Crónicas Vampíricas

martes, 7 de julio de 2009

Cazadores de Sombras: Libro 2.

1 . Flecha de Valentine

-¿Sigues enojado?

Alec, estaba apoyado contra la pared de la ascensor, vigilando desde allí todo el pequeño espacio que había hasta Jace.
-No estoy enfadado.

-Oh, sí que lo estás.- Jace hizo un gesto acusatorio a su hermano de batalla,
y un latido el dolor se extendió sobre su brazo. Cada parte de él estaba herido por los golpes que había recibido esa misma tarde, cuando había caído de tres plantas a través de un suelo de madera que se había podrido junto con un montón de chatarra. Incluso tenia sus dedos magullados.
Alec, que acababa de dejar de usar las muletas que había tenido que utilizar después de su lucha con Abbadon, no le hizo sentir mucho mejor a Jace. Sus ropas estaban cubiertas de barro y su cabello largo estaba en sudorosas tiras.

Hubo un largo enrojecimiento en la parte de sus mejilla.
-No lo estoy-, dijo Alec, a través de sus dientes. -Sólo porque hayas dicho que los dragones demonios se extinguieron.-Dije que la mayoría se extinguieron. - apuntó Alec con un dedo de la mano hacía él.- Mayormente extintas - dijo, su voz temblando de furia,- no SUFICIENTEMENTE Extintas.
Ya veo -, dijo Jace.- Voy a tener que cambiar la inscripción en el libro de texto de demonología 'casi extinguida' a 'no suficientemente para Alec extinguido. Prefiere su monstruos realmente extinguidos.
Te hace eso feliz?
Chicos, chicos -, dijo Isabelle, que había sido el examen de su cara en el ascensor de la pared de espejos.
- Nada de luchar-. Ella se apartó de la copa con una sonrisa de sol. -Muy bien, fue un poco más de acción de lo que nos esperábamos, pero pienso que igualmente fue divertido.

Alec la miró y sacudió la cabeza.
-¿Cómo lo haces para nunca mancharte de barro?.
Isabelle se encogió de hombros filosóficamente.
-Soy pura de corazón. Eso repele la suciedad.

Jace rió en voz alta por lo que le convirtió en una tristeza. Él
derramó con sus dedos barro sobre ella. Sus uñas estaban de un negro
profundo.
-Suicia por dentro y por fuera.- Isabelle estaba a punto de responder
cuando el ascensor llegó a un punto muerto con un sonido de chirriar de
frenar.
-Ha llegado la hora de conseguir esta cosa fija-, dijo, extrayendo la

puerta abierta. Jace la siguió tras su entradas en la, ya
Jace siguió su salida del ascensor, esperando con ansias desprenderse de sus armaduras y armas, y tomar una ducha caliente. Había sido convencido por ellos para acompañarlo de caza con él, a pesar de que ninguno de ellos se sentían
totalmente cómodos para salir por su propia cuenta ahora que no estaba Hodge
para darles instrucciones.

Pero Jace había querido olvidar los combates, lo duro de matar a la desviación, y la distracción de las lesiones. Y sabiendo lo que quería, había aceptado ido ir con ellos, rastrear a través de los túneles del metro sucio y desierto hasta que habían encontrado al demonio Dragonidae y lo mataron. Los tres habían trabajado juntos perfecta sintonía, de la misma forma que siempre fue.
Se desabrochó su chaqueta y la arrojó a uno de los percheros colgados en la pared. Alec estaba sentado en el banco de madera bajo
junto a él, lanzando sus botas cubiertas de estiércol. Fue tarareando
discordantemente bajo su aliento, Jace dejó ver que no le era molesto.
Isabelle fue tirando las horquillas de su largo cabello oscuro.

-Ahora tengo hambre,- dijo. -Quisiera que mamá estuviera aquí para cocinar algo.
Mejor que ella no -, dijo Jace, desprendiéndose de su cinturón de armas.- Ya habría estado chillando acerca de las alfombras.
Acerca de eso tienes razón.- dijo una voz fresca.
Jace osciló a su alrededor, aún con sus manos en su cinturón,y vio a Maryse Lightwood, de brazos cruzados, al pie del
umbral. Vestía traje negro rigido de viaje y su pelo, negro como Isabelle's, se señaló de nuevo en una gruesa cuerda que colgaba hasta la mitad de su espalda. Sus ojos, de un azul glacial, barrió a los tres como si trata de un foco de luz.

