes hacer cualquier cosa cuando la adrenalina te domina.
-O cuando tienes la fuerza de un demonio- dijo jace-
-Ya cállense los dos -dijo clary– molesta mientras miraba a ambos empezó a caminar y luego se volvió hacia ellos y dijo: acaso se han olvidado de luke.

-Luke está todavía inconsciente, pero respira. Estaba tan pálido como Maia cuando la encontraron, y la manga por el hombro destrozada. Clary cuando señaló la sangre rígidas del tejido de la piel, trabajando como cautelosamente como
podría, a través de ella vio que su hombro era un grupo de heridas circulares rojas cuando un tentáculo se había apoderado de él.

Cada uno estaba rezumando con una mezcla de sangre y de líquido negruzco. Ella
cogió aspiro aire.
-Tenemos que llevarlo dentro.

Magnus los esperaba en el porche delantero cuando Simon y Jace llevaron a Luke, hundido entre ellos, mientras subían las escaleras. Habiendo terminado con Maia, Magnus había la había acomodado en la cama de la habitación de Lucas,
por lo que establecieron a Luke en el sofá donde ella había sido tratada y
Magnus empezó a a trabajar en él.

-¿Estará bien?- exigió Clary, situándose en torno al sofá como Magnus convocando una llama azul de fuego que fluía entre sus manos.
-Él va a estar bien. El veneno Raum es un poco más complejo que una picadura Drevak, pero nada que no pueda manejar. - dijo Magnus.- Por lo menos
no si no le doy la espalda y quiero trabajar.

A regañadientes, se hundió abajo en un sillón. Jace y Alec más por la ventana,
cabezas juntas. Jace hizo gestos con las manos. Ella adivinando, fue explicar a Alec lo que había ocurrido con el
demonios.

Simon, en encontrándose incómodo, se inclinó contra de la pared al lado de la puerta de la cocina. Parecía perdido en sus pensamientos. No quería ver la cara gris y los ojos hundidos de Lucas.

Clary descansó su mirada sobre Simón, evaluando las formas en que se veía como muy familiar y extraño a la misma vez. Sin las gafas, sus ojos parecían dos veces su tamaño, y muy oscuros, más negro que de color marrón. Su piel era pálida y lisa como el mármol blanco, señalando sus venas más oscuras en los brazos y el acusado
ángulo de los pómulos. Incluso su pelo parecía más oscuro, en marcado
contraste con el blanco de su piel. Recordaba mirando la multitud en el hotel de Rafael, preguntándose por qué no les parecía cualquier vampiro feo o poco atractivo. Quizá habría alguna regla de no hacer a los vampiros fisicamente
poco atractivo, pensó entonces, pero ahora ella se pregunta si el vampirismo en sí mismo no era una transformación,
correctora que suavizaba la piel, añadiendo color y brillo a los ojos
y el cabello. Tal vez era una ventaja evolutiva de la especie. Una buena apariencia sólo podía ayudar a los vampiros a atraer a sus presas.

Se dio cuenta entonces de que Simon estaba mirando a su espalda,con su ojos oscuros. Saliendo de su ensoñación, se volvió hacía atrás para mirar a Magnus hasta ver a sus pies. La luz azul se había ido. Los ojos de Luke estaban todavía cerrados, pero el feo tinte grisáceo había pasado de su piel, y su respiración era profunda y regular.

- Está bien!- Exclamó Clary, y Alec, Jace, y Simon se apresuran a echar un vistazo. Simon resbaló en su mano Clary, y que envolvía sus dedos alrededor de sí, para el contento reaseguro.
- ¿Así que va a vivir?- dijo Simón, cuando se hundió por Magnus
en el reposabrazos de la silla más cercana. El orador esperaba agotado,
preparado y azulado.
-¿Estás seguro?
- Sí, estoy seguro,- Magnus había dicho. -Soy el Alto Brujo de Brooklyn, sé lo que estoy haciendo. "Sus ojos se trasladaron a Jace, que acaba de decir algo
a Alec en una voz demasiado baja para que cualquiera de el resto de ellos puedieran oir.
-Eso me recuerda,- Magnus pasó a sonar de forma rígida y de una forma que
Clary nunca había le había oído hablar antes -que no estoy
exactamente seguro de lo que tu piensas que estás haciendo, pidiendome
cada vez que uno de ustedes tienen la molestia de una uña que crece la necesidad
necesidades de que la recorte. Como Alto Brujo, mi tiempo es valioso. Allí
habrá mucho menos brujos quienes estaran encantados de hacer un trabajo para
ustedes a un precio reducido en gran medida -. Clary parpadeó en él con
sorpresa.
- Somos una carga para ti? Pero Lucas es un amigo!.

Magnus tomó un cigarrillo fino azul de su bolsillo de la camisa.
-No es un amigo mío-, dijo. -Lo conozco sólo de unas pocas
ocasiones en que tu madre lo llevo consigo en las sesiones de actualizar el hechizo de tu memoria.
Pasó su mano a través de la punta del cigarrillo encendiendolo con una llama multicolores.
-Quizás piensas que yo te estaba ayudando solo por la bondad de mi corazón?
O soy yo sólo el único brujo que sabe que sucederá?

Jace había estado escuchando este breve discurso con una chispa de furia brillar en
sus ojos de color ámbar en oro.
-No-, dijo ahora,- pero todos sabemos que es solo porque tu eres el unico brujo que esta saliendo con nuestro amigo.
Por un momento todo el mundo miraba a él, Alec con gran horror, Magnus con sorprendente ira, y Clary y Simon simplemente con sorpresa.

Alec fue quien habló en primer lugar, su voz temblaba.
-¿Por qué le dijiste algo como eso?- Jace parecía desconcertado.
- ¿Algo como qué?
- Eso de que nosotros estemos saliendo no es cierto, -dijo Alec, aumentando su voz y soltando varias octavas luchando para su control.
Jace le miró
constantemente.
-No dije estuvieran saliendo-, dijo, -pero es divertido que supieras exactamente lo que quise decir, ¿no?
No estamos saliendo-, dijo Alec de nuevo.
- Oh? -dijo Magnus.- ¿Así que estás solo amigable con todos, es eso?
-Magnus -. Alec hecho una mirada implorando al brujo.
Magnus, sin embargo, parecía, haber tenido suficiente. Cruzó los brazos sobre su pecho y se inclinó en silencio, con respecto a la escena antes que él
cortará con los ojos.

Alec convertido a Jace.
- Tu no ...", comenzó. Quiero decir, no podías pensar - Jace estaba temblando en la cabeza con perplejidad.