-¡Mamá!- Isabelle, recuperó su compostura y corrió a
su madre para abrazarla.
Alec llegó a sus pies y se unió a ellas, tratando de ocultar el hecho de que todavía era cojo.
Jace se quedó donde estaba. Ha habido algo en los ojos de Maryse ,en su
mirada helada habiéndose detenido más tiempo observándolo a él. ¿Realmente había dicho algo tan malo? El siempre se pasaba todo el tiempo bromeando por su obsesión con la alfombras antiguas.
-¿Dónde está papá?- podió saber Isabelle retrocediendo de su madre. -¿Y Max?- Hubo una pausa casi
imperceptible. Maryse habló entonces.
- Max está en su cuarto. Y tu padre, por desgracia, todavía está en Alicante. Hubo algunas actividad en la que se requería su atención. -Alec, generalmente más
sensibles a los estados de ánimo de su hermana, parecía vacilar.
-¿Es algo malo?-
-Yo que tu podría pedir. - El tono de su madre era seco.- ¿Estas cojeando?.


Alec es un terrible mentiroso. Asi que Isabelle mintió por él sin problemas:
-Tuvimos un encuentro con un demonio Dragonidae en los túneles del metro.
Pero no fue nada.

-¿Y supongo que Gran Demonio con el que lucharon la semana pasada, tampoco fue demasiado? - Incluso Isabelle fue silenciada.
Ella miró aguardando a Jace. -Eso no fue algo previsto.- Jace
tenía dificultad para concentrarse. Maryse él no lo había saludado todavía,
no tanto como decir un hola, y ella todavía estaba observándolo a él
con los ojos azules como puñales. Había un sentimiento en el hueco vacío de su estómago que estaba empezando a extenderse. Ella nunca lo había mirado esa manera. No importaba lo que él hubiera hecho, jamás le había mirado de aquel modo.

-Fue un error.
-Jace.- Max, el más joven de los Lightwood, aceleró su camino ,eludiendo a su madre. - Has regresado! Has regresado!.-Se dio vuelta en una
círculo, para ver sonreír y Alec Isabelle triunfalmente. -Pensé que
oído el ascensor. -
-Y yo pensé que te dije de permanecieras en tu habitación -, dijo Maryse.
-Yo no recuerdo eso-, dijo Max, con una seriedad que incluso Alec sonrió.
Max parecía pequeño para su edad - tenía alrededor de siete, pero había algo en él equipo que,combinado con su gafas enormes gafas, le daba un aire de alguien mayor. Alec agitó el pelo rizado de su hermano, pero Max
Se seguía mirando a Jace,con sus ojos brillando. Jace sintió que fue menguando el frío puño de su estómago a fin de relajarse un poco a poco.
Max ha siempre le adoraba como un héroe- de un modo que su propio hermano no le procesaba ese culto de hermano mayor, probablemente porque Jace era mucho más tolerante a la presencia de Max.

-Oí que lucharon contra un Gran Demonio-, dijo. -¿Fue impresionante?.
-Es diferente ...-, Jace cubierta. -¿Cómo te fue en Alicante? "

-Es impresionante. Vimos el mejor material. Hay un enorme arsenal en Alicante y me llevaron a ver algunos de los lugares donde se hacen las armas. Ellos me mostraron una nueva forma de hacer Seraph palas demasiado, por lo que duran más, y voy a tratar de obtener algunas para mostrarle a Hodge.- Jace no podía ayudarle; sus ojos se posaron instantáneamente en Maryse, con una expresión incrédula. ¿Así que Max no conconocía lo de Hodge? ¿No le dijo nada a él? Maryse le miró y vió a en sus labios una diluya en una línea.


-Ya es suficiente, Max.-Ella tomó a su hijo menor por el brazo. Él giró su cabeza para mirar hacia arriba hacía ella con sorpresa.