-Lo que no me pasa es que hagas todos esto para ocultar tu relación con Magnus de mí cuando es como si no me importa si me dicen que usted hizo al respecto.

Si quería tranquilizarlo con sus palabras, era evidente que no lo estaba haciendo. Alec se puso de un color gris pálido, y no dijo nada.

Jace se dirigió a Magnus.
-Ayúdame a convencerlo-, dijo, -que a mi realmente no me importa.
-Oh, -dijo Magnus silencioso-, creo que eso es lo que opinas tu.
- Entonces, yo no ... - Jace era ahora el desconcertado Jace, y por un momento Clary vió la expresión de Magnus de Clary y sabía que él estaba fuertemente tentado a responder.
Desplazando precipitadamente por la pena de Alec, tiró de la mano de Simon
y dijo:
-Jace, eso es suficiente. Vamos solos.
- Lo que solo? -Luke preguntó. Clary giraró en torno a encontrarlo
sentado en el sofá, moviendose con un poco de dolor, pero
lo suficientemente saludable.
-Luke!- Ella saltó al lado del sofá, le considera abrazos, vio la forma en que se tocaba su hombro, y decidió detenerse. -¿Recuerdas lo que te pasó?
-No realmente. -Luke pasó una mano a través de su rostro. -Lo último que recuerdo es salir del camión. Algo golpeó mi hombro y me caí de lado.
Recuerdo el dolor más increíble de todos, tengo que tener
después de que fuera aprobada. Lo siguiente que supe que estaba escuchando a cinco personas gritando. De todos modos ¿Qué era de lo que estaban discutiendo todos?
- Nada -, corearon Clary, Simon, Alec, Magnus, Jace y, en el sorprendente y probablemente imposible repetir al mismo unísono.

A pesar de su evidente agotamiento, Luke disparó sus cejas . Sin embargo,
-ya veo-, fue todo lo que dijo.



Desde que Maia descansaba todavía en la habitación de Luke, anunció que estaría muy bien en el sofá. Clary había tratado de darle la cama de su habitación, pero ella se negó. Una vez que se dio por vencida, se dirigió al estrecho pasillo para recuperar las sábanas y mantas de lino en el armario.
Estaba arrastrando una bufanda por debajo de un estante alto, cuando sintió a alguien detrás de ella.

Clary se giró, dejando caer la manta que había estado colocando suavemente en un montón a sus pies. Era Jace.
-Lamento la sorpresa.
-Es bueno. Ella se dobló para recuperar la manta.
-En realidad, no lo siento -, dijo.- Es lo más emocionante desde que te he visto en días.
- Yo no te he visto en días.
- ¿Y me culpas de eso? Te he llamado. No querías cogerme el teléfono. Y
no es como si yo podría simplemente venir a verte. He estado en
prisión, en caso de que te hayas olvidado.

-No es exactamente la cárcel.- Ella trató de buena luz, ya que se enderezó.
-Tu tienes a Magnus para mantener su compañía. Y la isla Gilligan.

Jace sugirió que el elenco de la isla Gilligan podría hacer algo poco probable anatómicamente con ellos mismos. Clary suspiró.
-¿No se supone que estabas con Magnus? -Su boca torcida y vio algo
fractura detrás de sus ojos, un dolor.
-¿No puedes esperar a deshacerse de mí?.
-No. -Ella abrazó la manta contra sí misma y miraba hacia abajo a sus manos, incapaz de mirarlo a los ojos. Sus dedos delgados y bellos estaban marcados, con la débil banda blanca en su piel pálida aún visible donde se había llevado el anillo Morgenstern en su dedo índice. El anhelo de
tocarlo era tan malo que quería dejar las mantas y gritar.

-Digo, no, no es eso. Yo no te odio, Jace.
- Yo tampoco te odio-. Ella le miró, aliviado.
-Me alegro de saber que-
-Me gustaría que me odiaras-, dijo. Su voz fue la luz, la boca curvada en un medio que no se preocupa sonrisa, los ojos enfermos con la miseria. -Quiero que me odies. Intento odiarte. Sería mucho más fácil si yo te odio.
A veces pienso que yo te odio y luego te veo y me-
Sus manos entumecidas perdían su control sobre la manta.
-¿Y qué?
-¿Qué te parece?-Jace sacudió la cabeza. -¿Por qué debo decirte acerca de
acerca de cómo me siento cuando me dices que nunca lo hago? Es como golpear mi cabeza en una pared, excepto que al menos si golpeara la cabeza en una pared, me gustaría ser capaz de dejar de sentir esto .

Clary abrió los labios temblando de manera violenta teniendo dificultad para hablar.
-¿Crees que es fácil para mí? -le exigió.- ¿Crees-
-¿Clary? era Simon, en la entrada del pasillo con el nuevo sonido de su voz , cogiendola tan de sorpresa que ella bajó la manta de nuevo.
Se volvió de lado, pero no lo suficientemente rápido para ocultar su expresión de él, o el revelador brillo en sus ojos.
- Ya Veo-, dijo, después de una larga pausa. -Perdón por interrumpir.- Él desapareció de nuevo en la sala, dejando tras él la mirada de Clary
a través de una lente oscilante de lágrimas.
-Maldita sea-. Se volvió a Jace. -¿Qué tienes?- dijo, con más salvajismo
de lo que ella había previsto. -¿Por que tienes que arruinar todo?

Ella tiró la manta hacia él y salió apresuradamente de la
habitación detras de Simon. Él estaba ya fuera de la puerta principal. Ella
lo atrapó en el porche, cerrando la puerta de golpe detrás de ella.
-Simón! ¿Adónde vas?- dijo alrededor casi a regañadientes.
- A casa. Es tarde, no quiero quedar atrapados aquí cuando el sol salga.
- La puesta de sol no es hasta dentro de un hora próxima, azotó Clary como una débil excusa. - Todos saben que estarás aquí el sueño y el día si quieres evitar tu mamá. Puedes dormir en mi habitación.
-No creo que sea una buena idea.
-¿Por qué no? No entiendo por qué te vas.

Él sonrió a ella. Se trataba de una triste sonrisa con algo más bajo.
-¿Sabes cuál es el peor sensación que te puedas imaginar? -Ella parpadeó en él.
-No.
-No confiar en la persona que me gusta más que nada en el mundo. -Puso su mano sobre la manga. Él no se movió de la distancia, pero no respondió a su contacto.
-¿Estás tratando de decir-
-Sí -, dijo, a sabiendas de lo que estaba a punto de preguntar.- Yo se lo que significo para ti.
-Pero puedes confiar en mí.
-Solía pensar que podía-, dijo -Pero tengo la sensación de que no puedo pretender ser para ti alguien que jamás podré ser. "No tiene sentido pretender." Pierdo mi tiempo-, dijo.- Sólo necesitamos tiempo para llegar a más más de todo.
-No me vas a decir que he hecho mal, contigo?-, dijo. Sus ojos parecían muy ancho y oscuro en las oscuras porche de la luz.
-No esta vez .Esta vez no. Lo siento.
-No-. Se alejó de ella, dando pasos hasta el porche.
-Por lo menos es la verdad.

Tras eso. Ella metió sus manos en sus bolsillos, mirando como él se alejaba de ella hasta que fue absorbidos por la oscuridad.

Resultó que Jace no dejó que Magnus no se fuera después de todo; Magnus quería pasar un par de horas en la casa para asegúrese de que Maia y Luke se estában recuperando como se esperaba. Después de un unos minutos de conversación con un extraño aburrimiento, entre Magnus y Jace, y Lucas sentado en el banco del piano con el estudio de algunas partituras, ignoradola a ella, Clary decidió ir a la cama temprano. Pero el sueño no venía. Ella podía oír a Jace con el suave piano a través de las paredes, pero eso no era lo que le mantenía despierta. Era el pensamiento de Simón, dejando una casa que ya no sentía como su casa con él, de la desesperación de la voz de Jace como había dicho queriendo que lo aborreciera, y de Magnus, no diciendo a Jace la verdad: que Alec no quería que Jace supiera acerca de su relación porque estaba todavía en enamorado de él. Ella pensó en la satisfacción que había traído a Magnus decir las palabras en voz alta, reconociendo lo que era verdad.




13 - Una serie de ángeles rebeldes

Hay tres secciones distintas a Ravel Gaspard de la Nuit; Jace ha desempeñado su camino a través de la primera, cuando se levantó del piano, entró en la cocina, recogió él teléfono de Lucas, e hizo una sola llamada.
Luego, volvió al piano y al Gaspard. Y fue a mediados de la tercera sección, cuando vio una luz de barrido a través del césped frontal de Lucas. Se cortó un momento después, sumiendo la vista desde la ventana frontal en la oscuridad, pero Jace ya estaba en sus pies cogiendo su chaqueta. Cerró la puerta de Lucas haciendo ruido detrás de él y la parte delantera saltando dos pasos en un mismo tiempo.

En el césped por el sendero había una moto, el motor todavía hacía ruido. Tenía un aspecto orgánico extraño en sí mísmo : como Tuberías ropy con venas de liquidación y en el chasis, y el único faro, que ahora tenía, parecía un brillante ojo. De alguna manera, parecía tan vivos como el chico que estaba apoyado contra el ciclo, mirando
Jace curiosamente. Vestía una chaqueta de cuero marrón oscuro y su cabello rizado hasta el cuello de la misma y caia sobre sus reducido ojos. Fue sonriendo, señaló la exposición de dientes blancos. Por supuesto, Jace pensaba, que ni el chico ni la moto estaban realmente vivos; en tanto que corrió las energías de demonio, alimentado por la noche.
-Rafael-, Jace dijo, a modo de saludo.
-Ves-, Rafael dijo: -Lo he traído, como me pediste
- Ya veo.

-Aunque, debo añadir, que estoy muy curioso en cuanto a por qué debes querer algo así como una demoníaca motocicleta.
- No forman parte del Pacto exactamente, por un lado, y por otro, se rumorea tu ya tienes una.
-Tengo una, admitió Jace, rodeando el ciclo a fin de examinarlo desde todos los ángulos. -Pero está en el techo del Instituto, y no puedo llegar a ella en este momento.
Rafael rió entre dientes suavemente.
-Parece que somos no aptos en el Instituto.
-¿Y tu? ¿todavía eres el chupasangre más buscados de la lista?
Rafael inclinó la cara y escupió, delicadamente, en el suelo.
-Nos acusan de los asesinatos -, dijo con enfado.-La muerte de la criatura, La Pila, incluso de la del brujo, aunque les hemos dicho que no bebemos sangre de brujo. Es amarga y puede trabajar en esos cambios extraños que consumen .
-Le contaste esto a Maryse?
- Maryse. -los ojos de Rafael brillaban. -No podría hablar con ella si quisiera. Todos las decisiones se toman a través del Inquisidor ahora, todas las preguntas y solicitudes a través de ella. Es una mala situación, amigo, una mala situación.
- Me lo dices a mi-, dijo Jace.- Y no somos amigos. Estoy de acuerdo en no decir a la clave lo que sucedió con Simon porque necesitaba tu ayuda. No porque me gustes.

Rafael sonrió burlonamente, sus dientes blancos parpadearon en la oscuridad.
-Igual que yo.- Él inclina la cabeza hacia un lado. -Es extraño-, reflexionó. -Pensé que actuarias diferente ahora que estas en desgracia con la Clave. Ya no está a favor de su hijo. Pensé que algo de tu arrogancia podría haberte golpeado. Pero sigues siendo el mismo.
-Yo creo en la coherencia -, dijo Jace.- ¿Me vas a dejar que me lleve la moto, o no? Sólo tengo unos pocas horas hasta el amanecer.
-¿ Entiendo entonces que por todo esto no vas a invitarme a tu casa? -Rafael se bajo de la motocicleta, cuando estaba abajo, Jace capturó el destello brillante de la cadena de oro alrededor de su garganta.
-No-. Jace trepó a la moto. -Pero puedes dormir en el sótano bajo la casa si estas preocupado por la salida del sol.
-Mmm.-Rafael parecía serio, era de unas pulgadas más bajo que Jace, y aunque físicamente se veía más joven, sus ojos eran mucho mayores. -Así que somos ahora incluso para Simon, Cazador de sombras? -Jace acribillado la moto, girando hacia el río.
-Nosotros nunca te incluimos, sanguijuela, pero al menos es un comienzo.