- Pero yo estoy hablando con Jace.

-Puedo verlo.

Su madre lo empujó suavemente hacia Isabelle.

-Isabelle, Alec, lleva a tu hermano a su habitación. Jace, - existe una opresión en su voz

cuando ella menciona su nombre, como si invisibles ácido secos en las sílabas en su boca -te limpiaron y me en la biblioteca tan pronto como pueda .


-No lo entiendo-, dijo Alec, en busca de su madre a Jace, y viceversa. -¿Qué esta pasando?.


Jace empezaba a sentir un sudor frío a lo largo de su columna vertebral.

-¿ Es sobre mi padre?-Maryse se contrajo dos veces, como si las palabras "mi
padre " hubieran sido dos bofetadas.

-La biblioteca -, dijo, a través de los dientes.- Discutamos este asunto allí.

Alec preguntó- ¿Qué pasó mientras no se habían ido Jace la culpa. Nos

estaban todos en el mismo. Y Hodge dijo-"

-Vamos a discutir y posteriormente Hodge.- Maryse se encontraban en los ojos de Max,
su tono de advertencia.

-Pero, mamá-, protestó Isabelle. -Si vas a castigar a Jace, debes castigarnos a nosotros también. Es sólo justo. Nosotros hicimos exactamente lo mismo que él.

-No, -dijo Maryse, después de una pausa tan larga que Jace pensaba que tal vez no fuera

a decir nada en absoluto. -No.






-Regla número uno de anime-, dijo Simon. Se sentó sobre un montón de almohadas a los pies de su cama, con una bolsa de papas fritas en una mano y mando a distancia del televisor en la otra. Él llevaba una camiseta negra de Blogged y un par de pantalones vaqueros con un agujero en una rodilla. -Nunca te pelees con un monje ciego.

-Lo sé- contesto Clary, cogiendo unas cuantas patatas fritas y mojandolas en la lata de salsa que estaba sobre una bandeja de televisión justo delante de ellos.

-Para algunos razón siempre son mejores luchadores que los monjes guerreros que si pueden ver.-Ella se asomó a la pantalla.
-¿Eso es algún tipo de baile?.
-No están bailando. Se están tratando de matar el uno añ otro. Ese tipo es el enemigo mortal del otro, ¿recuerdas?Él asesinó a su papá. ¿Por iban a bailar?.

Clary devoraba las patatas mientras miraba la pantalla meditadamente,donde un animados remolinos de rosa- amarillo y nubes se agitaban entre las figuras de los dos hombres con alas, que flotaban en torno a sí, cada uno embragante y brillante lanza. De vez en cuando uno de ellos le hablaba al otro, pero todos era en japonés con subititulos chino,por lo que no aclaró mucho.


-El hombre con el sombrero-,dijo.-¿És es el tipo malo?
-No, el hombre del sombrero era el del padre. Fue el emperador mágico, y es era su sombrero de poder.


El teléfono sonó. Simon cogió un montón de patatas de la bolsa esperando a que ella se levantará para responder al teléfono.
Clary puso la mano sobre la muñeca de él.
-No. Podría ser él.
-Pero podría ser Lucas. Podría estar llamando desde el
hospital.
-No es Luke,-contestó Clary, sonando más segura de lo que se sentía.-Habría llamado a mi móvil, no a casa.
Simon la miró durante un largo momento antes de tirarse de nuevo sobre la alfombra al lado de ella.
-Si tú lo dices.- Ella no solo pudo oír la duda en su voz, sino tambíen conformarse si a ella le hacía eso felíz.
Ella era cualquier cosa en ese momento fue menos"feliz", no con su madre en el hospital conectado a tubos y conectada a máquinas, y Lucas como un zombi, hundido en ña silla de plástico duro al lado de su cama. No preocupandose por Jace todo el tiempo y coger el teléfono una docena de veces para llamar al Instituto
antes de volver a colgar , antes de terminar marcar los números. Si Jace quería hablar con ella, el podía llamar perfectamente.