Jace apenas se habia montado en la moto y el clima ya había cambiado, y fue capturado por un viento cortante y helado que parecia salir del río, penetraba la fina tela de su chaqueta vaquera y la de sus vaqueros como si fuesen docenas de puntas de agujas de frío hielo. Jace tembló, y se alegro enormemente de que al menos se hubiera puesto unos guantes de cuero para protegerse las manos. El río era del color del acero, el cielo gris como una paloma, y en el horizonte habia una gruesa línea pintada de negro en la distancia. Las luces parpadeaban y brillaba a lo largo de los tramos de la Williamsburg y de los Puentes de Manhattan. Probado el aire de la nieve, aunque ya eran los meses de invierno. La última vez que voló sobre el río, Clary iba con él, con los brazos alrededor de él y sugetandose con sus pequeñas manos a la chaqueta. Entonces no hacia frio alguno. Curvaba la moto bruscamente, considerando cada lado, pensó que estaba viendo su leve sombra contra el agua, se inclinó hacia el otro lado locamente. A medida que se iba enderezando, lo vio: un buque de metal negro, sin marcar y casi sin iluminacion, su proa daba la sensación de ser una pequeña cuchilla que iba segando el agua por delante. Le recordó a un tiburón, robusto, rápido y mortal.
Frenó con sumo cuidado y comenzo a descender, silencioso, como si se tratara de una hoja atrapada en una marea. Pero su sensacion no fue ni mucho menos esa, más bien era como si fuera el buque el que estaba alzandose para reunirse con él, no se sentía como si estuviera disminuyendo, más bien como si el buque se levante a reunirse con él,
Las ruedas tocaron la cubierta y se deslizaron lentamente a una parada. No habia necesidad de apagar el motor, paso la pierna hacia el ladi para bajarse de la moto, y los zumbidos disminuyeron a un gruñido y, a continuación, a un ronroneo, y despues al silencio. Cuando miró atras, hacia su moto, parecia como si fuera un perro infeliz al que miran con ceño despues de haber estado juntos durante una larga estancia. Sonriendo a la moto.

-Vuelvo en seguida contigo-, dijo. -Tengo que averiguar mas de este barco en primer lugar.

Había mucho que ver. Estaba de pie sobre una amplia cubierta, el agua a su izquierda. Todo estaba pintado de negro: la cubierta, las barandas de metal que lo rodeaban, incluso las largas y angosta ventanas de la cabina. El barco era más grande de lo que esperaba que fuera: probablemente tenia la longitud de un campo de fútbol, tal vez más. No era como los buques que había visto antes: demasiado grande para ser un yate, es demasiado pequeño para ser un buque militar, y nunca antes había visto un buque donde todo estubiese pintado de negro. Jace se preguntaba donde lo habia obtenido su padre. Dejando la moto, comenzó un lento paseo alrededor de la cubierta. Las nubes se habian despejado y las estrellas brillaban con fuerza en el cielo, eran increiblemente brillantes. Podía ver la ciudad iluminada en ambos lados como si estubiese en un estrecho, vacio y muy oscuro lugar entre las luces de la ciudad. Habia un silencio sepulcral, se dio cuenta del eco que producian sus botas contra el sule. De repente se preguntó si Valentín incluso estubo aquí. Jace rara vez había estado en algun lugar que pareciese tan completamente desierto. Se detubo por un momento en la proa del barco, con vistas sobre el río que parecia como si fuera una cicatriz entre Manhattan y Long Island.

Soplaba el viento fuerte y cortante, era ese tipo de viento que solo se siente a traves del agua, que se rompia por el paso del barco en picos de color gris, formando olas con las crestas plateadas. Estiró sus brazos y dejó que el viento tomara su chaqueta y la golpeara como si fueran alas, el pelo le daba laticazon en la cara, y el viento le probocaba picor en los ojos y hacia que se le derramaran langrimas. En el buque habia algo que le recorda a una casa señorial de Idris. Su padre le había enseñado a navegar en alli, le enseñó el lenguaje del viento y el agua, el aire y de la flotabilidad. "Todos los hombres deben saber cómo navegar", le había dicho. Fue una de las pocas veces que había hablado así, diciendo todos los "hombres" y no todos los cazadores.
Se trató de un breve recordatorio de que Jace podria haber sido cualquier cosa, pero siempre hubiera formado parte de la raza humana. Se alejó de la proa por el escozor de ojos, vio una puerta establecida en la pared de la cabina entre dos ventanas oscuras-. Cruzó la cubierta rápidamente, intentó abrirla, pero estaba cerrada. Con su estela, talló una rapida runa de opertura sobre la puerta de metal y se abrió con un chirrido de las bisabras como protesta y soltando unas escamas rojizas de oxido. Pasó bajo el umbral de la puerta, la tenue luz mostraba una escalera de metal.

El aire olía a herrumbre y desuso. Dio otro paso hacia adelante y al cerrar la puerta detrás de él dio un golpe y se oyo un eco metalico, y se undio en la oscuridad. Él juraria, por la sensación de la luz magica de la piedra en su bolsillo. Sus guantes de repente crugieron con un riodo sordo, los dedos los tenia tiesos por el frío. Hacia más frío dentro que el que habia sentido en cubierta. El aire era como el hielo. Sacó la mano de su bolsillo, sintió escalofríos, y no sólo por la temperatura. El pelo a lo largo de la parte trasera de su cuello le hacia sentir picazón, cada nervio le gritaba. Algo estaba mal. Sacó su piedra que relucia de luz, haciendo que los ojos le lloraran aún más. A través del efecto borroso que vio la esbelta figura de una chica de pie delante de él, sus manos cruzadas a través de su pecho, su cabello un toque de color rojo en contraste con el metal negro que los rodea. Su mano tembló y se dispersaron destellos de luz magica como si una multitud de luciérnagas, aumentado la oscuridad a continuación.

-Clary?

Ella le miraba, llevaba un vestido de color blanco, sus labios estaban temblando. En su gargantas ahogo multitud de pruguntas: ¿qué estaba haciendo aqui? ¿Cómo habia llegado a la nave? Un espasmo de terror se apoderó de él, peor que cualquier miedo que jamas hubiera sentido por sí mismo. Algo andaba mal con ella, con Clary. Él dio un paso adelante, al igual que las manos de ella se trasladaron fuera de su pecho y echo los brazos hacia él. Estaban pegajosas por la sangre. Tenia el vestido blanco cubierto de sangre de la frente y le formaba un babero escarlata. Agarró su brazo cuando ella empezó a hundirse. Él casi redujo la luz magica cuando el peso cayó en su contra. Podía sentir el latido de su corazón, el tacto de su suave cabello contra el mentón, era algo que el recordaba y conocia. Aunque su aroma era diferente. El olor que asociaba a Clary, era una mezcla de jabón y de flores de algodón limpio, pero ese olor se había ido, ahora a lo que olía era solo a sangre y metal. Inclinó la cabeza hacia atrás, su ojos rodanron hasta ponerlos en blancos. El salvaje martilleo de su corazón era de los que preceden a la desaceleración de una parada -
-¡No!
Se desmayó sobre los brazo de Jace, al desplomarse la cabeza le rodo por el brazo hasta el pecho.
-Clary! ¡Despierta!
La zarandeo, en un bago intento de despertarla; sintió como se aliviaba su frio y paso a tener sudores frios y, a continuación, los ojos de ella estaban abiertos, pero ya no los tenia verde, sino que eran de un blanco opaco y brillante, y blanco como los faros en una carretera oscura, de color blanco como el clamor de ruido dentro de su propia mente. "He visto esos ojos antes", pensó, "la muerte", y luego la oscuridad se incrementó a lo largo de él como una ola, con el silencio de la misma.

Había puntos brillantes de luz contra la sombra, agujeros en la oscuridad. Jace cerró los ojos, tratando de calmar su propia respiración. Tubo un cobrizo sabor en la boca, como de sangre, y podía decir que estaba acostado en una fría superficie metálica y que el frío se filtraba a través de su ropa y en su piel. Empezó a contar hacia atrás desde cien mentalmente hasta que consiguio que su respiracion fuera más lenta. Luego abrió los ojos de nuevo. La oscuridad era todavía existe, pero se ha resuelto en un familiar cielo nocturno marcado por las estrellas.Estaba en la cubierta del buque. Gimió y se levantó sobre sus codos y luego se congeló cuando se dio cuenta de la presencia de otra sombra, esta reconociblemente humana, inclinado sobre él.
-Tienes un golpe feo en la cabeza,- dijo la voz que embrujaba sus pesadillas.
-¿Cómo te sientes?- Jace se sentó y de inmediato lamentó que su estómago empezara a rugir. Si había comido algo en los últimas diez horas, no era bastante y sitio como si lo poco que pudiera tener en su estomago saliera hacia fuera. Y asi fue, el sabor agrio de bilis le inundó la boca.
-Me siento como en el infierno.
Valentine sonrió. Estaba sentado sobre una pila de envases vacíos, cajas de aplanado, con un traje gris y corbata, como si estuviera sentado detrás de la elegante mesa de caoba en la casa solariega de los Wayland en Idris.
-Yo tengo otra pregunta más obvia para ti. ¿Cómo me encontraste?
- Torturé a un demonio Raum,- dijo Jace.- tu fuiste quien me enseñó donde mantener sus corazones. Me amenazó y me dijo que- así es, no son muy brillantes, pero logró decirme que había llegado de un barco en el río. Me miró y vi la sombra del barco en el agua. Me dijo que se me había citado también, pero yo ya sabía eso.
- Veo.- Valentine parecía estar escondiendo una sonrisa.
- La proxima vez, al menos, dime cuando piensas llegar antes de la caída. Porque sino puede que tengas un desagradable encuentro con mis guardias.
- Guardias? -Jace estaba aun apoyado sobre el frío suelo y la barandilla de metal, respiró con profundidad el frio y limpio aire.
-Te refieres a los demonios, ¿no? Has utilizado la espada para convocarlos.
- Yo no lo niego, dijo Valentín.
-Las bestias de Lucían destrozaron mi ejército de repudiados, y yo no tengo ni tiempo ni la inclinación para crear más. Ahora que tengo la Espada, ya no los necesito. Tengo otros.
En la mente de Jace aàrecio el pensamiento de Clary ensangrentada, y muerta en sus brazos. Puso una mano en su frente. Estaba fresco, donde la reja de metal que la habia tocado.
-Esa cosa en la escalera,- dijo. -No fue Clary, ¿verdad?
-Clary? -Valentín sonó ligeramente sorprendido. -¿Es eso lo que viste?
- ¿Por qué no se lo que vi? -Jace luchaba para mantener su voz plana, indolente. No estaba familiarizado con los incómodos secretos, ya sean propios o de otras personas, pero sus sentimientos hacia Clary eran algo que él mismo sabia que si mirarban lo suficientemente cerca... Y eso fue lo que hizo Valentín. Él miró de cerca todo, estudiando, analizando de qué manera podría convertir las cosas en una ventaja para él. De este modo recordó Jace de la Reina de la Corte Seelie: fresco, amenazante, el cálculo.
-Con lo que has tropezado en la escalera,- dijo Valentín, -es Agramon-el demonio del miedo. Agramon adopta la forma de lo más te aterra. Cuando realiza la alimentación de tu terror, es tan poderoso que mata, suponiendo que todavía esten vivos en ese momento. La mayoría de los hombres y mujeres mueren de miedo que antes de que él lo haga. En cambi tu, te felicitó por resistir siempre como lo hiciste.
- Agramon?!- Jace estaba sorprendido. -Eso es un Gran Demonio. ¿Dónde lo obtubiste?
-Pagué un joven brujo para que lo convocara para mí. Iluso. Pensaba que si el demonio se mantenia dentro de su pentagrama, podia controlarlo. Desafortunadamente para él, su mayor temor era que un demonio al que convocara pudiera romper los pabellones del pentagrama y atacarlo, y eso es exactamente lo que pasó cuando llegó Agramon.
- Por lo tanto, ésa es la forma en que murió,- dijo Jace.
-¿Quien que murió?
-El brujo,- dijo Jace. -Su nombre era Elías. Tenia dieciséis años. Pero lo sabías, ¿no? El Ritual de conversión Infernal
-Se rió Valentín.- Tu has estado ocupado, ¿no? Así que ya sabes la razón por la que envié los demonios a la casa de Lucían, ¿no?
-Querías a Maia, -dijo Jace.- Porque ella es un hombre lobo niño. Necesitas su sangre.
- Envié a la Drevak demonios para espiar lo que hacia Lucían e hicieran un informe y me lo remitieran, -dijo Valentín.
-Lucian mató uno de ellos, pero cuando el otro informó de la presencia de un joven
lycanthrope-- Enviaste el demonio Raum para cogerla a ella.- Jace consideró de repente muy cansado. -Porque Lucas Siente aprecio por ella y quieres hacerle todo el daño que puedas. - Calló; y con medio tono, como en pausa dijo: - Eso es demasiado bajo incluso para ti.
Por un momento una chispa de ira se encendido en los ojos de Valentín, luego tiró su cabeza hacia atrás y rugió con alegría. - Admiro tu tenacidad. Te pareces tanto a mi.
Se levantó sobres sus pies y luego le ofrecio a Jace la mano.
- Ven. Vamos a dar un paseo por la cubierta. Hay algo que quiero enseñarte.
Jace quería rechazar la mano que la mano que le ofrecia, pero no estaba seguro,
teniendo en cuenta el dolor que sentia en la cabeza, sabia que no podria levanterse si no era con algo de ayuda. Además, seria mejor no enfadar a su padre ya que nunca habia tenido paciencia con los comportamientos desobedientes, y no era el momento para que Jace hiciera apremio de su rebeldía.
La mano de Valentín era fresca y seca, y su agarre fue extrañamente tranquilizador. Cuando Jace estubo de pie, y libre, Valentín señalo la estela de su bolsillo.
-Permíteme curarte las lesiones de la caida,- dijo, para llegar a su hijo. Jace dudo unos segundos, seguramente Valentin se habia dado cuenta, y rechazo hizo el intento de alejar la estala con la mano.
-No quiero tu ayuda. -puso la estela de Valentín a distancia.
- Como quieras -Comenzó a caminar, Jace le suigo un momento mas tarde y tubo casi qeu correr para alcanzarlo. Conocia a su padre bastante como para saber que nunca se giraria para ver si Jace le estaba siguiendo, simplemente comenzaria a hablar en cosecuencia. Tenía razón. Para cuando Jace habia alcanzado el lado de su padre, Valentín ya había comenzado a hablar. Tenía las manos cruzadas en la espalda, se movia con una gracia, unos faciles y amplios movimientos descuidados. Se inclinó hacia adelante mientras caminaba para que el fuerte viento no le molestra y daba la sensacion que andaba a zancadas.
-... Si no recuerdo mal,- Valentín estaba diciendo, - estas muy familiarizado con la perdida del Milton Paradise? (creo que dice eso)
-Lo único que me hiciste leer diez o quince veces,- Jace dijo. - Es mejor reinar en el infierno que servir en el cielo, etcétera, y así sucesivamente.
- Non serviam,- dijo Valentín.
-No servir.
Es lo que Lucifer llevaba inscrito en su bandera cuando cabalgó con su ejercito de ángeles rebeldes contra una autoridad corrupta.
-¿Cuál es tu punto? Eso de estar en la cara del diablo?
-Algunos dicen que Milton estubo en la cara del mismo diablo. Satanás es su duda, un
la figura más interesante que su Dios.(esto no lo entiendo muy bien)