Seguramente había sido un error llevarlo a ver Jocelyn. Ella había estado tan segura de que si su madre podía escuchar tan solo la voz de su hijo, su primogénito, ella despertaría.
Pero ella había despertado. Jace estaba de forma era dura y difícil al lado de la cama, con su cara pintada como un ángel, con los ojos en blanco de forma indiferente.

Clary finalmente había perdido la paciencia y le gritó, y habría gritado antes de atacarlo de nuevo fuera. Lucas le había visto ir con un tipo de interés clínico por su agotado rostro.
Esta es la primera vez que os he visto actuar como hermana y hermano-, había comentado él.
Clary no dijo nada al respecto. No tenía sentido
decirle lo poco que aceptaba que Jace fuera su hermano. Tú no puede arrancar tu propio ADN, no importa cuánto desees que eso ocurra. No importa lo mucho que te haría feliz. Pero incluso si no podía ser feliz, pensó, al menos aquí, en La casa de Simón, en su dormitorio, se sentía cómoda y en casa.

Ella lo había conocido durante el tiempo suficiente para saber que tuvo una cama en forma de camión de bomberos y LEGOS amontonados en una esquina de la habitación. Ahora
la cama es un futon con una manta de rayas brillantes que había sido un regalo de su hermana, y las paredes estaban cubiertas con carteles de bandas como Panda y sólidas o "Stepping Razor.
Allí había una batería atrapada en la esquina de la sala donde los LEGOS habían estado, y un ordenador en la otra esquina, la pantalla aún congelada con una imagen de World of Warcraft. Era casi como familiar como en su propio dormitorio en la casa-que ya no
existe, por lo que al menos esto era el mejor lugar siguiente.
-Más patatas.- dijo Simon tristemente.

Todos los personajes en pantalla se ha convertido en
pulgadas de alto bebé versiones de sí mismos y se persiguen unos a otros agitar en torno a las ollas y sartenes.
-Estoy por cambiar de canal,- anunció Simón
anunció, aprovechando el mando a distancia. - Ya Estoy cansado de este anime. No puedo
decir creer que nadie tenga relaciones sexuales -
-Por supuesto que no, -dijo Clary, tomando otras patatas. .-El Anime es un sano entretenimiento familiar -
-Si tu estado de estado de ánimo prefiere menos sanos
entretenimiento, podría intentarlo con los canales de porno", observo Simon. -¿Prefieres ver Las Brujas de Breastwick o AS I LAY Dianne?

-¡Dame eso!- Clary agarró por el mando a distancia, pero Simón ya había cambiado a otro canal. Su
risa rompió abruptamente. Clary miró y con sorpresa
a él mirando inexpresivamente el televisor. Una vieja película en blanco y negro de la película de Drácula. Ella la había visto antes, con su madre. Bela
Lugosi, delgada y cara blanca, fue en la pantalla, envuelto en la familiares de alto manto de collar, doblado de nuevo los labios de su
dientes puntiagudos. -Nunca beber vino ...," que entonó con su espesor Acento húngaro.
-Me encanta la manera en que la telarañas están hechas de
caucho, -dijo Clary. Esperando la respuesta de él.
Pero Simón estaba ya en los pies, pasando el mando a distancia en la cama.
-Vuelvo en seguida- murmuró. Su rostro era el del
color del cielo en invierno, justo antes llovía. Clary le vio ir, mordiendose el labio pensando que era la primera vez desde que su madre había ido al hospital que ella había dado cuenta que tal vez no era demasiado Simon
feliz. (esta última parte esta medio incomprensible, asi que puse lo que me pareció entender.)



Secándose el cabello con la toalla, Jace observaba su reflejo en el espejo
frunciendo el ceño con curiosidad. Una runa de curación había curado lo
peor de sus moretones, pero no había ayudado a la sombra, bajo su
los ojos o la brevedad de las líneas en las esquinas de su boca. Su cabeza
estaba seca y se sentía un poco mareado. Sabía que debería haber comido
algo por la mañana, pero había despertado con náuseas y con jadeos
de pesadillas, no quería hacer una pausa para comer, sólo quería la
liberación de la actividad física, para quemar sus pesadillas en moretones
y sudor.