Estaban llegando ya a la parte delantera de la nave. Se detuvo y se inclinó contra las barandas. Jace se reunió ahi con él. Habían pasado los puentes del East River y se dirigían hacia mar abierto entre Staten Island y Manhattan. Las luces de la ciudad del distrito financiero parecian luz magica y fluía como el agua. El cielo estaba lleno de polvo de diamantes y el río escondia sus secretos bajo una capa negra, rota aquí y allá con un flashes de color plateado que podrían haber sido la cola de un pez o de una sirena.
Mi ciudad, pensó Jace, de forma experimental, pero las palabras que le surgieron en la mente fue Alicante y sus torres de cristal, no los rascacielos de Manhattan.
Después de un momento, Valentín dijo:
-¿Por qué estás aquí, Jonathan? Me lo prunto porque después de que nos vimos en la Ciudad de huesos tu odio por mí fue implacable. Yo ya había renunciado a ti, a volver a verte.
Su tono no presentaba nada vulnerabilidad, siempre habia sido asi, almenos el lo recordaba de ese modo, y su voz siempre estaba en el mismo nivel, pero al menos tenia un tono de una especie de verdadera curiosidad, como si Jace huebiese sido capaz de sorprenderlo lo mas minimo.
-La Reina de la Corte Seelie quería preguntarme una cosa, dijo.- Ella me dijo que la sangre que corre por mis venas.
La sorpresa pasó por la cara de Valentin como una mano suavizado la expresión.
-Has hablado con la Reina?- Jace no dijo nada. -Es el camino de los populares. Todo lo que ellos dicen tiene más de un significado. Dile, si te pregunta una vez más, que la sangre del Ángel corre en tus venas.

-Y en las venas de cada cazador de sombras,- dijo Jace, decepcionado.
Tenia la esperanza de recibir una mejor respuesta.
-No estais con la Reina de la Corte de la Seelie , ¿verdad? - el tono de Valentín era cortante. -No. Y no vienes aquí sólo para hacerme una pregunta ridícula. ¿Por qué estás aquí realmente, Jonathan?
-Tenia que hablar con alguien.
El no era tan bueno en el control de la voz como lo era su padre, quien
podía escuchar el dolor en él, como una herida sangrante justo debajo de la
superficie.
- Los Lightwoods.., estoy en problemas, pero nada con ellos. Lucas
debe odiarme por ahora. El Inquisidor lo quiere muerto. Hice alago que hirio a Alec y nisiquiera estoy seguro de qué .
- Y tu hermana? -Valentín dijo. -¿Qué hay de Clarissa?
¿Por qué tenia que arruinarlo todo?
-Ella no me complace demasiado bien.- Él vaciló. -Me acordé de lo que me dijiste en la Ciudad de huesos. Que nunca hubo oportunidad para decirme la verdad. Yo no confío en ti,- añadió.- Quiero que lo sepas. Pero yo pensé en darte la oportunidad de decirme por qué .
- Tienes muchos más por qué que preguntarme, Jonathan.
Había una nota en la voz de su padre que le asustaba, algo que parecia humildad, pero que a la vez fue muy feroz como el acero puede ser templado por el fuego.
-Hay tantos porqués. -¿Por qué matar a la Hermanos Silenciosos? ¿Por qué robar la Espada Mortal? ¿Qué planeas? ¿Por qué no fue la Copa Mortal suficiente para ti? -Jace hizo una pausa antes de seguir preguntandole. ¿Por qué te fuiste por segunda vez? ¿Por qué me dijiste que ya no era tu hijo más, y luego volviste a por mi de todos modos?
- Ya sabes lo que quiero. La Clave es irremediablemente corrupta y debe ser destruida y restituida de nuevo. Idris debe ser liberada de la influencia de degenerar las razas, y de la Tierra realizado en contra de la prueba la amenaza demoníaca.
- Sí, acerca de que la amenaza demoníaca.
Jace miró alrededor, como si se espera encontrar la sombra del gran Agramon hiendo hacia él.
-Pensé que odiabas a los demonios. Y ahora los utilizar como subditos. El Ravener, el Drevak demonios, Agramon - son tus empleados. Guardias, mayordomos personal de cocina, por todo lo que saber .
Valentine apretando sus dedos sobre la barandilla.
- No soy amigo de los demonios,- dijo.- Soy un Nefilim, no importa lo mucho que pueda
creo que el Pacto es inútil y la Ley fraudulenta. Un hombre no tiene que estar de acuerdo con su gobierno para ser un patriota, ¿no? Se necesita un verdadero patriota a disentir, a decir que ama a su país más de lo que se preocupa por su propio lugar en el orden social.
He sido castigado por mi elección, forzado a vivir en la clandestinidad, desterrado de Idris. Pero yo seré siempre un Nefilim. No puedo cambiar la sangre de mis venas por mucho que quisiera no podria hacerlo; aunque tampoco quiero.
Jace volvio a pensar en Clary. Miró hacia abajo, a la oscuridad del agua de nuevo, sabiendo que no era cierto. Renunciar a la caza, la muerte, el conocimiento del propio aumento de la velocidad y habilidades que: Es imposible. Fue un guerrero. No podía ser nada más.
-¿Y tú?- Valentín preguntó.
Jace mió rápidamente, preguntándose si su padre podía leer su cara. Habian sido solo ellos dos durante tantos años. Hubo un tiempo en que conociño mejor la cara de su padre que la suya propia. Valentín fue la persona a la que él sentía que nunca podría ocultar lo que estaba sintiendo. O la primera persona, por lo menos. A veces se sintió como si Clary, también pudiera ver atraves de él y saber absolutamente todo lo que sentia.