Puso la toalla a un lado, pensó ansiosamente en el dulce de negro
té de Hodge que había usado en la noche de las flores floreciendo en el
invernadero. El té le había traído hambre y trajo un rápido aumento de la energía.
Desde la muerte de Hodge, Jace había intentado hervir las plantas echadas en agua para ver si podía producir el mismo efecto, pero el único resultado fue un amargo sabor a ceniza líquido que le hizo escupir y gag. Descalzo, en el armario dormitorio y cogió unos vaqueros y una camisa limpia.


Se empujaba a su espalda el húmedo cabello rubio, mientras fruncia el ceño.
Era demasiado tiempo en el momento, la caída en sus ojos, algo Maryse se olvide chide acerca.
Ella siempre lo hizo. Él podría no ser hijo biológico de los Lightwoods, pero que podría tratarse le gusta, ya que él había sido adoptado con 10 años, después de la muerte de su propio padre. La supuesta muerte, Jace recordó a sí mismo, la sensación de vacío en las tripas de su repavimentación otra vez. Él se sentía como un gato-linterna para los últimos días, como si sus entrañas se hubieran extraído con un tenedor,mientras que una sonrisa permaneció fija en su rostro. A menudo se
preguntaba si creía que había algo cierto sobre su vida, o él mismo, pero nunca había sido así. Había pensado que era un huérfano y no fue así.Pensó que era sólo un niño que tenía una hermana. Clary. El dolor llegó de nuevo, más fuerte. Él empujó hacia abajo. Sus ojos cayeron sobre el pequeño espejo roto situado encima de su armario, todavía relejaban ramas verdes en un cielo de color azul diamante.


Ahora era casi el crepúsculo en Idris: El cielo estaba oscuro como el cobalto. Le Asfixió
el vacio que sentía, Jace extrajo sus botas y se dirigió a la biblioteca. Se pregunta mientras hacía sonar con estrépito los escalones de piedra, que era lo que quería hablar con Maryse a solas. Le había examinado como si le hubiera querido lanzar fuera de él. No podía recordar la última vez que había puesto una mano encima. Los Lightwoods no eran dados a los castigos corporales, un gran cambio de ser criado por Valentíne, que realizaba todo tipo de elaborados castigatos dolorosos para alentar la obediencia. Jace siempre se habúa curado los moratones sobre la piel siempre por todos los tipos de pruebas.


En los días y semanas que pasaron después de la muerte de su padre Jace podía recordar la búsqueda de las cicatrices en su cuerpo, alguna marca que sería una razón, un recuerdo para atarle físicamente a la memoria de su padre.
Llegó a la biblioteca y golpeó una vez antes de empujar la puerta abierta. Maryse estaba allí, sentada en la vieja silla de Hodge al lado del fuego. Fluyen a la luz hacia abajo a través de las ventanas altas y Jace pudo ver el toque de gris en el pelo. Ella tomaba un vaso de vino tinto; hubo un decantador de cristal de corte sobre la mesa a su lado.

-Maryse-, dijo.
Ella esperó un poco, antes de derramar el vino.
- Jace. Yo no te oí al entrar.
Él no se movió.
-¿Te acuerdas de aquella canción que cantabas a Isabelle y Alec para que se durmieran cuando eran pequeños y tenían miedo de la oscuridad?,- Mayrse apareció sorprendida.
-¿De qué hablas?.
-Yo solía escucharla a través de las paredes -, dijo.- Entonces, Alec estaba en la habitación de al lado mío.- Ella no dijo nada.- Era en francés. No sé por qué te recuerdo algo así.- dijo Jace. -Ella lo miró como si le estuviera acusando de algo.
-Nunca me cantaste-. Hubo una pausa apenas perceptible.
Entonces,
-Oh, tu,- ella dijo.-Jamas tuviste miedo de la oscuridad.
-¿Qué clase de niño de diez años tiene nunca miedo a la oscuridad?- Su
cejas se subieron.
-Siéntate, Jonathan -, dijo. -Ahora-. Fue, sólo lentamente, lo suficientemente para molestarla, a través de la sala, y se arrojó en una de las sillas del escritorio.
-Creo que no deberías llamarme Jonathan.
-¿Por qué no? Es tu nombre. -Ella lo miró detenidamente. -¿Cuánto tiempo hace que lo sabes?
-Conocer, ¿el qué?.
-No seas estúpido. Sabes exactamente lo que te estoy preguntando -. Ella le dio vuelta a su vaso en sus dedos.-¿Cuánto tiempo hace que sabes que Valentíne es tu padre?- Jace consideró descartar varias respuestas. Por lo general, podría salirse con la suya con Maryse haciendole reír. Era una de las pocas personas en el mundo que podía hacer reír.
- Él mismo tiempo que ustedes.
Maryse sacudió su cabeza lentamente.
-Yo no creo eso-. Jace se sentó recto. Sus manos estaban cerradas en puños los cuales descansaban sobre la silla. Podía ver un ligero temblor en sus dedos, se preguntó si le había ocurrido antes. No lo creía. Sus manos siempre habían sido tan constante como su corazón.
- ¿No me creen?.

Escuchó la incredulidad en su propia voz y se estremeció por dentro.
Por supuesto no le creía. Que había sido evidente desde el momento que ella había llegado a casa.

-No tiene sentido, Jace. ¿Cómo no podías saber quién era su propio padre?.
-Me dijo que era Michael Wayland. Vivíamos en la casa de los Wayland.
-Un buen contacto-, dijo Maryse -, que.¿ Y tu nombre? ¿Cuál es tu verdadero nombre?
-Ustedes conocen mi verdadero nombre.
-Jonathan Christopher. Yo sabía que era el nombre del hijo de Valentíne. Sabía que Michael tenía un hijo llamado Jonathan también. Es un nombre muy común. Nunca pensé que fuera extraño que lo compartieran, y en cuanto a Michael mediados del nombre del niño, nunca preguntó. Pero ahora no puedo dejar de preguntarme. ¿Cuál fue el segundo nombre del hijo verdadero de Michael Wayland? ¿Cuánto tiempo había estado planificando, Valentíne,todo lo que iba hacer? ¿Cuánto tiempo tuvo para saber que
iba a asesinar Wayland-Jonathan? -Ella rompió, mientras sus ojos estaban fijos en Jace. -Nunca te viste como Michael, lo sabes,- dijo ella. -Pero a veces los niños no se ven como sus padres. Yo no pensé en ello antes. Pero ahora puedo ver en ti lo que hay en Valentíne. La forma en que estas buscando en mi. Ese desafío. No te importa lo que Diga, ¿no? -Pero le hizo prestar atención. Todo lo correcto que estaba haciendo bien seguro de que ella no podía verlo.
-¿Habría alguna una diferencia si yo lo hice?.- Estableció el vaso sobre la mesa a su lado. Estaba vacío.
-¿Y que respondas a las preguntas con preguntas para hacerme callar, como Valentín, siempre lo hacía?. Tal vez deberías haberlo sabido.
-Tal vez nada. Sigo siendo exactamente la misma persona que he sido estos últimos siete años. Nada ha cambiado en mí. Si me parecía antes a Valentíne, no veo por qué querría ahora -. Su mirada que estaba sobre él, se trasladó fuera como si no pudiera sostenerla directamente en él.
-Ciertamente, cuando hablabamos de Michael, debes de haber sabido que no podía tratarse de tu padre. Las cosas que deciamos sobre él nunca podrían haberse dicho de Valentíne.
- Dijo que era un buen hombre.- Una ira se retorcía dentro de él. -Un valiente cazador. Un padre amoroso. Pensé que se le parecía exactamente suficiente.
-¿Qué pasa con las fotografías? Debes de haber visto las fotografías Wayland de Michael y se dio cuenta que no era el hombre que habías creido tu padre. -Ella tensó el labio.- Ayúdame a atar el cabo aquí, Jace.
-Todas las fotografías fueron destruidas en el levantamiento. Eso es lo que me dijo. Ahora me pregunto si no fue porque Valentine había quemados todas para que nadie supiera que estaba en el círculo. Nunca he tenido un fotografía de mi padre -, dijo Jace, y se preguntó si sonaba amargamente como se sentía.