-No,- dijo. -Yo no.
- Seras siempre un cazador de sombras?
-Siempre, -dijo Jace", hasta el fin, es lo que soy.
-Bueno, -dijo San Valentín. -Eso es lo que quería oír.
Se inclinó de nuevo contra la barandilla, mirando el cielo nocturno. En el pelo le destellaron los mechones blancos; Jace nunca los había notado.
-Esto es una guerra,- dijo Valentín.- La única pregunta es, ¿en qué parte de la lucha formaras parte?
-Pensé que todos estabamos del mismo lado. Pensé que era los mundos contra los demonios.
- Si ¿sólo esos bandos pueden haber?. Entiendo, yo también me senti de la clave y creia que sus intereses de sobre este mundo eran buenos, si yo pensaba que estaban haciendo el mejor trabajo posible, por este mundo, por el Angel. ¿Por que deberia luchar contra ellos? ¿qué razon puedo tener?
El poder, pensó Jace, pero no dijo nada. Ya no estaba seguro de lo que debia decir, y mucho menos en lo quepodia creer.
-Si la Clave continua como está,- dijo Valentín,- los demonios se aprovecharan de su debilidad y atacaran, y la Clave, distraída por sus interminables cortejos de la degenerar las razas, no estará en condiciones para luchar contra ellos. Los demonios van a atacar y lo van a destruir todo y no habrá nada.
El degenerar de las razas. Las palabras las sintio con una incómoda familiaridad, que le recordó a Jace su infancia, de manera que no era del todo desagradable. Cuándo pensaba el el tiempo con su padre y en Idris, que siempre la recordaba con imagenes borrosas del sol caliente, el verde cesped de la parte delantera de la casa de campo , y la silueta oscura de un hombre grande, oscuro, con amplios hombros inclinado hacia abajo para levantarlo del césped y llevarlo dentro con él. Debia ser muy joven entonces; nunca olvidó, ni la forma en que olia el cesped, ni el color verde y brillante y recién cortado o la forma en que el sol había vuelto a su padre el pelo a un halo de color blanco, ni la sensación de ser transportado. De estar seguro.
-Luke,- dijo Jace, con cierta dificultad. -Lucian no es un degenerado
- Lucian es diferente. Fue un cazador de sombras una vez. - El tono de Valentín era plano y al final dijo.- No se trata de especies de Subterraneos, Jonathan. Se trata de la supervivencia de todo ser viviente en este mundo. El ángel escogió a los Nefilim por una razón. Somos la mejor especie de este mundo, y estamos destinados a guardarlo. Somos lo más parecido que existe en este mundo a los dioses y debemos utilizar ese poder para salvar a este mundo de la destrucción, a cualquier coste para nosotros.
Jace se inclinó sobre sus codos a la barandilla. Hacía frío aquí: El viento helado le traspasaba a través de la ropa, y las puntas de los dedos se le empezaron a entumecer. Pero en su mente, vio las verdes colinas y las aguas azules y piedras de color miel que habian en la casa solariega de los Wayland.
-En historia antigua,- dijo Jace, - Satanás le dijo a Adán y Eva '"Vosotros sereis los dioses"", cuando los tentó a pacar. Y fueron echados del jardín por culpa de ella.
Hubo una pausa antes de que Valentín se achara a reir. Y dijo,
- Mira, eso es lo que necesitamos, Jonathan. Que me den el pecado del orgullo.
-Existen todo tipo de pecados.
Jace se enderezó y se puso cara a cara con su padre.
- No has respondido a mi pregunta acerca de los demonios, padre. ¿Como se puede justificar el convocar a los demonios, tu asociación con ellos? ¿Tienes previsto enviarlos en contra de la clave?

-Es lo que pretendo,- dijo Valentín, sin vacilación, sin un momento de pausa para considerar si no sería prudente revelar sus planes a alguien que pueda compartirlo con sus enemigos. Nada ha sacudido Jace al darse cuenta de que cómo su padre estaba seguro de que tendría éxito.-La Clave no dará la razón sino es a la fuerza. Traté de construir un ejército de abandonados; con la Copa, podría crear un ejército de nuevos Cazadores de sombras, pero me tomaría años. No tengo años. Nosotros, la raza de humanos, no tenemos años. Con la espada no puedo llamar a mí una obediente ejército de demonios. Ellos me sirven como herramientas, hacer lo que demando. Ellos no tienen otra opción. Y cuando quiera quitarlos del medio, si los mando a destruirse a sí mismos, y ellos lo harán. -Su voz estaba emocionada.

Jace se estaba sujetando a la barandilla tan duramente que sus dedos habían comenzado a
dolorles.
-No puedes hacer una masacre de cazadores de sombras cada vez que se opongan a ti. Eso es asesinato.
-No voy a tener que hacerlo. Cuando la Clave vea el poder organizados en su contra, se entregarán. No son suicidas. De hecho, entre ellos hay quienes me apoyan. No había arrogancia en la voz de Valentíne, sólo una calma de certeza. -Ellos darán el paso adelante cuando llegue el momento.
-Creo que estás subestimando a la Clave -. Jace trató de hacer su voz firme. -No creo que entiendas lo mucho que te odian.
-El odio no es nada cuando pesa contra la supervivencia. - La mano de San Valentín fue a su cinturón, cuando la empuñadura de la Espada brilló tediosamente. -Pero no tienen mi palabra. Te dije que había algo que quería mostrarte. Aquí es. -El señaló a la espada de su vaina y entregó a Jace. Jace había visto antes a Maellartach en la Ciudad de huesos, colgada de la
pared en el pabellón de las Estrellas del uso de la palabra. Y había visto la misma empuñadura que sobresalía de la vaina de los hombros de Valentíne, pero nunca la había examinado de cerca. El Angel de la Espada. Era un lugar oscuro, de pesada plata, brillantes, con un brillo apagado. Ligero, parecía pasar a través de él, como si se tratara de agua. En su empuñadura floreció una rosa de luz ardiente. Jace habla a través de su boca seca.
-Muy bonito.
-Quiero que la mantengas.