Maryse se puso la mano a su cabeza y se la masajeo como si le doliera.
-No puedo creermelo-, dijo, como a sí misma. -Es una locura. Así que no lo creo.
-Créanme -, dijo Jace, y sintió el temblor en sus manos aumentar. Ella bajó la mano.
-¿No crees que quiero?- dijo ella, y por un momento se escuchó el eco de la voz de Maryse cuando había entrado en su dormitorio por la noche, cuando tenía diez años , con sus ojos secos secos mirando al techo, pensando en su padre, y que había estado con él hasta que se había quedado dormido
justo antes del amanecer.
-Yo no sabía-, dijo de nuevo Jace. -Y cuando él me pidió que fuera con él de nuevo a Idris, le dije que no. Todavía estoy aquí. Es que eso no cuenta para nada?- Se volvió para mirar hacia atrás
en el decantador, teniendo en en cuenta coger otra bebida y, a continuación, pareció descartar la idea.
-Deseo creerte-, dijo. -Pero hay muchas razones para que tu padre tal vez quiera mantenerte en el Instituto. En lo que en Valentíne se refiere, no puedo permitirme el lujo de confiar en nadie en él que haya estado bajo su influencia.
-Su influencia estuvo bajo ti, - Jace dijo, y lo lamentó en el mismo instante el aspecto que indica
a través de su cara.
-Y yo lo repudíe", dijo Maryse. -¿Y tú? ¿Podrías? -Sus ojos azules eran del mismo color que Alec, pero Alec nunca le miró como ella. -Dime que lo odias, Jace. Dime que el odias al hombre y todo lo que él representa.
Pasó un momento, y otro, y Jace, seguía mirando hacia abajo, vio que sus manos estaban cerradas con tanta fuerza que se destacaron los nudillos blancos y duros como los huesos de la espina dorsal de un pez.
-No puedo decir eso.- Maryse aspiró.
-¿Por qué no?.
-¿Por qué puedes decir que confías en mí? He vivido con ustedes casi la mitad de mi vida. Seguramente debes saber mejor que yo, no?.
-Es la manera de que hacer creer lo que dices, Jonathan. Siempre tuviste, incluso cuando eras un niño tratando de echar la culpa de algo que habías hecho mal a Isabelle o Alec. Sólo he conocido una persona que podía sonar tan persuasivo como tu.

Jace probó el sabor cobre en su boca.
-¿Te refieres a mi padre?
-Existe sólo dos clases de personas en el mundo para Valentíne -, dijo.-Los que fueron parte del Círculo y los que están en contra. Estas últimas fueron enemigos, y los primeros eran armas en su arsenal. Lo vi a su vez la forma de tratar a cada uno de sus amigos, incluso a su propia esposa, en un arma para la causa ¿y que quieres que crea que no hubiera hecho lo mismo con su propio hijo? -Ella
sacudió su cabeza. -Lo conocía mejor que eso.- Por primera vez en el tiempo, Maryse le miró con más tristeza que rabia. -Ustedes son una flecha que disparó directamente en el corazón de la Clave, Jace. Tú eres la flecha de Valentíne. Si sabes o no.



Clary cerró la puerta de la habitación en la que estaban viendo la televisión y fue a buscar a Simon. Lo encontró en la cocina, se inclinó sobre el lavabo en el que correría el agua. Sus manos estaban empapadas.
-¿Simón?- La cocina es de un brillante, alegre color amarillo, las paredes
decoradas con tiza y enmarcadas con lápiz que Simon y Rebecca habían hecho en la escuela primaria. Rebecca tiene algunas dibujos con talento, podría decirse, pero los bocetos de Simon parecía haberse echo con mechones de cabello.


No pudo miró hacia arriba en ese momento, pero podía saber que por el endurecimiento de los músculos de sus hombros la había escuchado. Ella fue al lavabo, le puso una mano ligeramente, en la espalda. Se sentía la fuerte bultos de la columna vertebral a través de la delgada camiseta de algodón y se preguntó si había perdido peso. Ella no podría decir mirandolo a él, como si lo estuviera viendo en un espejo. Pues cuando como se ve a una persona todos los días, no siempre tienes los pequeños avisos de cambios en su apariencia.