Valentine presentó la espada a su hijo, la forma en que siempre había enseñado, empuñandola primero. La espada parecía brillar oscuramente en las estrellas. Jace dudó.
-Yo no ...
-Toma.

Valentíne presionó en su mano. En el momento en que Jace cerró los dedos los dedos en torno a la empuñadura, una lanza de luz se disparó en la empuñadura de la Espada y la base de la hoja. Miró rápidamente a su padre, pero estaba inexpresivo.
Un oscuro dolor se propagó en Jace a través del brazo y del pecho. Aquello no era la espada que fuera pesada, no lo era. Parecía que quería tirar de él hacia abajo, arrastrandoló a él a través del buque, a través del verde agua del océano, a través de la frágil corteza de la Tierra misma. Jace sentía como si la respiración le fuera siendo arrancada de sus pulmones.
Él arrojó su cabeza hacia arriba y esperó a su alrededor y vio que la noche había cambiado. Una red de brillantes alambres finos de oro habían sido arrojados a través del cielo, y la
estrellas brilló a través de ella, brillante como cabezas de clavos martillados en la oscuridad. Jace vio la curva del mundo, ya que se deslizó fuera de él, y por un momento fue sorprendido por la belleza de todo. Entonces el cielo de la noche parecía abrirse como un vaso vertiendose a través de fragmentos llegó a una horda de formas oscuras, retorcidas y nudosos y sin rostro, un aullido silencioso grito en el chamuscado interior de su mente.
El viento helado le quemaron seis patas de caballos pasando, sus pezuñas en sangrientas haciendo chispas en la cubierta del barco. Las cosas que los montaban eran indescriptibles. Pequeños ojos generales, coriáceas criaturas de alas en círculos, con gotas de chirriar en un venenoso verde limon.

Jace doblada sobre la barandilla, con arcadas sin control, todavía estaba apoderado de la espada su la mano.
Por debajo de él el agua batió con los demonios como un guiso venenoso. Vio espinosa criaturas con sangrientos ojos como platillos, que luchaban fueron arrastrados por un punto de ebullición bajo resbaladizas masas de negros tentáculos.
Una sirena atrapada en las garras de una araña de diez patas de agua gritó desesperadamente, ya que hundió sus colmillos en su cola, sus ojos rojos brillaban, como perlas de sangre. La espada cayó de la mano de Jace y cayó a la cubierta. Abruptamente el sonido y el espectáculo se habían ido y la noche estaba en silencio. Se colgó fuertemente a la barandilla, mirando hacia abajo en la mar con incredulidad. Se vaciaba, su superficie agitadas sólo por el viento.
-¿Qué fue eso?- Jace susurró. Su garganta se sentía áspera, como si se hubiera raspado con papel de lija. Él miró salvajemente a su padre, que se había agachado para recuperar la espada que se le había caído Jace. -¿Son aquellos los demonios que ya has llamado?
- No.- dijo Valentine resbalando a Maellartach en su vaina. -Esos son los demonios que
he señalado a los bordes de este mundo con la espada. Traje mi nave a este lugar, porque las salas son delgadas aquí. Lo que haas visto es mi ejército, a la espera del otro lado de los pabellones esperando que los llame a mi lado. -Sus ojos eran graves. -¿Todavía cree que la Clave no capitulará?

Jace cerró los ojos y dijo:
-No todos ellos, no los Lightwoods.
-Tu podrías convencerlos. Si estás conmigo, juro que ningún daño llegará a ellos. -Detrás de la oscuridad los ojos de Jace comenzó a enrojecer. Había imaginado las cenizas de la antigua casa Valentíne, los ennegrecidos huesos de los abuelos con los que nunca se reunió. Ahora vio otras caras. La de Alec. Isabelle. Max. Clary.
-Les he hecho tanto daño a ellos ya -, susurró.-Nada más debe ocurrirles a cualquiera de ellos. Nada.
-Por supuesto. Lo entiendo -. Jace ,realmente para su asombro, no entendió de que Valentíne, de alguna manera vio lo que nadie parecía ser capaz de comprender. -¿Tú crees que es tu culpa, todo el daño que se ha abatido sobre tus amigos, tu familia?.
-Es mi culpa.
-Tienes razón. Lo es-. En ese momento, Jace lo miró con absoluto asombro. Sorprendido intentaba luchar con ese sentimiento de horror.
-¿Lo es?
-El daño no fue deliberadamente, por supuesto. Pero tú eres como yo. Estamos envenenados y
destruimos todo lo que amamos. Hay una razón para eso ".
-¿Qué razón?-Valentine miró al cielo. -Estamos para un propósito superior, tu y yo. Las distracciones del mundo son sólo eso, distracciones. Si permitimos que lo sean, apartandonos de curso por ellas, serán debidamente castigadas ."
-¿Y nuestra la pena es dejando a todos los que nos importa? Parece un poco duro para ellas.
- El Destino final nunca es justo. Estás atrapado en una corriente mucho más fuerte que tu, Jonathan; lucha en contra de ella y te ahogará y no sólo a ti, sino a todos aquellos que
tratas de salvar. Nadar con la corriente, y sobrevivirás.
-Clary-
-No llegaría a dañar a tu hermana si te unes a mi. Yo iré a los confines de la tierra para protegerla. Voy a traerla a Idris, donde nada pueda sucederle. Les prometo
eso.
-Alec. Isabelle. Max..
-Los niños Lightwood los niños, también tendrán mi protección -.
Jace dijo suavemente,- Luke.
San Valentín dudó, y luego dijo: -Todos tus amigos serán protegidos. ¿Por qué no me crees, Jonathan? Esta es la única manera que puede protegerlos. Lo juro-. Jace no podía hablar. Dentro él el frío del otoño luchó con el recuerdo del verano. - Has tomado tu decisión? -dijo Valentín; Jace no podía verlo, pero él podía oír la firmeza de su pregunta. Incluso
sonaba ansioso.
Jace abrió sus ojos. Las estrellas estaban en el blanco en contra de su iris; por un momento no pudo ver nada más.
Él dijo, -Sí, Padre. Yo te tomado mi decisión.

La tercera parte del Día de la Ira

El Día de la ira, ese día arderá, todo lo que ves y habla Sibila relativas, Todo el mundo será cenizas de inflexión. - Abraham-Coles





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