-¿Estás bien?- Él convirtió el agua con un duro
tirón de su muñeca.
-Por supuesto. Estoy bien.- Ella establecido un dedo contra la el lado de su mentón y su rostro se volvió hacia ella. Fue sudor, el cabello oscuro que tenía en la frente pegada a su la piel, aunque el aire se filtrará a través de la ventana de su cocina.
-No te ves bien. ¿Fue la película?- No hubo respuesta. -Lo siento. Yo no debería haberme reído, es justo. -No lo recuerdas? -Su voz sonaba ronca.- Yo. .. -Clary su voz se apagó. Esa noche, mirando hacia atrás, parecía como correr una larga bruma, de sangre y sudor, vislumbrado en las sombras de las puertas, de la caída de a través del espacio. Recordaba el rostro blanco de los vampiros, como el papel recortado contra la oscuridad, y recordaba a Jace y la celebración de ella, gritando en su oído.
-No realmente. Es algo borroso. -Su mirada voló al pasado y luego volvió.
- ¿Me ves diferentes a ti? -, preguntó. Ella levantó su mirada a la suya. El color de café negro de sus ojos, no muy negro, pero un rico café sin un toque de gris o el avellano. ¿Le parecían diferentes? Allí podía haber sido un toque extra de confianza en la manera en que celebró consigo mismo desde el día en que había matado a Abbadon, el Gran Demonio, pero hubo también un cierto recelo acerca de él, como si estuviera esperando o para ver algo. Ese algo que había notado en Jace también. Tal vez fue sólo la conciencia de la mortalidad.


-Está todavía Simon.- Que medio cerró los ojos como si en relieve, como sus pestañas y bajar,
vio cómo su angulares pómulos espera. Había perdido peso, pensó, y estaba a punto de decir lo que cuando él se inclinó hacia abajo y le besó . Estaba tan sorprendida de la sensación de su boca sobre la suya que fue rígida en todo, para agarrar el borde del grifo para tomarlo de apoyo.


Ella, sin embargo, no le aparta, y claramente Simón lo toma como una señal de aliento, Simon resbaló su mano detrás de su cabeza y profundizó el beso, con sus labios. Su boca era suave, más suave que la de Jace ,y la mano ahuecada que su cuello era cálido y suave. Lo probó como la sal. Ella deja caer sus ojos cerrados y por un momento flotó vertiginosamente en la oscuridad y el calor, el tacto de los dedos se desplazan a través de su cabello. Cuando sonó el teléfono, a través de su aturdimiento, ella saltó de nuevo como si la hubieran empujado de su distancia, aunque él no se había movido.

Se miraron el uno al otro por un momento, con la confusión en el medio silvestre, al igual que si dos personas se hubieran encuentrado de repente transportados a un paisaje extraño, donde nada es conocido.


Simon se apartó en primer lugar, para alcanzar el teléfono que colgaba sobre la la pared al lado del bote de especias.


-¿Hola?- Él sonaba normal, pero su aumento de pecho y la caída fue rápida. Le dió el teléfono a
Clary. -Es para ti.- Clary tomó el teléfono. Ella podía sentir los golpes de su corazón en la garganta, al igual que el aleteo alas de un insecto atrapado debajo de su piel. Es Lucas, llamando del hospital. Algo había pasado a su madre. Ella tragó.


- ¿Lucas? ¿Eres tu?" -No. soy Isabelle.
- ¿Isabelle?- Clary miró y vio a Simón mirandola, apoyandose contra el fregadero. El rubor en sus mejillas se había desvanecido. - ¿qué pasa? -Hubo tono de voz, como si hubiera estado llorando.
-¿Esta Jace allí?- Clary realmente celebrada el teléfono para poder mirar en él antes de ponerse de nuevo el receptor en su oído.
- ¿Jace? No. ¿Por qué tendría que estar aquí?- El aliento de Isabelle se hizo eco de la respuesta a la línea telefónica como un GASP.
-... La cosa es que se ha ido.


Final del capítulo.




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